El Gobierno olvida a medio millón de celíacos en la rebaja del IVA: "No existimos"

No habrá rebaja del IVA para los alimentos sin gluten. El Gobierno, que aprobó ayer una rebaja del impuesto para los productos de higiene femenina y sexual, optó finalmente por desechar la reivindicación de los celíacos, también histórica, pero con menos apoyos al más alto nivel. Según ha podido saber este periódico, las ayudas a la celiaquía estuvieron sobre la mesa durante las negociaciones entre el PSOE y Unidas Podemos, si bien han vuelto a descarrilar en el último momento.

"Ya estamos acostumbrados a este maltrato económico. Para las administraciones, simplemente no existimos", lamenta Roberto Espina, presidente de la Asociación de Celíacos de Madrid. "Hemos demostrado con números que pagamos en torno a 900 euros más al año por nuestra cesta de la compra que cualquier otro ciudadano, pero no se hace nada. Es más, vamos a peor: Muface, la mutua de los funcionarios, era la única que nos ayudaba y ha recortado las cuantías".

En España hay más de medio millón de celíacos reconocidos —el 1,2% de la población—, pero se sospecha que en torno a un 70% de quienes sufren la intolerancia al gluten aún no han sido diagnosticados, dado que los síntomas iniciales se pueden confundir con los de otras dolencias digestivas. La cifra, consideran los expertos, puede ascender hasta los dos millones de personas si se cuenta con los que sufren sensibilidad o grados menores de intolerancia a esta proteína presente en la semilla de cereales como el trigo, la cebada o el centeno.

En torno a un 98% de los enfermos puede llevar una vida normal con solo controlar su dieta, pero exige ciertos sacrificios, entre los que destaca pagar la cesta de la compra más cara: "Si consigues encontrar alternativas a cada producto, te encuentras de que cada uno cuesta más. Hay casos sangrantes, como el pan y la harina, que cuestan entre seis y 10 veces más, y otros menos, como las galletas, que solo son un poco más caras", explica Espina. "El trigo es barato y un fantástico aglutinante que aporta esponjosidad a los alimentos, de modo que cualquier sustitutivo que se emplee va a ser siempre más caro".

Un pan para celíacos cuesta de media seis veces más que uno hecho con trigo

Se trata de la enésima ocasión en que los celíacos españoles se quedan a las puertas de los presupuestos. "Hace 15 años estuvimos a punto de tener una ley celíaca, pero al final el proyecto se quedó en un cajón", dicen desde las asociaciones. "Y en 2017 hubo un demoledor informe del Defensor del Pueblo (PDF) en el que quedó expuesta, de forma exhaustiva, la magnitud de esta enfermedad, y que en las conclusiones insta a las administraciones a crear un sistema de ayudas... Parecía que nos iban a escuchar, y al final quedó en nada", añaden.

Un nicho descuidado

En cuanto a rédito político, la celiaquía se está convirtiendo en un nicho electoral a tener en cuenta. Un reciente estudio liderado por científicos del CSIC desveló que detrás del incremento en la incidencia de esta enfermedad, que anota repuntes del 15% interanuales en España, puede estar el abuso de nitrógenos para fertilizar los campos de trigo. "Todo hace pensar que tenemos otro factor de riesgo provocado por un mundo más rico en nitrógeno a través del aumento de gliadinas del trigo, un factor de riesgo importante que puede explicar, al menos en parte, el aumento de la prevalencia de la celiaquía", explica el investigador Josep Peñuelas. Unidas Podemos fue el primer partido en incorporar en su programa una ley para los celíacos, y ha defendido hasta el último momento un paquete de ayudas en esta ronda de rebajas, si bien al final se han impuesto sus socios socialistas.

España es el único país sin ayudas para esta enfermedad en el entorno comunitario

Con esta exclusión, España pierde una nueva oportunidad para igualarse al resto de Europa en cuanto a ayudas para la celiaquía. Hay todo tipo de sistemas. En Francia, la Seguridad Social otorga mensualmente 33 euros a los niños y 45 como máximo a los adultos, aunque para ello necesitan presentar justificantes de los alimentos adquiridos, mientras que en Dinamarca e Italia se ayuda al enfermo con un ingreso directo de entre 90 y 200 euros por mes.

Los celíacos que mejor viven son los suizos y luxemburgueses, que obtienen una devolución íntegra de todos los alimentos adquiridos a fin de año, seguidos por los británicos, que tienen que abonar 109 libras al año por una barra libre de comida sin gluten.