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Un informe discute la versión de Ceuta ante el fiscal: "Los menores se autolesionaban"
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Un informe discute la versión de Ceuta ante el fiscal: "Los menores se autolesionaban"

La ONG contratada para velar por los niños en los pabellones documentó el rechazo a las devoluciones mientras que las dos imputadas dicen que estaban "contentos" y les despedían entre "aplausos"

Foto: Llegada de menores migrantes a Ceuta. (EFE)
Llegada de menores migrantes a Ceuta. (EFE)
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La vicepresidenta del Gobierno de Ceuta, imputada por la devolución de menores a Marruecos el verano pasado, Mabel Deu, le dijo a la Fiscalía que no tenía constancia de que ninguno de los niños deportados hubiese mostrado rechazo ante los traslados. En su declaración, llegó a hablar de despedidas entre aplausos en los pabellones donde llevaban meses recluidos. Sin embargo, un informe aportado al juzgado que investiga los hechos relata una realidad mucho menos idílica. El documento recoge que los menores se pusieron a llorar y a autolesionarse cuando se enteraron de las expulsiones.

“Ante la situación de desconcierto e incertidumbre, los menores empiezan a agitarse, llorando, autolesionándose y verbalizando su repudia [sic] a ser devueltos a su lugar de origen”, dice el documento que obra en el sumario del caso al que ha tenido acceso El Confidencial. Lo elaboró la Fundación SAMU, contratada por el Gobierno de Ceuta para atender y velar por los cientos de menores que entraron en la llegada masiva de personas procedentes de Marruecos en mayo de 2021. El informe es del viernes 13 de agosto de ese año, el mismo día en que empezaron las devoluciones de niños pactadas con Marruecos mediante un procedimiento que la Justicia ya se ha encargado de censurar.

De las cerca de 12.000 personas que entraron con el beneplácito de las autoridades marroquíes de fronteras, alrededor de un millar eran menores de edad. Muchos de ellos entraron en territorio español solos, sin sus familias. Ceuta se vio desbordada y temporalmente les alojó en pabellones en unas condiciones que el propio Gobierno local reconoce como inadecuadas. 200 de ellos fueron repartidos luego por la Península en colaboración con otras comunidades autónomas, pero el resto se quedó en esa situación provisional a la espera de una solución. Uno de esos pabellones era el de Uate Santa Amelia, gestionado por SAMU.

Foto: Menores en la frontera entre Marruecos y Ceuta. (EFE)

El informe, de cuatro folios de extensión, relata cómo a las 13:00 horas de ese día un alto cargo de Ceuta les indicó que media hora después se iba a proceder al “desalojo y traslado de los menores” del pabellón. Dos minutos después, recibieron un listado. Hasta ese lugar se desplazó la propia vicepresidenta, Mabel Deu, presente en el lugar desde el que salían los niños en dirección a la frontera con Marruecos. La número dos del Gobierno autonómico informó a los responsables de la fundación de que el Gobierno de España había alcanzado un pacto con Marruecos para proceder a las devoluciones.

Se realizaría mediante un acuerdo bilateral sobre inmigración que nunca antes se había usado y que se firmó en el año 2007. Cuando dos días antes se decidió que ese iba a ser el procedimiento, la responsable del Área de Menores que dependía de Deu manifestó su oposición y remitió un escrito a Fiscalía alertando de lo que iba a suceder. A pesar de ello, el plan siguió adelante. En el pabellón del Santa Amelia había 132 niños y la indicación del Gobierno era que fueran saliendo en grupos de 15. “En el primer momento, se traslada a once menores, y el segundo y último movimiento del día, a cuatro más. A continuación, se nos informa de que no se realizará el desalojo total del centro, estableciéndose los traslados en grupos diarios de 15 menores”, añade el informe firmado por la coordinadora Marta Ojeda.

Pedían ayuda para no volver a Marruecos

Los trabajadores de la fundación tuvieron que emplearse en “transmitir tranquilidad, seguridad”, para lo que reforzaron todos los equipos de trabajo con el fin de recuperar la normalidad. Según cuenta el documento, “el ambiente de nerviosismo aparece en el resto de centros”, por lo que se convocaron asambleas y se restringieron las salidas. “La mayoría de los menores se dirigen al personal, manifestando su temor por ser repatriados a Marruecos y solicitan ayuda para que esta situación no se lleve a cabo”, añade el informe de la fundación SAMU, que reflejó su preocupación por “el riesgo eminente para el interés superior del menor”.

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Este escenario no frenó a las autoridades, que continuaron con los traslados ese fin de semana de agosto, con muchos españoles ajenos a la actualidad diaria disfrutando de sus vacaciones de verano. En total, fueron devueltos 55 menores a Marruecos hasta que la Justicia paró el plan a petición de las ONG. Cuando la vicepresidenta Deu tuvo que dar explicaciones como sospechosa ante la Fiscalía, presentó una versión más amable. Según la transcripción de su interrogatorio, dijo que no le consta “oposición por parte de ningún menor de los que fueron repatriados”. En cambio, de lo que sí tenía constancia es de que “hubo despedidas con aplausos y menores que se subían en el autobús de forma voluntaria”.

No pudo acreditar con certeza que los menores fueran escuchados antes de su entrega, tampoco que hubiese un papel firmado con su autorización. Precisamente, Deu delegó esos trabajos en el equipo técnico que trabajaba a diario con ellos. Añadió que las dudas jurídicas que planteó la jefa del Área de Menores de su departamento “no eran trascendentes”. A la hora de acreditar que los menores habían vuelto con sus familias, la vicepresidenta dijo imaginar que sí porque lo había leído en un periódico. Tras resultar formalmente imputada como cooperadora necesaria de un delito continuado de prevaricación —adoptar una decisión a sabiendas de que es injusta—, Mabel Deu (PP) dimitió de sus responsabilidades sobre Menores. Tendrá que declarar en el juzgado en septiembre.

La delegada: "Estaban muy contentos por volver"

La otra investigada es la delegada del Gobierno de Ceuta, Salvadora Mateos. En su declaración ante la Fiscalía, también minimizó el rechazo de los menores a su devolución a Marruecos. Dijo que los niños “estaban muy contentos por volver, lo que le produjo tranquilidad”. La Fiscalía le preguntó en concreto por los sucesos del pabellón Santa Amelia, pero Mateos dijo no tener constancia de que los menores manifestasen su negativa o empezaran a autolesionarse. “Recuerda todo lo contrario, que la vicepresidenta dijo que estaban muy contentos por volver”, añade la transcripción de su interrogatorio. Mateos también tendrá que declarar en septiembre en un juzgado de Ceuta en la causa penal que se instruye por lo sucedido.

Foto: Menores en la frontera entre Marruecos y Ceuta. (EFE)

Por otro lado, la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado, que ejerce la acusación popular en la causa, ha celebrado este miércoles una rueda de prensa en la que ha asegurado que va a centrar su acción judicial penal en exigir responsabilidades a los responsables de los "al menos cuatro ministerios que conocieron y gestionaron con Marruecos las deportaciones". Su portavoz y responsable, Rafael Escudero, también ha cuestionado la actuación de emergencia de la ciudad autónoma y los contratos formalizados con distintas empresas como la Fundación SAMU o Engloba para acoger a los alrededor de 1.000 menores, en distintos equipamientos acondicionados con ese fin, por un gasto "desorbitado" mensual que ha cifrado en "1,8 millones de euros", a pesar de lo cual se les dio "una atención deficitaria".

La vicepresidenta del Gobierno de Ceuta, imputada por la devolución de menores a Marruecos el verano pasado, Mabel Deu, le dijo a la Fiscalía que no tenía constancia de que ninguno de los niños deportados hubiese mostrado rechazo ante los traslados. En su declaración, llegó a hablar de despedidas entre aplausos en los pabellones donde llevaban meses recluidos. Sin embargo, un informe aportado al juzgado que investiga los hechos relata una realidad mucho menos idílica. El documento recoge que los menores se pusieron a llorar y a autolesionarse cuando se enteraron de las expulsiones.

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