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El 'ascenso' de Delgado tensa a los fiscales y amenaza con acabar en manos del Supremo
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SE POSTULA PARA FISCAL DE SALA DE LO MILITAR

El 'ascenso' de Delgado tensa a los fiscales y amenaza con acabar en manos del Supremo

El tribunal ya atendió el pasado mes de abril el recurso de la Asociación de Fiscales contra el nombramiento de Delgado para el puesto de fiscal de Sala de Menores

Foto: Dolores Delgado, junto a Álvaro García Ortiz. (EFE/J.J. Guillén)
Dolores Delgado, junto a Álvaro García Ortiz. (EFE/J.J. Guillén)
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Hablar del posible ascenso de Dolores Delgado a la máxima categoría fiscal parece un 'déjà vu'. En su última etapa como fiscal general del Estado, el Gobierno ya introdujo una enmienda a una ley ajena a la carrera en la que se disponía que todos aquellos que hubieran ocupado ese cargo pasarían a ser fiscales de Sala tras su cese, es decir, miembros de la cúpula de la Fiscalía. Las protestas que levantó la iniciativa, tanto en el sector como en la política, fueron sonadas y el Ejecutivo acabó renunciando a la misma. Dos meses después, la posibilidad de que Álvaro García Ortiz, el nuevo fiscal general y su antiguo número dos, acabe nombrándola para la primera vacante disponible en esa categoría vuelve a levantar críticas y suspicacias. Tantas que, en caso de producirse, algunas voces ya apuntan a la amenaza de acabar con un recurso en el Supremo.

Todo comenzó el pasado jueves, cuando el nombre de la ex fiscal general apareció en el listado de candidatos a una plaza de fiscal de Sala del Tribunal Supremo. Delgado se ha postulado para ocupar el puesto de fiscal de la Sala Militar junto a otros 19 fiscales. Aunque el que resulte elegido para la plaza debe ser propuesto por el Consejo Fiscal, es García, antes jefe de la Secretaría Técnica y designado por Delgado, quien tiene la última palabra. El criterio del órgano asesor, por tanto, no ata su decisión final.

Foto: Dolores Delgado en su etapa como fiscal general. (EFE/Emilio Naranjo)

Tras abandonar la dirección de la Fiscalía por motivos de salud, Delgado en principio debía incorporarse a su antiguo puesto en la Audiencia Nacional, pero su candidatura cambia ahora el escenario. En julio, aseguró que su plan era incorporarse a la plaza que abandonó hace años y este paso se esperaba para la primera semana de octubre. Muchos fiscales ya señalan que cuenta con menos méritos que otros que se presentan a la máxima categoría y que su designación sería un dedazo en toda regla, recurrible ante el Supremo por quien se sienta agraviado. "Ascendió a la jefatura por méritos políticos, no profesionales", critica una de las fuentes consultadas.

A esto se suma que entre los otros 19 fiscales que aspiran a acceder al mismo puesto también hay nombres de peso. Las fuentes consultadas destacan casos como el de Luis Rueda, que en la actualidad ejerce como teniente fiscal en el Tribunal de Cuentas y además es auditor militar. El pasado diciembre, la Asociación de Fiscales, mayoritaria en la carrera, ya elevó el tono después de que Delgado propusiera como fiscal jefe de la Fiscalía del Tribunal de Cuentas a Manuel Martín-Granizo en lugar de a Rueda, por lo que habrá que ver si sus vocales en el Consejo Fiscal apoyan esta candidatura frente a la de Delgado y complican la decisión final de Álvaro García.

Foto: El nuevo fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz (i), saluda a su predecesora en el cargo, Dolores Delgado. (EFE)

Entre los aspirantes al puesto también se encuentran Carlos Bautista Samaniego, fiscal de la Audiencia Nacional, María Belén Suárez Pantin, fiscal de Anticorrupción y antigua teniente fiscal del departamento, e Isabel Rodríguez Mateo, fiscal del Tribunal Supremo que cubrió el caso de la Manada. Las fuentes consultadas vaticinan que la Unión Progresista de Fiscales, a la que pertenece la propia Delgado, centrará sus esfuerzos en la candidatura de la ex fiscal general y dejará atrás otros nombres para aunar fuerzas, pero queda por ver si la Asociación de Fiscales hace lo propio y sus vocales apoyan a un único candidato.

La polémica está servida, pero fuentes del entorno de Delgado defienden que es habitual que todos los fiscales generales que se han encontrado en las mismas circunstancias que ella hayan obtenido una plaza superior en el primer concurso disponible tras su dimisión. Existen varios precedentes. El más reciente es el de María José Segarra, la primera fiscal general del Gobierno de Pedro Sánchez. Regresó a su plaza de Sevilla, pero, poco después, ascendió a fiscal de Sala. En los años noventa, se produjo una situación similar con Juan Ortiz Úrculo.

Foto: Dolores Delgado, en su etapa como fiscal general. (EFE/Emilio Naranjo)

Pese a ello, muchos otros ven en su candidatura a lo Militar un simple trampolín para otro puesto: el de fiscal de Sala de Memoria Histórica, un cargo de nueva creación cuya implantación sigue pendiente. La especialidad de Memoria Democrática se corresponde a la perfección con sus intereses personales y profesionales, pues es un área que le apasiona y que trató de cultivar ya durante su fase como ministra, cuando protagonizó medio centenar de actos que fueron desde homenajes hasta coloquios nacionales e internacionales para homenajear al exilio republicano. También contribuyó de forma activa a exhumar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos.

Con el puesto de fiscal de Sala de Memoria Histórica en el horizonte, queda por ver en qué acaba su candidatura para lo Militar. Si su nombramiento sale adelante, algunas fuentes apuntan ya a la posibilidad de que la Asociación de Fiscales recurra ante el Supremo, tal y como hizo el pasado abril, cuando la propia Delgado designó a Eduardo Esteban fiscal de Sala delegado de menores. La asociación tachó su decisión de "arbitraria" y el Supremo terminó por anular su designación por "falta de motivación", pero Delgado volvió a la carga y, con una nueva propuesta, designó una vez más a Esteban. Tres meses después, la decisión final depende de su antiguo número dos.

Hablar del posible ascenso de Dolores Delgado a la máxima categoría fiscal parece un 'déjà vu'. En su última etapa como fiscal general del Estado, el Gobierno ya introdujo una enmienda a una ley ajena a la carrera en la que se disponía que todos aquellos que hubieran ocupado ese cargo pasarían a ser fiscales de Sala tras su cese, es decir, miembros de la cúpula de la Fiscalía. Las protestas que levantó la iniciativa, tanto en el sector como en la política, fueron sonadas y el Ejecutivo acabó renunciando a la misma. Dos meses después, la posibilidad de que Álvaro García Ortiz, el nuevo fiscal general y su antiguo número dos, acabe nombrándola para la primera vacante disponible en esa categoría vuelve a levantar críticas y suspicacias. Tantas que, en caso de producirse, algunas voces ya apuntan a la amenaza de acabar con un recurso en el Supremo.

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