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Luis Lorenzo y Arancha Palomino: "A ver si se muere Isabel y compramos otra casa"
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Luis Lorenzo y Arancha Palomino: "A ver si se muere Isabel y compramos otra casa"

Un testigo escuchó una conversación privada entre el actor y su mujer en la que deseaban que la tía Isabel muriese, heredar y comprar una casa en Madrid capital

Foto:  El actor Luis Lorenzo y su pareja a su salida del los Juzgados de Arganda del Rey. (EFE/Víctor Lerena)
El actor Luis Lorenzo y su pareja a su salida del los Juzgados de Arganda del Rey. (EFE/Víctor Lerena)

Un testigo declaró ante la Guardia Civil que escuchó cómo Luis Lorenzo y su mujer, Arancha Palomino verbalizaban su deseo mutuo de que Isabel se muriera. De esta forma, la mujer del actor heredaría los bienes y el dinero de la anciana y “así nos podremos comprar una casa”, concluyó el intérprete. La pareja quería adquirir una vivienda más grande en Madrid capital, pero no tenían dinero suficiente para hacerlo. Sin embargo, al heredar los más de 130.000 euros de las cuentas de la tía Isabel y su casa de Grao, sumados a los 140.000 euros que Lorenzo escondía en su casa, podrían acceder a una nueva propiedad y dejar atrás su etapa en Rivas Vaciamadrid.

Ese mismo testigo -hay que recordar que en el vecindario se oía todo-, explicó a los investigadores que la tía Isabel quiso huir de la casa de Luis Lorenzo y de Arancha Palomino en mitad de la noche y coger un tren de regreso a su casa de Grao, porque decía que estaba muy mal. El actor y su mujer la pillaron por el ruido que hizo al abrir la puerta de la calle. La pareja se abalanzó sobre ella para retenerla: “Pero, ¿cómo te atreves a irte? ¿quién te ha dado permiso?”, le chillaron. Al día siguiente, según este testigo, Luis Lorenzo y Arancha Palomino comenzaron a reírse de la tía Isabel: “Pero, ¿cómo te vas a ir? Si tienes un montón de enfermedades, si te tiembla el pulso y tienes Alzheimer”.

Foto: El actor Luis Lorenzo. (Getty)

Otro testigo le confesó a una persona querida: “He visto a Luis Lorenzo cortando pilas y sacando un polvo blanco”. Sus palabras constan en unas nuevas diligencias aportadas en el juzgado de instrucción, en las que el grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Madrid ha acumulado un buen puñado de testimonios donde se describen comportamientos concretos de Luis Lorenzo y Arancha Palomino, que algunos incluso podrían considerar que se tratan de torturas, como, por ejemplo, no dar de comer a la tía Isabel y cuando lo hacían era siempre macarrones con tomate. Ni proteínas ni verduras.

"Tampoco la cambiaban nunca de ropa porque literalmente solo tenía una muda. Sus únicos enseres eran un pantalón, un cepillo y una crema”

Uno de esos testimonios más gráfico es el de la primera cuidadora que atendió a Isabel: “La primera impresión que tuve de Arancha fue muy mala. Es una persona altiva a la que le gusta aparentar. La casa estaba muy sucia, desordenada, vamos, una porquería. La tía Isabel era buena y cariñosa conmigo. A Isabel la tenían completamente descuidada, sin higiene, No la duchaban en la casa. Intenté hacerlo yo y Arancha me lo prohibió. Me dijo que esos baños no podían ser utilizados por la tía Isabel, que a ella le daba asco, que todo había que hacerlo en los baños del garaje. Una vez me prometió que la ducharía ella por la noche, pero llegué a la mañana siguiente comprobé que había mentido y tenía el pelo sucio. Tampoco la cambiaban nunca de ropa porque literalmente solo tenía una muda. Sus únicos enseres eran un pantalón, un cepillo y una crema”.

Foto: El actor Luis Lorenzo, en una imagen promocional.

El testimonio de la primera cuidadora todavía contiene aspectos más duros: “En casa no había nada de comer. El frigorífico estaba vacío. Yo tenía un contrato en el que me tenían que dar de desayunar, comer y cenar, pero no había nada salvo leche y galletas. Tenía que traerme la propia comida de casa y dar de comer a la tía Isabel de mis sándwiches porque si no, la dejaban sin comer. A mí me daba tanta lástima que ella me pedía y yo compartía mi comida. Ellos no estaban en casa habitualmente y no les importaba nada el cuidado de la tía Isabel. Estaban más pendientes de que yo les lavara la ropa a ellos, limpiara la casa y estuviera pendiente de los niños más que de la tía. Isabel muchas veces decía: “¿Para qué me han traído? Quiero volverme para Asturias”, repetía constantemente. También pregunté qué medicinas debía darle y Arancha me respondió: “De eso me encargo yo”. A mi Arancha me parece una víbora, desprende veneno. Estaba de broncas con Luis todo el día. No alimentaba bien a Isabel y le hablaba mal. Luis es más callado, pero un auténtico manipulador. Manipulaba a Arancha como quería. Es un chulo. A Isabel parecía no quererla nada, era como si fuese un estorbo para él. La pobre mujer estaba todo el día delante del televisor y tumbada en el sofá. Era una persona que estaba muy triste”.

Las nuevas diligencias descubren la gran cantidad de mentiras de Arancha Palomino durante la entrevista que dio al Programa de AR. Según ella, su tía era muy presumida y por eso se quiso hacer un tratamiento de repaso de microblanding (pintarse las cejas).

Sin embargo, Arancha le explicó a la trabajadora del centro de belleza que su tía tenía Alzheimer y que el tratamiento era un regalo que ella le hacía. El coste del tratamiento fueron 69,99 euros que abonó en efectivo, pero Arancha, luego, se hizo una trasferencia de la cuenta de la tía Isabel a la suya por valor de 800 euros y en el concepto escribió “microblanding”.

"Tenía que traerme la propia comida de casa y dar de comer a la tía Isabel de mis sándwiches porque si no, la dejaban sin comer"

Otro de los aspectos que llama poderosamente la atención de estas nuevas pesquisas es lo que ocurrió en la notaría. Allí acudió Arancha con su tía y logró que cambiara el testamento en su favor. Pero en ese documento notarial solo le autorizaba para acceder a las cuentas de la tía Isabel, no a sus fondos.

Tenía uno de más de 70.000 euros. Cuando el banco le negó el acceso a este fondo, Arancha volvió a acudir al notario para lograr un poder general más amplio. El notario les dice a los investigadores de la Guardia Civil: “En esta ocasión, estuve únicamente, a solas con la señora Isabel, sin nadie más en la sala y unilateralmente, bajo mi responsabilidad determiné que la Sra. Isabel, en ese momento, no disponía ni disfrutaba de todas sus facultades y capacidades necesarias para otorgar ningún tipo de documento notarial”.

La clave es la expresión “en esta ocasión”, lo que implica que la vez que la tía Isabel le otorgó la herencia a Arancha Palomino, el notario nunca estuvo a solas con ella, ni comprobó si era una persona que estuviese bien mentalmente, y, lo que es peor, Arancha pudo coaccionar a la tía Isabel, sin que el notario se diese cuenta.

Un testigo declaró ante la Guardia Civil que escuchó cómo Luis Lorenzo y su mujer, Arancha Palomino verbalizaban su deseo mutuo de que Isabel se muriera. De esta forma, la mujer del actor heredaría los bienes y el dinero de la anciana y “así nos podremos comprar una casa”, concluyó el intérprete. La pareja quería adquirir una vivienda más grande en Madrid capital, pero no tenían dinero suficiente para hacerlo. Sin embargo, al heredar los más de 130.000 euros de las cuentas de la tía Isabel y su casa de Grao, sumados a los 140.000 euros que Lorenzo escondía en su casa, podrían acceder a una nueva propiedad y dejar atrás su etapa en Rivas Vaciamadrid.

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