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El vecindario que sepultó la lava se refugia en un bar: "Hablamos a diario de Todoque"
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Un año de Cumbre Vieja

El vecindario que sepultó la lava se refugia en un bar: "Hablamos a diario de Todoque"

El volcán de La Palma enterró Todoque, al sur de Los Llanos de Aridane. Apenas quedan en pie una treintena de viviendas, pero los antiguos vecinos siguen reuniéndose. "Nos dijeron que no nos olvidarían. Ya no sé si era cierto"

Foto: Foto: EFE/Luis G. Morera.
Foto: EFE/Luis G. Morera.

"Nos repitieron hasta la saciedad que nadie se iba a olvidar de nosotros. Pero visto lo visto, ya no sé si era cierto". Hace exactamente un año, el 19 de septiembre de 2021, todo el país asistió desde sus pantallas a la erupción de un volcán en La Palma. Hacía medio siglo que la isla no vivía un acontecimiento similar. Eduardo Pérez (60 años), que hoy echa la vista atrás para recordar, era una de las 85.000 personas que residían allí, y lo vivió en directo cuando tuvo que abandonar su casa de toda la vida en Todoque, en el municipio de Los Llanos de Aridane. El vecindario donde él y su mujer tenían su casa, pared con pared con la de su hijo y la familia de este, quedó sepultado casi al completo por la lava. Todoque es un nombre que entonces muchos conocieron por ser el lugar con el que más se ensañó el cráter. Pero la memoria se ha difuminado con el tiempo. A día de hoy, allí apenas quedan una treintena de viviendas en pie, según la alcaldesa de Los Llanos. Ha desaparecido.

"Pero nosotros no lo olvidamos. Hablamos a diario de Todoque", asegura María del Carmen Cardona (57 años), que ha sido dueña de dos bares con el mismo nombre: Las Tejas. El primero estaba en el barrio arrasado por el magma. El segundo, que se abrió tras el desastre del volcán en honor al original, sigue existiendo a día de hoy en Los Llanos. Y se ha convertido prácticamente en un lugar de encuentro entre antiguos vecinos. La propietaria lo lleva junto a varios de sus hijos, cuatro en total. Nació en Colombia, pero hace 20 años viajó con su esposo a La Palma para empezar una nueva vida. Y abrieron el primer bar Las Tejas en Todoque. De hecho, iban y volvían a diario para dormir en una casa de alquiler en Puerto Naos. Al final, los perdieron ambos: el negocio, que tenían en propiedad, pero quedó engullido por la lava, y la vivienda alquilada, que abandonaron cuando los gases tóxicos invadieron la localidad costera.

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Cuando María recibió las ayudas del Gobierno para damnificados por el volcán, decidió volver a emprender y reabrir el mismo bar, pero en una nueva ubicación. Este lugar es frecuentado por muchos antiguos conocidos de Todoque, que han ido reubicándose en otras zonas de Los Llanos. "Revivir aquel día, y la angustia que sentimos en los meses que siguieron, nos une mucho. Pero también entristece", explica la dueña del bar. "Hace poco volví a pasar cerca de allí, por la zona de la carretera nueva [se refiere a las obras que comenzaron tras el cráter para unir Tazacorte y Puerto Naos, con una vía que pasa por encima de la lava, solidificada y fría por el paso del tiempo], y prácticamente no queda nada del lugar que recuerdo", lamenta.

Muchos vecinos se trasladaron a diferentes puntos de la localidad. Con el tiempo, tuvieron que adquirir otra vivienda, propia o de alquiler. Otros pasaron a vivir en hoteles habilitados para víctimas del volcán, con unos 190 alojados para esta fecha, estima el Cabildo palmero. En este último caso, la mayoría (109) pertenece a Puerto Naos y La Bombilla, dos lugares que siguen existiendo, pero a los que es casi imposible acceder por los gases tóxicos que permanecen en el aire. De entre el resto de realojados, algunos también eran vecinos de Todoque. En ello coincidieron el consistorio como el presidente de La Palma. Al menos cinco familiares de entre los antiguos vecinos consultados, que también vivían en el desaparecido barrio de Los Llanos, se alojan allí a falta de encontrar una alternativa tras perder sus casas.

Foto: Volcán de La Palma. (Alfonso Escalero)

Pero hay quienes aún guardan una mínima esperanza. Es el caso de Ester Pérez (64 años), una de las pocas vecinas que tienen opciones de recuperar su vivienda en Todoque. La suya era una segunda residencia familiar, en la que ella y su hermana pasaban siempre los veranos. Está en el antiguo Camino Marta, pero la lava fría se adentró en algunas partes de la casa, que ahora tienen que reconstruir. Le queda poco para jubilarse, y cree que entonces tendrá más tiempo para involucrarse por completo en todo el proceso de obra y albañilería. Tanto antes como después del volcán, su hogar habitual está en Los Llanos, donde alquila un inmueble. "Pero en Todoque está la casa en la que nací, el lugar donde fui feliz. Llevo un año esperando para poder volver a entrar. Si tengo que esperar otro más, lo hago", garantiza, determinada.

La propia alcaldesa de Los Llanos, Noelia García, dice recordar ese día a la perfección. "Nos pilló prácticamente por sorpresa", rememora en declaraciones a El Confidencial. A García, así como a otras autoridades locales e insulares de La Palma, la llamaron a una reunión una semana antes del desastre. "Dijeron que comenzaba a haber movimientos sísmicos, y que debíamos prepararnos para lo peor", señala. En realidad, desde el 11 de septiembre hasta que Cumbre Vieja estalló se habían registrado unos 25.000 seísmos. Las autoridades estaban comenzando a preparar los protocolos y mecanismos ante la idea de algún que otro derrumbamiento inminente. Pero García reconoce no haber pensado que todo llegaría al punto al que llegó. Al menos, no en cuestión de días. "Durante las primeras 25 jornadas de la erupción, todo el ayuntamiento se convirtió en un equipo de Servicios Sociales".

"Una semana antes, nos avisaron de que había movimientos", recuerda la alcaldesa

Los Llanos de Ariadne fue uno de los municipios más afectados por el volcán. Además de Todoque, a este núcleo pertenecían Puerto Naos o La Laguna, entre otros, donde las consecuencias un año después siguen estando muy presentes. Lo más difícil fue buscar una alternativa de alojamiento, después de que del primer millar de viviendas arrasadas por el magma, unas 780 pertenecieran a Los Llanos, según las estimaciones que maneja el consistorio. La del primer vecino mencionado en esta historia, Eduardo Pérez, desapareció por completo de Camino Pampillo cuando la lava pasó por encima. Él recibió ayudas económicas después de perder su casa, y ahora vive en la de la hija de su mujer.

"Nos quedamos prácticamente incomunicados y desabastecidos de agua", señala la alcaldesa de Los Llanos, añadiendo que el volcán se 'comió' buena parte de las tuberías para obtener recursos hídricos. Tuvieron que reconstruirse unos 30 kilómetros de la cañería destrozada, además de levantar carreteras sobre la lava. Poco a poco se van colocando parches sobre la herida en la isla. Pero, en el aniversario de Cumbre Vieja, muchos vecinos se preguntan si podrán volver a tener una vida parecida a la que conocían antes de aquel momento. "Será casi imposible en el corto y el medio plazo. Pero de cara al futuro, no veo por qué no", sentencia el presidente del Cabildo de La Palma, Mariano Hernández Zapata.

placeholder Cementerio de Todoque. La Palma. (Alfonso Escalero, 2022)
Cementerio de Todoque. La Palma. (Alfonso Escalero, 2022)

El dirigente popular también incide en los problemas del suministro de agua. En concreto, los que afectan al regadío, que se extienden a todo el territorio insular. "El volcán cortó todas las redes de transporte y suministro, y ese es uno de los conflictos que más nos siguen pesando un año después", reconoce. El tiempo ha pasado, y la emergencia parece haber dejado de existir en el imaginario colectivo. Pero muchos vecinos siguen a la espera de respuestas tras haberlo perdido todo. Mientras llegan, si es que lo hacen, se refugian en el bar Las Tejas para recordar ese rincón de Todoque que aún perdura, aunque de otra forma y en otro lugar.

"Nos repitieron hasta la saciedad que nadie se iba a olvidar de nosotros. Pero visto lo visto, ya no sé si era cierto". Hace exactamente un año, el 19 de septiembre de 2021, todo el país asistió desde sus pantallas a la erupción de un volcán en La Palma. Hacía medio siglo que la isla no vivía un acontecimiento similar. Eduardo Pérez (60 años), que hoy echa la vista atrás para recordar, era una de las 85.000 personas que residían allí, y lo vivió en directo cuando tuvo que abandonar su casa de toda la vida en Todoque, en el municipio de Los Llanos de Aridane. El vecindario donde él y su mujer tenían su casa, pared con pared con la de su hijo y la familia de este, quedó sepultado casi al completo por la lava. Todoque es un nombre que entonces muchos conocieron por ser el lugar con el que más se ensañó el cráter. Pero la memoria se ha difuminado con el tiempo. A día de hoy, allí apenas quedan una treintena de viviendas en pie, según la alcaldesa de Los Llanos. Ha desaparecido.

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