Sánchez afea al PP que compre "el programa de las energéticas" y Gamarra anticipa nuevas divisiones en el Gobierno

El Gobierno y el Partido Popular llegan al periodo ordinario de sesiones en el Congreso de los Diputados tal y como lo cerraron en junio. Han pasado más de dos meses desde la última sesión de control, pero el Ejecutivo y el principal partido de la oposición han repetido este miércoles el esquema de reproches y enfrentamiento, con algunas incorporaciones discursivas, algunas novedades en la letra, pero con la misma música.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acusaba a los conservadores de adoptar "el programa de las energéticas". La prueba del algodón de este diagnóstico, según Sánchez, está en el rechazo del PP a los dos nuevos impuestos temporales a la banca y a las energéticas, que la Cámara aprobó tramitar este martes, con el voto en contra de los conservadores.

"El dinero tiene mucho poder, pero el poder en una democracia es el de la mayoría social", afirmaba el jefe del Ejecutivo, prometiendo poner "todas las instituciones públicas y todos los recursos públicos al servicio de la mayoría social"; justo lo contrario a lo que hizo el Partido Popular de Mariano Rajoy durante la crisis económica, aseguraba.

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En el arranque del nuevo ciclo electoral, con los conservadores a la cabeza en todas las encuestas (Feijóo saca siete puntos a Sánchez según la última encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial), el presidente del Gobierno basa su estrategia para dar la vuelta a los sondeos en dos patas: sacar pecho por las medidas aplicadas por el Ejecutivo y confrontar con el PP, retratarlo como un partido vendido a los poderes económicos, sin propuestas ni alternativas, mientras sostiene que el Gobierno siempre ha estado centrado en la clase media trabajadora. "¿Están pensando en los españoles cuando votan que no a las medidas que benefician a la clase media y trabajadora de este país?", apostillaba.

Por su parte, la portavoz del PP, Cuca Gamarra, reprochaba a Sánchez su "carnaval de rectificaciones y ocurrencias" en un contexto marcado por los altos precios —"La vuelta al cole más cara"—, que haya perdido el contacto con la calle y que lo sustituya por "visitas guiadas por la Moncloa". La también número dos del Partido Popular le reclamaba bajar impuestos para devolver el "exceso recaudatorio" de 22.000 millones como consecuencia del aumento de precios, reducir el IVA de los productos frescos de alimentación o deflactar el IRPF de rentas medias y bajas.

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"Está centrado en la resistencia, con los socios equivocados y sin pensar en los españoles", apuntaba. También retó a Sánchez a afirmar que las formaciones que componen el Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, votarán unidas el jueves sobre la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN. "¿Votará todo el Gobierno unido? ¿A que no? Vaya imagen para el anfitrión de la cumbre de la OTAN".

Y Sánchez se servía de su réplica para pedir a Gamarra que no le "riña", para, a renglón seguido, reprocharle el "batiburrillo" que hizo en su intervención. Después, volvió al discurso sobre las élites económicas. En el nuevo periodo de sesiones se habla más de energía, suenan de fondo los tambores presupuestarios y hace más calor en la Cámara Baja..., pero la relación entre el Gobierno y el principal partido de la oposición sigue siendo gélida.

Los "folios en blanco" de Feijóo

El Gobierno ha dirigido este miércoles sus esfuerzos a tratar de retratar a PP y a Vox por ejercer una posición "obstruccionista" a todas las medidas sociales que emanan del Consejo de Ministros. La titular de Economía, Nadia Calviño, ha replicado la estrategia de Sánchez en su afrenta con el popular Carlos Rojas, acusando al PP de no hacer más que "propuestas inviables", "incoherentes" o "medidas que ya están en marcha".

Hacía alusión la ministra al plan energético que remitió Génova a la Moncloa hace unos días, una "carátula con folios en blanco" y un "copia-pega" del programa del Ejecutivo que "tampoco garantiza que vayan a votar a favor", se despachaba Calviño. La dirigente socialista ha explicado que el Gobierno ya ha "descartado" las propuestas del PP porque "son inviables", y ha solicitado al equipo dirigido por Alberto Núñez Feijóo que ejerza una oposición "homologable a la del PP europeo".

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En el mismo sentido se ha expresado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que ha utilizado su turno de palabra para recordar que fueron los populares los que "cargaron los esfuerzos de la crisis en la clase media y trabajadora", y ha reprochado tanto a PP como a Vox la "incoherencia" de que se erijan como defensores del pueblo cuando votan en contra de la gratuidad del transporte público o del decreto que contempla bajadas impositivas a la luz o el gas.

Tensión por el tren de Bejís

Más allá de la espiral frentista entre PSOE y PP por la política energética, otro momento de tensión en la primera sesión de control del nuevo curso ha venido a cuenta del incidente con el tren de Bejís, por el que una diputada del PP, Macarena Montesinos, ha pedido "responsabilidades políticas" a la titular de Transportes, Raquel Sánchez. La ministra se ha revuelto contra los ataques de la dirigente popular y ha reprochado al PP que "utilice accidentes" o "incidentes" como "elementos de la confrontación partidista". "Es absolutamente indigno. Este partido lo podría haber hecho cuando ustedes gobernaban, y nosotros no lo hicimos", advertía.