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La vacante del TC que allana el camino para que PP y PSOE desbloqueen las negociaciones
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DEL CONSTITUCIONAL AL CGPJ

La vacante del TC que allana el camino para que PP y PSOE desbloqueen las negociaciones

Alfredo Montoya renunció este miércoles por motivos de salud y su sustitución exige el apoyo de tres quintos del Senado. Si los populares quieren que su plaza sea ocupada por un jurista conservador, necesitan llegar a un acuerdo con los socialistas

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Pool/Ballesteros)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Pool/Ballesteros)

La renovación del Tribunal Constitucional ya no exige el cambio de cuatro magistrados, sino de cinco. Alfredo Montoya, de corte conservador, presentó este miércoles su renuncia por motivos de salud y, de esta manera, se abre un nuevo frente que allana el camino para que el PP y PSOE desbloqueen las negociaciones. "Puede ser una oportunidad para renovar una plaza que no tienen", reconocen fuentes de los populares. "Ojalá esto sirva para que el PP sea consciente de la importancia de renovar las instituciones", sostuvo por su parte el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, tras la reunión de la mesa de diálogo con Cataluña este miércoles.

El posible acercamiento entre ambos partidos responde a que la sustitución de Montoya por otro magistrado exige el apoyo de tres quintos del Senado. Si el PP aspira a que su plaza sea ocupada por un jurista de corte conservador, necesita llegar a un acuerdo con el PSOE. O lo que es lo mismo: para mantener un voto conservador en el Constitucional, el PP necesita retomar unas conversaciones que dio por rotas el pasado junio.

En circunstancias normales, este voto no tendría por qué forzar un cambio en la postura de los populares. Montoya, de hecho, se encuentra de baja desde hace un año y, en todo este tiempo, el bloque conservador ha mantenido su mayoría en el tribunal. Pero el problema para el PP es que la vacante se ha vuelto oficial a poco más de un mes para la previsible renovación de otros cuatro magistrados del Constitucional y el correspondiente cambio de fuerzas a favor del bloque progresista. Mantener ese voto conservador se vuelve imprescindible, y más cuando el tribunal debe pronunciarse sobre temas como la eutanasia, el aborto o la conocida como ley Celaá.

El cambio de fuerzas

La importancia de la renuncia de Montoya se enmarca precisamente en los motivos que llevaron al PP a dar por rotas las negociaciones en junio. En concreto, por la maniobra legislativa que el PSOE dio a conocer ese mes y que le permite inclinar la balanza a favor de los progresistas con la sustitución de cuatro magistrados del Constitucional: el presidente, Pedro González-Trevijano, al vicepresidente, Juan Antonio Xiol, y los magistrados Antonio Narváez y Santiago Martínez-Vares. Salvo Xiol, todos ellos son de corte conservador.

El mandato de estos cuatro magistrados caducó el pasado 12 de junio, pero en aquel momento, el Gobierno se encontró con que su renovación se topaba con un obstáculo: a diferencia de Alfredo Montoya, cuya sustitución depende del Senado, la designación de los dos miembros que ocuparán las plazas de Trevijano y Narváez corresponde al Ejecutivo, mientras que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) debe designar a otros dos para reemplazar a Xiol y Martínez-Vares.

Foto: El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes. (EFE)

Para conseguir la renovación, el problema radicaba en estos dos últimos, pues el Gobierno reformó la ley en 2021 para impedir al CGPJ hacer nombramientos mientras se encuentre en funciones. Como el mandato del órgano de gobierno de los jueces caducó en diciembre de 2018, su propia reforma se erigía entonces como el principal escollo para lograr una mayoría progresista en el Constitucional: sin los dos del CGPJ, el Ejecutivo corría el riesgo de que los suyos no salieran adelante.

El Gobierno exploró entonces distintas opciones. Entre ellas, nombrar a sus magistrados sin esperar al CGPJ, pero las dudas respecto a la viabilidad de esta alternativa lo llevaron a desechar la misma y concluir que la única salida era otra: reformar su propia reforma.

Foto: El presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes. (EFE/Cabalar)

El nuevo cambio legislativo entró en vigor este mismo mes e implica que el CGPJ puede hacer nombramientos mientras se encuentra en funciones, pero solo los que afectan al Constitucional. La reforma, de hecho, incluye una enmienda que obliga al órgano a designar a sus dos magistrados antes del 13 de septiembre.

Como era de esperar, esta maniobra provocó el enfado del PP, que dio por rotas las negociaciones con los socialistas para renovar cualquier órgano. "Rompe cualquier tipo de puente para seguir negociando", advirtió el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Entre ellas, las conversaciones para renovar el CGPJ, la joya de la corona.

Foto: Reunión del pleno del Consejo General del Poder Judicial. (EFE/CGPJ)

Pero en apenas un mes, la situación ha vuelto a dar un giro. Por un lado, la reforma del Gobierno ya ha salido adelante y el cambio de estos cuatro magistrados parece ya inevitable. Por otro, esta renovación supone un cambio de fuerzas a favor de los progresistas, por lo que la renuncia de Montoya cobra ahora especial relevancia para el PP.

A la vista de este nuevo escenario, los populares pueden optar por retomar las negociaciones y tratar de mantener un voto conservador en el Constitucional. El Ejecutivo no necesita apoyo alguno por parte de la oposición para la renovación de los otros cuatro magistrados, pero el arranque de una nueva ronda de conversaciones le puede resultar ventajoso en otro sentido: aprovechar la situación del PP en el Constitucional para tratar de lograr la renovación del CGPJ tras tres años y medio de bloqueo.

La renovación del Tribunal Constitucional ya no exige el cambio de cuatro magistrados, sino de cinco. Alfredo Montoya, de corte conservador, presentó este miércoles su renuncia por motivos de salud y, de esta manera, se abre un nuevo frente que allana el camino para que el PP y PSOE desbloqueen las negociaciones. "Puede ser una oportunidad para renovar una plaza que no tienen", reconocen fuentes de los populares. "Ojalá esto sirva para que el PP sea consciente de la importancia de renovar las instituciones", sostuvo por su parte el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, tras la reunión de la mesa de diálogo con Cataluña este miércoles.

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