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Bajan las entradas por las vallas de Ceuta y Melilla tras la nueva relación con Marruecos
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Flujos migratorios

Bajan las entradas por las vallas de Ceuta y Melilla tras la nueva relación con Marruecos

Desde que en abril se firmó el acuerdo, han llegado 651 migrantes por vía terrestre a ambas ciudades autónomas. Eso es casi un tercio menos de los 954 que accedieron irregularmente en el mismo periodo de 2021

Foto: Varios migrantes se encaraman al alambrado en su deseo de entrar en España. (EFE/Reduan Dris Regragui)
Varios migrantes se encaraman al alambrado en su deseo de entrar en España. (EFE/Reduan Dris Regragui)

Han pasado seis meses desde que la prensa magrebí desveló el compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez con la soberanía marroquí del Sáhara Occidental. Ese cambio en la política exterior de España se materializó después con la firma de una nueva etapa en las relaciones entre ambos países. El Ejecutivo puso en valor que el acuerdo incluía el compromiso de Marruecos con el control de los flujos migratorios. Los resultados, al menos en las vallas de Ceuta y Melilla, registran un descenso de casi un tercio en las entradas por vía terrestre desde que el acuerdo se hizo efectivo.

El documento entre España y Marruecos se firmó el 7 de abril e incluía frases como esta: “Se relanzará y reforzará la cooperación en el ámbito de la migración”. El análisis de los datos oficiales facilitados por el ministerio cada 15 días permite calcular que, entre el 1 de abril y el 15 de agosto de 2022, entraron de forma irregular por vía terrestre en Ceuta y Melilla un total de 651 migrantes. Durante el mismo periodo del año anterior, la cifra de entradas fue de 954. Eso supone un descenso de un tercio (-303) en el tramo analizado.

Foto: Una melillense pasea junto a la valla. (EFE/Miguel Osés)

De forma pormenorizada mes a mes, en abril de 2022 entraron 147 migrantes, mientras que el mismo mes de 2021 fueron 260 (-113). En mayo de 2022 accedieron 83 migrantes y en mayo de 2021, un total de 234 (-151). En junio de 2022 llegaron 258 migrantes y el mismo mes de un año antes apenas entraron tres personas (+255). En julio de 2022 entraron 116 migrantes, mientras que el mismo mes de 2021 accedieron un total de 404 (-288). En la primera quincena de agosto de 2022 han entrado 47, y en el mismo periodo de 2021 entraron un total de 53 (-6).

Incremento en los meses previos al acuerdo

En el global del presente ejercicio, contando desde el 1 de enero, la comparación arroja un mayor número de llegadas en este año. En concreto, el porcentaje es de un 36% de crecimiento (un 60% en Ceuta y un 26,3% en Melilla). Eso se debe al elevado flujo migratorio registrado en el primer trimestre, antes de la firma del acuerdo entre España y Marruecos. En los tres primeros meses de 2021, accedieron por las vallas de Ceuta y Melilla 340 migrantes. Sin embargo, en enero, febrero y marzo de este año, las entradas se dispararon hasta 1.118 llegadas (+778). Esto activó las alertas del Gobierno y las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Foto: Eduardo de Castro, presidente de Melilla. (Ciudad Autónoma de Melilla)

A partir de ahí, se experimentó un cambio de tendencia una vez iniciadas las nuevas relaciones a ambos lados del estrecho de Gibraltar. Desde el mes de abril del presente año, todos los meses presentan menos llegadas, excepto junio, cuando se produjo el trágico intento de salto masivo que terminó con decenas de subsaharianos muertos en la zona controlada por las fuerzas de seguridad marroquíes. Estos hechos no provocaron en el Gobierno una repulsa rotunda. Más bien al contrario, el mensaje de la Moncloa y el Ministerio del Interior fue elogiar la labor de las fuerzas de seguridad de Marruecos.

Esta modalidad de migración irregular por vía terrestre a través de Ceuta y Melilla es la única que permite medir los resultados de la actuación de las autoridades magrebíes, ya que la vía marítima, principalmente a la Península o las Islas Baleares y Canarias, no necesariamente tiene su origen en Marruecos. Argelia o países de la costa atlántica africana como Mauritania y Senegal también son lugares habituales de origen de pateras y cayucos.

En los datos que ofrece el Ministerio del Interior no se incluye la avalancha de más de 10.000 personas que consintió Marruecos a mediados del mes de mayo de 2021. Se entiende que esto no fue el resultado de flujos migratorios normales, sino un desafío directo de Rabat, que a la larga supuso un punto de inflexión en el devenir de las relaciones diplomáticas de los dos países.

Foto: Marta, con sus dos hijas en su pueblo de Tarragona. (Alejandro Requeijo)

Por proximidad geográfica, Marruecos sí es el origen habitual de las embarcaciones que alcanzan las costas de Ceuta y Melilla. En este campo, el resultado es desigual, según los datos del Ministerio del Interior. Las llegadas por vía marítima a Melilla han subido exponencialmente en lo que va de 2022, ya que se pasa de ninguna llegada en todo el año anterior a 89 migrantes a bordo de 17 embarcaciones repartidas a lo largo de los meses de forma sostenida. En Ceuta, en cambio, sí han bajado considerablemente las llegadas por vía marítima en lo que va de año, pasando de 588 a 57, un descenso del 90,3%.

La aduana continúa cerrada

La mejoría en los resultados de llegadas de migrantes de forma irregular por vía terrestre contrasta, en cambio, con otros aspectos de la relación entre España y Marruecos, como es el plano comercial en Melilla. La aduana lleva cuatro años cerrada de forma unilateral por el país magrebí y los empresarios tienen pocas esperanzas de una apertura en un corto plazo, según informó recientemente este periódico sobre el terreno. La fecha de reapertura sigue siendo una incógnita. Rabat decidió en agosto de 2018 cerrar el paso fronterizo de Beni-Enzar a las expediciones. Lo hizo sin avisar, haciendo gala de una política de hechos consumados.

Foto: Efectivos de emergencia trasladan al muelle de Órzola a inmigrantes llegados en una patera a la isla La Graciosa. (EFE/Javier Fuentes)

Según trasladan los comerciantes afectados, el panorama es desolador y denuncian una situación de ahogo económico que se prolonga demasiado: "No tengo a quién vender", dice uno de ellos en un escenario en el que cada vez se aprecian más tiendas cerradas. Marruecos cortó de raíz 60 años de comercio entre ambos países, logrando así que todas las importaciones de mercancías llegaran directamente a través del puerto de Beni-Enzar. Esto ha provocado la asfixia de los negocios que dependen de esa frontera.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció en su visita a Melilla el 23 de marzo que las fronteras se abrirían de forma gradual y que volvería la aduana comercial a la ciudad. En Rabat, el presidente del Gobierno llegó incluso a anunciar una nueva aduana en Ceuta. Pero, de momento, nada se sabe de estos anuncios, pese a que España y Marruecos se comprometieron en su declaración conjunta del pasado mes de abril a la "plena normalización de la circulación de personas y de mercancías, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo".

Han pasado seis meses desde que la prensa magrebí desveló el compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez con la soberanía marroquí del Sáhara Occidental. Ese cambio en la política exterior de España se materializó después con la firma de una nueva etapa en las relaciones entre ambos países. El Ejecutivo puso en valor que el acuerdo incluía el compromiso de Marruecos con el control de los flujos migratorios. Los resultados, al menos en las vallas de Ceuta y Melilla, registran un descenso de casi un tercio en las entradas por vía terrestre desde que el acuerdo se hizo efectivo.

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