La mujer de Luis Lorenzo, a su padre: "Te voy a hundir y hacerte la vida imposible"

Arancha Palomino y Luis Lorenzo, investigados como supuestos autores del asesinato de la tía Isabel, siempre han mantenido que se llevaron a la víctima a Madrid para cuidar de ella, para darle la atención médica que no recibía en Asturias. Es falso. En el sumario del caso constan numerosos testimonios que hablan del absoluto desinterés de la pareja en cuidar a la tía Isabel. Al revés, lo que los testigos describen se acerca más a unos malos tratos continuados que al amor.

El propio padre de Arancha Palomino lo cuenta así: “Mi hija, una vez, me dijo que la llevara a ver a la tía Isabel. Serían las 11 de la noche. Le dije que sí. Nos presentamos allí y mi hija e Isabel empezaron a hablar y discutieron. Isabel le dijo: 'No te quiero volver a ver jamás'. Arancha, de la rabia, agarró un vaso y lo estrelló contra el suelo. Creo que discutieron por dinero. Arancha siempre le iba con problemas a su tía y ella estaba hasta el gorro de esos problemas. Lo que Isabel quería era una vida tranquila y no quería ver a Arancha”.

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Casi todos los testimonios dibujan la misma escena. El deseo de la tía Isabel de vivir en Asturias, cerca de los suyos, disfrutando de jugar a las cartas y del baile en el centro de mayores con sus amigos. Hablan de su extraordinaria salud. Capaz de caminar kilómetros a pesar de su edad, su cabeza estructurada y ágil, simplemente acuciada por un problema de sordera. Solo hay tres testimonios en las actuaciones que describen la situación opuesta: que no quería vivir en Asturias, que odiaba que su hermano la controlase y que estaba física y mentalmente destruida, el de Luis Lorenzo, el de Arancha Palomino y el de la tercera cuidadora, con antecedentes por tráfico de drogas, Ana Elisabeth. Quizá por esa razón, la jueza instructora ha decidido convertir a la cuidadora en investigada y, por tanto, también sospechosa de asesinato.

La investigación describe a una pareja de actores sin empatía, solo interesados en el dinero. Es el propio padre de Arancha el que habla pestes de su hija: “Después del fallecimiento de mi esposa, Arancha comenzó a reclamarme la herencia, aunque mi mujer no había dejado hecho testamento. Me amenazaba: 'Te voy a hundir y te voy a hacer la vida imposible'. Al final, en 2018 le di 60.000 euros para que me dejara en paz y porque era la parte que le correspondía de la herencia de su madre. Pero también quería mi pensión de viudedad. Ella me explicó que le correspondía a ella porque su madre se la había prometido en vida. Le tuve que explicar que el viudo era yo, no ella, y que se otorgaba al marido de la persona fallecida”.

"Me cansé, porque encima ella decía que yo no era su padre. Así que le corté el grifo. Le pedí que me dejara en paz y no me pidiese más dinero"

El dinero siempre sobrevolaba la vida de la mujer de Luis Lorenzo. “A mí solamente me llamaba”, recuerda el padre, “para pedirme dinero. Ella tiene mucha labia. Una vez me dijo que necesitaba para arreglar el coche y le di 9.000 euros. Otra vez decía que tenía que pagar al abogado de Oviedo y eran 3.000 euros, y así constantemente. Hasta que me cansé, porque encima ella decía que yo no era su padre. Así que le corté el grifo. Le pedí que me dejara en paz y no me pidiese más dinero”.

Estaba decidido el hombre a no saber nada más de su hija ni de su esposo, el actor. “El pasado 30 de mayo, Arancha y Luis llamaron a mi puerta para que abriera. Tuve miedo. Así que observé por la mirilla, pero no abrí la puerta. Pasados cinco minutos, se fueron del edificio”. Usa la palabra 'miedo', ¿miedo a qué? ¿También lo tenía la tía Isabel?