Díaz Ayuso fuerza a Génova a modular su posición sobre el aborto en menores

Isabel Díaz Ayuso abrió esta semana un melón especialmente incómodo para el PP. La presidenta de la Comunidad de Madrid fue preguntada en Onda Cero el pasado jueves por su opinión respecto al aborto para menores en los términos en los que está redactada la nueva ley, que se aprobó a principios de semana en Consejo de Ministros y que lleva el sello de Irene Montero. Insistió en que su postura pasa por un aborto "legal, seguro y poco frecuente", pero reconoció que, si una joven de 16 o 17 años quiere interrumpir su embarazo, el consentimiento de sus progenitores no debe ser impedimento para hacerlo. El debate estaba servido, porque su opinión choca frontalmente con la posición que Alberto Núñez Feijóo había abanderado al respecto. Al menos, hasta ahora.

En los argumentarios internos que circulaban por el partido en los días previos a las declaraciones de Ayuso, la nueva dirección de Génova no dejaba lugar a la duda. "Hay cosas con las que no podemos estar de acuerdo de ningún modo, como que las menores puedan abortar sin consentimiento de sus padres", esgrimían. Tres días después, los populares, conscientes de la polémica, han modulado esa posición. Ya no hablan de consentimiento expreso por parte de los progenitores de la menor si esta decide abortar, sino únicamente del "conocimiento" obligado de la situación, algo que tampoco garantiza la nueva ley del aborto.

TE PUEDE INTERESAR

Ayuso y Vox acuerdan nuevas bajadas de impuestos y allanan el camino de los presupuestos

Ignacio S. Calleja

Precisamente, en lo que sí hizo hincapié Ayuso fue en la necesidad de que las jóvenes "informen" a sus padres, aunque luego decidan seguir adelante con la interrupción del embarazo, aunque no cuenten con el permiso paterno. "Lo que está claro es que, como mínimo, los padres deben tener conocimiento de la situación", reiteran en la cúpula del PP, donde no ocultan que se trata de un "asunto complejo" por su vinculación con "cuestiones morales y éticas" que despierta opiniones y posiciones muy distintas en el partido.0

Precisamente por este motivo, el PP ha intentado en la medida de lo posible no hablar de un debate que reabre viejas heridas y que pone en jaque la pretendida unidad interna que persigue la nueva dirección. La nueva dirección se propuso no tocar el tema, al menos hasta que el Tribunal Constitucional resuelva el recurso que el PP presentó hace ya 12 años. Al menos en privado, los populares asumen que el órgano fallará a favor de la ley del aborto que impulsó Zapatero en 2010, por lo que cualquier aseveración contraria al derecho de la mujer a interrumpir su embarazo podría volverse en contra del equipo de Feijóo.

TE PUEDE INTERESAR

Ayuso y Feijóo disimulan sus fisuras: "Ponemos muy nervioso a Sánchez"

Ignacio S. Calleja. Alcalá de Henares

Desde su aterrizaje en la séptima planta de Génova, Feijóo solo se ha referido en dos ocasiones a esta cuestión. Y en las dos, el dirigente gallego exhibió una postura inequívoca a favor del consentimiento paterno obligatorio para las menores que decidan abortar, una contundencia ahora inexistente en las filas de los populares. Génova se centra ahora en la "preocupación" de los padres "ante la posibilidad de que su hija menor de edad pueda abortar sin que ellos lo sepan, y no puedan ayudarla".

El propio Feijóo salió al paso de la polémica y, también en Onda Cero, se alineó con Ayuso y moduló su argumento sobre el permiso paterno. "Una menor no puede abortar sin conocimiento de sus padres. Muchos miembros del partido dirán que, además, con el consentimiento", reiteró, admitiendo las "distintas sensibilidades" que conviven en el PP a cuenta del debate del aborto.

TE PUEDE INTERESAR

Feijóo esquiva el debate del aborto consciente de que divide al PP y da votos a Vox

Pilar Gómez

Más allá de la polémica suscitada en las últimas horas, el PP exige al Gobierno un "debate serio, sosegado y responsable" para que la nueva norma parta del "consenso" parlamentario. Aunque se muestran críticos con algunos preceptos, como que se mezclen asuntos dispares como el aborto y las reglas dolorosas, los populares evitan avanzar si avalarán o rechazarán en el Congreso la 'ley Montero', al menos hasta conocer el contenido íntegro de un texto que ahora arranca su tramitación parlamentaria. Eso sí, critican en este caso que el Gobierno haya aprobado la norma sin esperar a que el Tribunal Constitucional se pronuncie y sin que cuente con el respectivo informe del CGPJ y del Consejo Fiscal.

El equipo de Feijóo ha salido al paso de la polémica insistiendo en la premisa de que el PP "no es un partido monolítico" y que, por tanto, está abierto a diferentes discursos. No obstante, si logra llegar a la Moncloa, el gallego deberá coordinar una posición común sobre el aborto pese a la división interna. En 2014, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, presentó su dimisión después de que el Gobierno de Mariano Rajoy se negase a derogar la ley del aborto de Zapatero pese a contar con mayoría absoluta y pese al recurso que el partido mantenía en el Tribunal Constitucional, lo que más tarde empujaría a parlamentarios y votantes 'provida' a los brazos de Santiago Abascal.

Vox se crece

Mientras el PP trata de recomponerse en un debate que hace sangre a sus filas, Vox se hace fuerte en el bloque más conservador. El partido tiene una posición meridiana contraria al derecho al aborto y a lo que denominan como "cultura de la muerte". La postura de Vox, mucho más extremista que la del PP, pasa por el 'aborto cero': no solo se muestran dispuestos a derogar la 'ley Montero', sino que tampoco son favorables a volver a la ley de supuestos de 1985, que permite a las mujeres interrumpir legalmente su embarazo únicamente en caso de violación, malformación del feto o riesgo para la salud de la mujer.

Vox no atraviesa por su mejor momento electoral. La incertidumbre en torno a la salida de Macarena Olona; el 'frenazo' que experimentó la marca en Andalucía; y el auge de Feijóo, que estaría ahora en condiciones de hacerse con las riendas de la Moncloa, ha dejado al partido de Abascal noqueado y buscando recuperar la tendencia alcista de la que ha presumido en los últimos años. Y las contradicciones del PP con el aborto insuflan oxígeno a su discurso. Diferentes dirigentes y diputados de Vox se han lanzado en las últimas horas a resaltar las diferencias de los populares y arremeter contra Ayuso por defender, dicen, posiciones de la izquierda. "¿Y esta era la Thatcher española, la gran esperanza de la derecha?", suscriben.