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Viaje al infierno del 'networking': "Estamos privatizando nuestro tiempo libre"
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Viaje al infierno del 'networking': "Estamos privatizando nuestro tiempo libre"

Hay un cansancio cada vez mayor ante la necesidad de hacer contactos y conocer gente para conseguir trabajo. Todo el mundo lo hace, pero muy poca gente lo disfruta de verdad

Foto: La fiesta a la que todos querríamos ser invitados. (iStock)
La fiesta a la que todos querríamos ser invitados. (iStock)

La población de Bruselas, capital de la Unión Europea, es de alrededor de casi 200.000 personas. Pero dentro de Bruselas hay otra Bruselas alternativa, la que popularmente se conoce como la burbuja de la Unión Europea. Un mundo paralelo, que raramente se toca con la ciudad real, compuesto por empleados de la Unión, europarlamentarios, miembros de la Comisión, lobistas y otros actores secundarios del teatro comunitario. Un universo de poder en el que todo el mundo aspira a conocer a las personas adecuadas para escalar, y que utiliza la mejor arma a su disposición para ello: el 'networking'.

"Aquí lo del 'networking' es insoportable, hay gente que vive por y para ello, una minoría que se ve a la legua", explica Alberto Monje, que trabaja en un 'lobby' en la ciudad belga y que a su llegada a la capital para trabajar como becario en la Comisión Europa se encontró con lo que denomina la religión del 'networking'. "Solo hay interés laboral y económico, no personal", resumía en un tuit. "La ciudad está llena de zombis emocionales con las agendas llenas y el LinkedIn a rebosar".

"No haces 'networking' a las 12 en el comedor, sino a las siete en el bar"

Bruselas reúne todas las características para convertirse en la capital distópica del 'networking': poder, ambición y la facilidad para acceder en persona a esos personajes que pueden cambiar tu vida. Como explica Monje, la ciudad es una macroindustria para hacer contactos: "Cuando hay un descanso de 10 minutos en un evento, en lugar de llamarlo 'pausa para el café' lo llaman 'networking break'; hace poco hicieron una 'networking night', que me pareció gracioso porque no sé cuál es la diferencia con el resto de noches, o hay 'networking coffees". El mejor ejemplo son las fiestas de jueves noche en Plux, la Place du Luxemburg, donde "todos los de la burbuja van a conocer gente, y ves al que se acerca a un grupo sin conocer a nadie y se queda o van a ver si conocen eurodiputados".

Para Monje, resulta "mentalmente agotador". "Estás privatizando tu tiempo libre, porque no haces 'networking' a las 12 de la mañana en el comedor sino a las siete en el bar", añade el joven de 24 años. Bruselas es la punta de lanza de una tendencia en auge que genera una mezcla de ansiedad y fatiga. Por un lado, la de la necesidad de tener que conocer gente que parece indispensable en ciertos sectores, y por el otro, el cansancio al haber convertido nuestro tiempo libre y nuestras relaciones personales en más trabajo. Es habitual que en las universidades americanas te recomienden reservar un 20% de tu tiempo al 'networking'; algunos expertos animan a potenciar el 'networking' de tus hijos desde la infancia.

Un mundo de contactos

Uno de los grandes axiomas del mundo laboral moderno es que las oportunidades laborales se consiguen conociendo gente. Como recordaba un informe de Lee Hecht Harrison, tres de cada cuatro ofertas de empleo en España no se publican de forma pública, así que hay quien se ha tomado muy en serio eso de labrarse su propia suerte. Especialmente en el mundo cultural, que, como siempre, suele resumir (y caricaturizar) algunas de las tendencias emergentes en otros sectores.

placeholder En el cielo (de Bruselas) también hay 'networking'. (Reuters/Yves Herman)
En el cielo (de Bruselas) también hay 'networking'. (Reuters/Yves Herman)

"Es muy fácil rastrearlo en redes sociales", ilustra con una reveladora anécdota Hugo Camacho, editor de Orciny Press, que dedicó un texto a los sinsabores del 'networking'. "Un autor de repente se flipa con tus libros y con todo lo que haces, se pone a escribirte en todas las redes sociales, y cuando ve que no le das coba, desaparece. De repente, entras en la cuenta de otra editorial y ves que tu antiguo fan ya no es tu fan y que ahora es fan de otra editorial con la que está haciendo lo mismo". Camacho intenta crear cierta comunidad alrededor de Orciny, lo que a veces favorece que algunos se tomen ciertas confianzas. "La de nuestras relaciones personales es la cooptación última del capitalismo, la de perder tiempo en relacionarte con gente porque te va a abrir puertas".

"Llegamos a ese punto hace mucho tiempo, yo diría que más de 15 años", valora por su parte Jimina Sabadú, autora de 'La conquista de Tinder' (Turner) y buena conocedora de los ambientes culturales gracias a su ecléctica carrera entre el cine, el periodismo, el teatro y la literatura. "Cuando empecé a trabajar, veía trazas de autenticidad. Ahora no las veo casi nunca. Quizá sea la edad. Hay muchas pandillas montadas exclusivamente en torno al interés; yo espero que se caigan bien entre ellos, porque si no, han hipotecado su vida. Conste que también no poca gente se mueve por una genuina afinidad o por amistad personal".

"Hay cansancio de eventos con copas caras o cenas en las que solo hablas con uno"

O, como lo expone de una manera más técnica Julián Cárdenas, sociólogo, profesor e investigador de la Universidad de Valencia y especialista en 'networking': "Hay cansancio de ciertos protocolos como eventos donde las copas son carísimas, cenas con las que hablas solo con el de lado y la de enfrente, o LinkedIn donde parece que a todo el mundo le va perfecto en sus carreras profesionales. Pero el 'networking' y las relaciones sociales siguen siendo necesarias para obtener información sobre puestos de trabajo u oportunidades de negocio. Cuando una persona busca empleo lo que necesita es información de qué empresas están buscando un perfil como el suyo. Y esa información procede de contactos. Así sucede en el periodismo, la universidad, la consultoría, y cualquier sector".

Cárdenas recuerda que, por así decirlo, la meritocracia pura del propio esfuerzo no es real y que "en todos los momentos claves de las carreras profesionales suele haber un conocido que te dio una información clave, un consejo que te hizo ganar un puesto, una recomendación que te abrió las puertas, o una enseñanza que te recondujo la forma de pensar y actuar". Si hay agotamiento es porque la gente está haciendo mal el 'networking', añade: "El 'networking' [construir redes de contactos] parece una actividad de trepas, aprovechados, y a algunas personas las hace sentir incómodas y falsas. Si eso pasa, es porque se está haciendo mal".

placeholder En el vientre de la bestia. (Reuters/Robert Galbraith)
En el vientre de la bestia. (Reuters/Robert Galbraith)

En el pasado, el número de relaciones que potencialmente podíamos tener era mucho más limitado y estaba condicionado por el entorno geográfico. Hoy tenemos que responder a decenas de correos electrónicos y mensajes de WhatsApp al día, por lo que, como explica, "tenemos el 'relacionómetro' sobresaturado". No es que nos falten contactos, es que nos sobra ruido.

Así funcionan los mundillos: "Yo no soy Luis"

Quizás haya que diferenciar entre dos maneras de hacer 'networking': la del mundo de los negocios, más estable y formal, y la de los entornos creativos en los que los trabajos (o encargos) se consiguen por afinidad. Un mundo de colegueo y arribistas interesados. Como recuerda Camacho, "al menos en la empresa ya sabes que todo el mundo va de ese palo y sabes que el campo de juego es recolectar tarjetas a ver quién te abre más puertas, en el 'artisteo' es más de lamer culos, crear relaciones personales por el interés, que es lo más tóxico que hay".

"Hay clanes tranquilos donde se ve cierta horizontalidad y otros que son como si el camarote de los Marx lo hubiera pintado Goya"

En un entorno en el que las oportunidades son pocas y donde funciona el boca a boca, es natural que terminen surgiendo entornos sociales marcados por el interés. Como recuerda Sabadú respecto al mundo del cine, "distingo clanes que se arremolinan en torno a claros líderes; el líder es siempre el que más carrera o proyección tiene. Dependiendo el clima pueden ser amigos de toda la vida o una panda de 'comebolsas'. Pero también hay gente (cineastas, actores) que tienen una clara vinculación personal, y les gustan las mismas películas o tienen una forma similar de ver la vida. Hay desde clanes completamente tranquilos donde se ve cierta horizontalidad hasta clanes que son como si el camarote de los Marx lo hubiera pintado Goya en la Quinta del Sordo".

Hagamos una pausa para una anécdota de 'networking' mal entendido relatada por Sabadú: "Obra de teatro coescrita por mí. Asiste una actriz joven ataviada con vestido de fiesta y un hatillo lleno de sueños. Se acerca a un crítico de cine con actitud seductora. Alaba la obra, se atusa el pelo, agita sus pestañas… Y el crítico no entiende tanto entusiasmo por la obra… La actriz, en un momento dado, se dirige a él por un nombre (pongamos, Luis). 'Bueno, Luis, qué maravilla de obra has hecho'. Y el crítico, que pongamos que se llama Jorge, dice 'pero yo no soy Luis'. Y la chica cambia la cara y dice '¿Ah no?' y se marcha. Entonces el crítico de cine lo entiende. La actriz estaba tan despistada que creía que él era el director, porque para ella el director de una obra se sienta entre el público a la bartola".

placeholder Estreno de una película en el Festival de Cine de San Sebastián. (EFE/Emilio Naranjo)
Estreno de una película en el Festival de Cine de San Sebastián. (EFE/Emilio Naranjo)

Uno de los comportamientos más agotadores es tener que fingir continuamente que todo va genial, como explica Monje, algo que suele traducirse en largas parrafadas autocomplacientes de despedida en LinkedIn. "Es insoportable, es el mismo mensaje cortado y pegado una y otra vez sobre lo bonito que ha sido todo y lo mucho que han aprendido", recuerda. "Todo el mundo te dice lo súper bien y súper ocupados que están y lo interesante que es su trabajo pero cuando se marchan te confiesan que no era así". Un mundo ideal que no se corresponde con la realidad y en la que dejar entrever un ápice de infelicidad es tabú. Todo está bien (hasta que no lo está).

"Alguna vez me he planteado, casi de forma automática, relacionarme con alguien en base a un interés, pero lo he abortado tan pronto como me he dado cuenta", concluye la escritora. "Para mí es indigno y para la otra persona no es justo. No quiero instrumentalizar a nadie, y para cosas de trabajo siempre tenemos el contacto. También hay un punto en el que la gente seria busca profesionales con los que trabajar. Quiero que me llamen porque les interesa mi trabajo, no por simpática o por tener siempre una lisonja en la manga". El editor, por su parte, concluye con una frase contundente: "Al final es meter en tu casa a gente que quiere comer tu comida y si antes de marcharse se quieren mear en tu alfombra, pues se mean".

Otro 'networking' es posible

El CEO y escritor Dereck Coburn saltó a la fama hace unos años por su cruzada 'antinetworking'. En realidad, lo que contaba en su libro 'Networking Is Not Working' no ofrecía una filosofía a la contra, sino que afinaba el método recordando que los eventos para hacer contactos no funcionan, sino que es preferible otras estrategias como organizar tus propias quedadas para reforzar tus redes o activar los contactos "dormidos".

"Estas estrategias te hacen conocer muchas personas, pero sin reciprocidad"

Es decir, una manera alternativa de entender el 'networking' saliendo de los canales conocidos. "Muchos de los libros editados en los 2000 y 2010 han enfatizado un 'networking' muy basado en la importancia de acudir a eventos, 'shaking-hands' [darse la mano], conocer cuantas más personas mejor, disponer de 'business cards', tener preparadas unas frases clave para empezar una conversación [los conocidos como 'ice-breakers'], cuidar los perfiles en redes sociales como LinkedIn, y otras cosas por el estilo", recuerda Cárdenas. "El problema con esta visión es que estas estrategias te hacen conocer muchas personas, pero sin ningún tipo de compromiso de reciprocidad. Es decir, puedo terminar un evento de 'networking' con 20 nuevos seguidores en mi red social y 30 'business cards' en el bolsillo, pero ninguna de estas personas me debe nada ya que los intercambios han sido muy superficiales y rápidos".

Una posible alternativa: "Uno de los componentes principales del 'networking' es la reciprocidad: hoy haces algo por mí y en un futuro haré algo por ti. Si yo hago algo por alguien, aunque sea dar un consejo, recomendación, favor, una enseñanza de esas que te queda grabada en la mente, o hacer de puente o enlace para que dos individuos se conozcan, esa persona sí se va a acordar de mí. Y si en un futuro cercano o lejano le pido algo que esté a su alcance, es probable que lo haga".

Foto: Foto: Reuters/Jon Nazca.
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O tal vez tan solo haga falta relajarse un poco, como en la anécdota que utiliza Sabadú para terminar: "Hace unos años estaba en bancarrota total, sin trabajo ni dinero (aunque con un techo) y quedé con un amigo que estaba en las mismas. Era sábado y teníamos cada uno unos cinco euros en el bolsillo y en la cuenta. Yo compré una arepa y él compró dos latas de refrescos. Nos sentamos en la plaza del Rey mientras las pandillas iban y venían, y en Instagram veía las fiestas a las que asistía la gente. Y me vi sentada con un amigo de verdad, compartiendo lo poco que podíamos pagar y pensando en lo afortunada que era de tener a alguien que no quería nada de mí y que me quería de verdad, y a quien yo quería de verdad. Seguro que con un wasap podría haber accedido a alguna de esas fiestas, pero hubiera sido una tontería. Te digo en serio que fue de las mejores noches de mi vida. Me sentí profundamente afortunada".

La población de Bruselas, capital de la Unión Europea, es de alrededor de casi 200.000 personas. Pero dentro de Bruselas hay otra Bruselas alternativa, la que popularmente se conoce como la burbuja de la Unión Europea. Un mundo paralelo, que raramente se toca con la ciudad real, compuesto por empleados de la Unión, europarlamentarios, miembros de la Comisión, lobistas y otros actores secundarios del teatro comunitario. Un universo de poder en el que todo el mundo aspira a conocer a las personas adecuadas para escalar, y que utiliza la mejor arma a su disposición para ello: el 'networking'.

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