Sánchez lanza una campaña en primera persona con rebajas para todos, con UP escéptico

Pedro Sánchez exige a todo su equipo que se vuelque en explicar las medidas del Gobierno, pero será el jefe del Ejecutivo, personalmente, quien tendrá el mayor peso en esta nueva etapa. Sánchez ha dado orden de salir "a la ofensiva", pero también de pisar más la calle y apostar por el contacto directo con la ciudadanía, y entre el fin de semana, en Sevilla, y el lunes, en la Moncloa, dará el pistoletazo de salida a esta campaña de carácter personalista.

Las encuestas no acompañan, y Sánchez está convencido de que falta pedagogía para traducir en qué se materializa en el día a día de los ciudadanos el chaparrón legislativo del Gobierno, para así poder rentabilizarlo en un curso político marcado por las elecciones autonómicas, municipales y generales. La segunda parte de la estrategia, la que tiene que ver con el contacto "piel con piel", como lo describían fuentes de la dirección del PSOE, es más reciente, y tiene que ver con presentar a un Sánchez más cercano, que traspase los muros de la Moncloa para dejarse ver con gente "de verdad", como apostillaban desde su entorno.

De esa primera pata, la que tiene que ver con la aprobación directa de medidas y su explicación, el ejemplo más reciente es la rebaja del IVA del gas desde el 21% al 5%, y la forma de comunicarla está estrictamente ligada con la segunda. Con el aumento del protagonismo del presidente del Gobierno.

Si el jueves Sánchez descolocó al PP anunciando una medida que los conservadores llevaban meses reclamándole —quizá, con la vista puesta en arrebatarle esta propuesta a Alberto Núñez Feijóo en su esperado duelo parlamentario en el Senado—, la oposición se apresuró a destacar que el presidente había dejado en la estacada a sus ministros, que 24 horas antes dieron portazo a rebajar el IVA, cuando la medida aún llevaba únicamente el sello del PP.

Desde Isabel Rodríguez, la ministra portavoz —"Los que hacen este tipo de propuestas deberían escuchar bien cuáles son las prioridades en el mundo y en Europa"— al propio Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, en el Gobierno se rechazaba o, cuanto menos, se restaba peso a esta propuesta. "El PP, cuando está en la oposición, baja impuestos, y cuando está en el Gobierno, los sube sin medida (...) No tiene ninguna credibilidad ninguna propuesta que haga el PP en materia fiscal", dijo Bolaños. En el Gobierno no aclaran si el hombre fuerte de la Moncloa estaba al tanto de que Sánchez asumiría como propia esta medida 24 horas después.

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Sí estaba enterada la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, según fuentes del Ejecutivo. Dos meses atrás, Ribera había tildado esta medida como "cosmética" e "insuficiente" a medio y largo plazo. Es habitual que Sánchez se reserve anuncios de calado, pero en esta ocasión también ha pillado desprevenido a su socio de coalición, Unidas Podemos. "No estábamos informados de la medida", reconoció a media tarde Pablo Echenique, portavoz del grupo parlamentario.

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y líder de Unidas Podemos en el Gobierno, sugirió que sí estaba al tanto, pero no quiso confirmarlo para no desvelar el contenido de sus conversaciones con el presidente. En el acto de su plataforma Sumar, desde O Courel, Lugo, la también ministra de Trabajo sí enfatizó que Unidas Podemos ve la rebaja del IVA como una medida "transitoria". Una de las críticas más habituales de los socios parlamentarios del Ejecutivo es precisamente que recurra a medidas "temporales" y no "estructurales", a parches —como los impuestos extraordinarios y temporales a las energéticas y a la gran banca—.

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Y esta era la línea adoptada, también, por el portavoz de Unidas Podemos. Echenique explicó que su grupo ve con buenos ojos la reducción del IVA a productos de primera necesidad, como es el gas, pero también afirmó que esa "merma de recursos" en la recaudación "debe ir acompañada" de subidas de impuestos, por ejemplo, a "vehículos de lujo, aviones privados o barcos privados de recreo".

Mientras el Ejecutivo trabaja para que cale el mensaje de que gobiernan para la "clase media trabajadora" y la mayoría social, aprueba medidas que suponen un alivio inmediato para todos los bolsillos, no solo los de la clase media o de los más vulnerables.

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Si la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, abría la puerta a incrementar la bonificación de los carburantes por encima de los 20 céntimos, que beneficia a cualquier persona que use un vehículo, sus socios presentaban poco después una batería de medidas progresivas, enfocadas en la redistribución de la riqueza, en el marco de la elaboración del plan de contingencia ante la UE.

Una de las máximas reivindicaciones de Unidas Podemos, repetida por Díaz esta semana, es una profunda reforma fiscal que redistribuya cargas. En la entrevista de este jueves en la Cadena SER, preguntado por esta hipotética reforma fiscal —"justa y progresiva", como recoge el acuerdo de coalición—, Sánchez aprovechaba para reivindicar lo que han hecho a lo largo de toda la legislatura, sin contemplar nuevas tasas: de los impuestos a las financieras y las energéticas hasta la tasa Tobin a las grandes tecnológicas, aprobada en 2020.

En pleno año electoral, el Gobierno incide desde hace tiempo en referirse a la "mayoría social" y no solo a los más vulnerables, y se retrata enfrentado a los poderes fácticos, pero también aprueba medidas como esta rebaja del IVA, mientras sus socios reclaman aumentar la presión fiscal a los que más recursos atesoran, y no a toda la población por igual.

Con una agenda internacional muy extensa, y a las puertas de un año con importantes retos en el legislativo, Sánchez se carga la mochila de liderar esta reconexión con la calle. El sábado, en Sevilla, será el pistoletazo de salida de la gira de una treintena de actos que se prolongará hasta diciembre.

El lunes, solo dos días después, el presidente del Gobierno abrirá las puertas de la Moncloa a un grupo de ciudadanos para someterse a sus preguntas. Este plan se enmarca dentro de la iniciativa Moncloa Abierta, que permitió por primera vez visitar el palacio presidencial, y que se interrumpió por la pandemia.

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"Es un acto inédito", de "cercanía", "para abrir el curso con la ciudadanía", explican desde su equipo. Medio centenar de ciudadanos, seleccionados entre los 250.000 que han enviado cartas con sugerencias, quejas o agradecimientos en lo que va de legislatura, podrán preguntar al presidente del Gobierno y comunicarse directamente con él, en un acto cuya escenografía aún se está decidiendo. "Los ciudadanos serán los protagonistas", abundan, recordando que serán "testimonios reales", de gente "real".

Están convencidos de que Sánchez gana en el regate corto, y estos meses se esforzarán por rentabilizar ese tirón, con la vista puesta en los comicios de mayo. Las elecciones autonómicas y municipales serán el termómetro de las generales, y en el PSOE no esconden que las municipales y el "poder local" son su "columna vertebral". Las encuestas no juegan a su favor, pero sostienen que aún tienen pista para despegar.