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De refugiados afganos a contratados por el Gobierno como traductores a pie de pista
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Cobraron por sus funciones

De refugiados afganos a contratados por el Gobierno como traductores a pie de pista

Varios de los intérpretes que atendieron a los 300 ciudadanos de Afganistán llegados la semana pasada a Madrid eran compatriotas suyos. Estaban en España desde hace unos meses tras huir también de los talibanes

Foto: Llega a Madrid un grupo de 300 excolaboradores afganos y sus familias. (EFE/Zipi Aragón)
Llega a Madrid un grupo de 300 excolaboradores afganos y sus familias. (EFE/Zipi Aragón)

Varios refugiados afganos llegados a lo largo del último año a España huyendo del terror talibán se situaron ante el espejo la semana pasada con la llegada de 300 compatriotas suyos al aeropuerto madrileño de Torrejón de Ardoz. El Ministerio de Asuntos Exteriores contó con ellos para ejercer de traductores en el recibimiento de los tripulantes del vuelo procedente de Pakistán, la última evacuación organizada por el Gobierno. Hace solo unos meses también llegaron a España con lo puesto y con una mezcla de alivio y temor ante un futuro incierto. Ahora son ellos, con un dominio del castellano solvente, quienes hicieron más llevadero el trago de los recién llegados.

El miércoles pasado a las 22:15 aterrizó el avión procedente de Pakistán con 294 refugiados afganos que no pudieron salir del país desde la toma de Kabul por parte de los integristas. Sobre la misma pista del aeródromo militar había un contingente considerable de traductores afganos. Había algunos viejos colaboradores de las autoridades llegados en los últimos años, pero también otros que apenas llevan en España meses. Uno de ellos relata a El Confidencial que en los días previos los interesados tuvieron que mandar al Ministerio de Exteriores todos sus datos y documentación. La oferta era para ellos muy interesante porque se pagaba a 20 euros la hora, siempre según este testimonio.

Foto: Un combatiente talibán, después de un ataque terrorista en Kabul el 18 de junio. (Reuters/Ali Khara)
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Varios de los afganos que pasan sus primeros meses en el Centro de Acogida de Refugiados de Vallecas (Madrid) acudieron a la llamada para asistir a sus compatriotas, según relata uno de sus residentes. Esas primeras horas son claves para los recién llegados y esa es la razón por la que desde el Ejecutivo han preferido mantener un perfil bajo a su llegada. Aterrizan contentos por dejar atrás la pesadilla, pero son muy vulnerables emocionalmente. Llegan a otro mundo, lejos de su hogar y llenos de dudas. En el vuelo viajaban 14 bebés, mujeres solas y "personas que necesitan una especial atención", según dijo el ministro José Manuel Albares.

Encontrarse con personas de su mismo país a veces la misma etniaque hablan su idioma y entienden su situación por haberse visto en las mismas circunstancias supone un cierto consuelo. Desde el Gobierno se ha dado prioridad a las personas que colaboraron con las tropas españolas durante la presencia internacional en Afganistán. En su mayoría estuvieron en la región de Herat, al este del país. Muchos de los militares estuvieron en la provincia de Badghis, con una población de 20.000 habitantes. Muchos ciudadanos locales de la zona prestaron servicio durante los años de la ocupación occidental en labores como mecánica o limpieza, entre otros.

Una traductora y su madre

En declaraciones a la agencia de noticias Europa Press, la directora general del Sistema de Acogida en materia de Protección Internacional y Temporal, Amapola Blasco, afirmó que en 15 años de experiencia, la llegada de afganos tras la conquista talibán del país no es comparable con nada. Según relató, uno de los momentos más emocionantes que vivió esos días de agosto de 2021 fue el reencuentro en Torrejón de una de las traductoras del ministerio con su madre y sus hermanas que venían en uno de los vuelos.

Foto: Las periodistas de la estación de radio 'Mujeres en Kandahar'. (EFE/M. Sadiq)

La traducción en el mismo aeropuerto de llegada es clave para agilizar la burocracia y las gestiones una vez llegan los afganos a Madrid y antes de darles un destino. Son ya 3.900 las personas que han llegado en total a España para pasar al sistema de protección español. Los últimos 294 fueron derivados a centros de refugiados de Madrid, Zaragoza y Guadalajara.

Los 20 euros a la hora por ejercer de traductores es un porcentaje elevado si se tiene en cuenta la ayuda del Estado que perciben los refugiados en sus primeros meses en España. Najat tiene 27 años y lleva seis meses en un Centro de Acogida de Refugiados. Esta semana han recibido a nuevos compatriotas, entre ellos una familia con 18 integrantes que ha llegado en el vuelo procedente de Islamabad.

Foto: Najat, tras la entrevista, en la Plaza de España de Madrid. (A.R.)

Najat recibe 106 euros al mes, con los que se tiene que sufragar el abono de transporte para moverse por la ciudad. No paga ni alojamiento ni comidas, que corren a cargo del centro. Al estar soltero y ser el único miembro de su familia en España, puede alargar su estancia allí, pero las familias con varios hijos deben acabar alquilando una vivienda. También reciben ayudas para ello en función del número de descendientes.

En cuanto al estudio del español, los afganos adquieren con cierta rapidez un conocimiento de la lengua que les permite desenvolverse sin dificultad. Los refugiados del Centro de Acogida de Refugiados de Vallecas, por ejemplo, tienen dos horas de clase por las mañanas y luego por la tarde acuden a un instituto en la Gran Vía para perfeccionar el idioma. Con ese bagaje, el Ministerio de Exteriores ha contado con ellos para la función de recibir a sus compatriotas y al mismo tiempo ayudarles económicamente en sus primeros pasos en España.

Varios refugiados afganos llegados a lo largo del último año a España huyendo del terror talibán se situaron ante el espejo la semana pasada con la llegada de 300 compatriotas suyos al aeropuerto madrileño de Torrejón de Ardoz. El Ministerio de Asuntos Exteriores contó con ellos para ejercer de traductores en el recibimiento de los tripulantes del vuelo procedente de Pakistán, la última evacuación organizada por el Gobierno. Hace solo unos meses también llegaron a España con lo puesto y con una mezcla de alivio y temor ante un futuro incierto. Ahora son ellos, con un dominio del castellano solvente, quienes hicieron más llevadero el trago de los recién llegados.

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