Miquel, el 'vacunado' de la ANC, abre 'oficina' en Oklahoma para predicar el independentismo

La Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha comenzado a hacer 'lobby' en Estados Unidos para recabar adhesiones a su nueva hoja de ruta para la independencia de Cataluña. La entidad acaba de inscribirse en el registro oficial de grupos de presión extranjeros (FARA, en inglés) del Departamento de Justicia de Washington, un trámite administrativo necesario para que sus miembros puedan reunirse con dirigentes locales con la intención de transmitirles sus aspiraciones políticas. La ANC operará en territorio estadounidense en paralelo a la embajada de la Generalitat en la capital del país, que está en funcionamiento desde que fue inaugurada en 2009 por el Govern de José Montilla.

La solicitud de inscripción de la ANC ha sido cursada por la cúpula de la delegación de la entidad soberanista en Estados Unidos. La filial fue creada en 2019 por varios miembros de la organización. El presidente es Miquel Fernández Barros, un programador de 'software' de 41 años, natural de Reus (Tarragona) que llegó al otro lado del Atlántico hace una década y que adquirió cierta notoriedad en noviembre de 2020, cuando fue entrevistado en multitud de medios nacionales al convertirse en el primer español en recibir la vacuna contra el coronavirus de la farmacéutica Pfizer. Sus intervenciones se centraron relatar su experiencia como participante en uno de los primeros ensayos con el medicamento.

El domicilio que ha utilizado la ANC para constituirse como 'lobby' y fijar su domicilio social es precisamente el de la vivienda particular de Fernández, una enorme casa de planta baja ubicada en un barrio residencial de la localidad de Norman, a las afueras de Oklahoma City, capital del estado del mismo nombre, según consta en los documentos de registro, a los que ha tenido acceso El Confidencial.

En la inscripción también figuran otros dos miembros de la delegación estadounidense de la ANC. Se trata de la secretaria de la junta directiva, Nuria Coe, una mexicana de padres catalanes que se dedica a escribir libros para niños y vive en un gran chalé de dos pisos junto a un campo de golf, en una urbanización exclusiva de los alrededores de Seattle; y Anna María Izquierdo-Porrera, una doctora especializada en geriatría que tiene su propia clínica de atención primaria en el estado de Maryland y trata especialmente a población latina.

La filial estadounidense de la ANC ha declarado al Departamento de Justicia que su principal objetivo "es lograr la independencia de la República Catalana por cauces pacíficos y democráticos". "Todos los pueblos tienen derecho a su autodeterminación y, en virtud de ese derecho, las naciones pueden libremente determinar su estatus político y perseguir libremente su desarrollo económico, social y cultural. La Asociación defiende este derecho", sostiene el nuevo 'lobby' soberanista. Su misión tendrá tres patas: "Explicar las implicaciones políticas, sociales y económicas del movimiento independentista catalán y de una potencial República de Cataluña independiente; realizar actividades de promoción; y representar a la ANC en Estados Unidos".

La delegación admite en su hoja de registro que recibe fondos de su matriz en Barcelona para financiar su actividad, pero afirma que su presupuesto depende de las aportaciones de socios. Según Fernández y su equipo, la delegación de la ANC en Estados Unidos cuenta con un centenar de afiliados y ninguno de los responsables recibe un salario por su labor.

La inscripción como 'lobby' permitirá a la cúpula de filial reunirse con dirigentes locales y estatales, miembros de la Cámara de Representantes y el Senado y cualquier otro integrante de la Administración estadounidense para trasladarles sus argumentos a favor de la independencia de Cataluña. Los grupos de presión pueden pagar comidas a políticos, invitarlos a eventos y actos culturales e incluso hacerles regalos, pero tienen la obligación de informar puntualmente de todas esas transacciones y detallar los asuntos que han tratado con ellos.

Ese es el mismo cometido que lleva años realizando la embajada de la Generalitat en Estados Unidos. En los meses previos a la celebración del referéndum del 1-O, la delegación del Govern en la primera potencia del mundo intensificó sus contactos con congresistas y senadores para tratar de generar una corriente de opinión favorable a la consulta ilegal. La Generalitat llegó a contratar los servicios de un 'lobby' especializado en campañas políticas. El presupuesto de la embajada llegó a superar el millón de euros al año. El Gobierno de Mariano Rajoy la cerró con la aplicación del artículo 155, pero, tras la investidura de Quim Torra, este volvió a abrir la oficina. Su sede está en un edificio de oficinas de Washington, cercano a la Casa Blanca.

A partir de ahora, el independentismo hará 'lobby' por duplicado en suelo estadounidense. La inscripción de la ANC en el listado del Departamento de Justicia responde a un mandato de su militancia. El pasado marzo, los socios de la Asamblea acordaron una nueva hoja de ruta para la independencia que incluyó, entre otros puntos, potenciar el frente internacional para preparar un nuevo embate contra el Estado.