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La España del carbón se siente estafada: "¿Qué prisa había por demoler la central?"
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El Gobierno apuesta ahora por As Pontes

La España del carbón se siente estafada: "¿Qué prisa había por demoler la central?"

En la comarca minera de Andorra (Teruel), nadie entiende la urgencia por desmantelar su central térmica. Menos ahora, en plena crisis energética y ante la amenaza de corte del gas ruso

Foto: Momento de la voladura controlada de las tres torres de refrigeración de la central térmica de Andorra. (EFE/Javier Cebollada)
Momento de la voladura controlada de las tres torres de refrigeración de la central térmica de Andorra. (EFE/Javier Cebollada)
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El hartazgo que se vive en el municipio turolense de Andorra (7.600 habitantes) es contagioso. La rapidez con que se desmanteló su central térmica, tras décadas de producción, terminó con una ausencia absoluta de reestructuración industrial y sin ninguna estrategia por parte del Gobierno de España para revitalizar la comarca. Se cerró su central térmica por imperativo ecológico y nunca se implantó un plan B. De hecho, hace 70 días, se demolió la central térmica gestionada por Endesa con aplausos y focos. Pero, ahora, la crisis energética que asola Europa, tan dependiente del gas ruso, deja al desnudo la falta de visión estratégica de los gobernantes.

La guerra en Ucrania, la subida disparatada de los precios y la amenaza de Putin de cortar el gas han provocado que la Unión Europea vuelva a mirar a las centrales de carbón que hasta hace pocos meses estaban en la lista negra. La prioridad es asegurar la autosuficiencia energética. Lo hace Alemania, donde ya se ha autorizado que sus centrales de carbón reabran, a pesar de estar cerradas. Y lo están implantando otros países de la UE. No es el caso de España: el Gobierno de Pedro Sánchez asegura que su compromiso es el cierre sí o sí de las centrales que queman carbón por su impacto climático.

Foto: Combo de fotografías del momento de la voladura controlada de las tres torres de refrigeración de la central térmica de Andorra (Teruel). (EFE/Javier Cebollada)

A excepción del caso de la central térmica de As Pontes, en Galicia. El Gobierno retrasa ahora su cierre por la situación de crisis energética. Una excepción gubernamental que no podrá darse en el municipio de Andorra tras el cierre y voladura de su central y que, además, no tiene una alternativa de empleo ni de transición justa. La ministra del ramo, Teresa Ribera, ha confesado en reiteradas ocasiones que Andorra llegará a tener un plan industrial tras el cierre de la central térmica, aunque no hay horizonte temporal para la comarca minera desde hace tres años.

En Andorra no se entiende esta situación de 'impasse', que califican de “estafa” o “tomadura de pelo”. Nadie comprende las prisas por el desmantelamiento y demolición de una central térmica que aliviaría la crisis energética actual y que compensaría la economía de la zona ante la incertidumbre económica.

placeholder El día del cierre de la central térmica de Andorra, los trabajadores se manifestaron en contra. (Cedida)
El día del cierre de la central térmica de Andorra, los trabajadores se manifestaron en contra. (Cedida)

El presidente de la Asociación de Empresarios de Andorra, Roberto Miguel, atiende a este diario para aclarar que “todo parece una broma de muy mal gusto, la ministra Ribera quiere seguir tomándonos el pelo”. Con esta rotundidad, afirma que fue precisamente la central térmica de Andorra quien reclamó que esta infraestructura energética fuera la garantía de suministro en caso de inestabilidad energética. A su juicio, el cierre temprano de las centrales térmicas solo atendiendo a criterios ambientales es “indignante”. Y cuenta: “En España, queríamos ser los primeros en el modelo verde y sostenible, pero sin saber que hay factores geopolíticos que pueden desestabilizar mientras no se garantice el suministro con energía renovable”.

Andorra desmantelada, As Pontes abierta

La Unión Europea ya ha tomado la decisión de que los países miembros lleguen a ser lo más soberanos que puedan, ante la amenaza de que Rusia acabe por cortar el gas, y permite seguir con la quema de lignito durante 15 años más en las centrales térmicas. Una decisión que choca contra la línea que mantenía España en los últimos años, e incluso contra el relato de la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, la cual se había opuesto radicalmente al mantenimiento de estas centrales térmicas.

Las comarcas mineras españolas que vieron cerradas sus centrales, tras la negativa de Bruselas de seguir subvencionado el negro mineral para alcanzar una descarbonización de la economía en 2050, ven con impotencia cómo van cayendo torres de refrigeración y chimeneas de sus centrales térmicas, al tiempo que en Europa se reabren. Y junto a ello, lo que más ha cabreado es la reapertura programada de la central térmica de As Pontes.

Un cierre precipitado y sin plan B

El presidente de CEOE-Cepyme en Teruel, Juan Ciércoles, insiste en ello: “La planificación del cierre y demolición de la térmica de Andorra fue demasiado rápida y nunca se ha puesto en marcha un convenio de transición que mantenga el empleo”. En conversación con El Confidencial, fuentes del sector minero y conocedores del funcionamiento de la central térmica de Andorra cuentan que “ya se sabía que el cierre fue precipitado y se dijo por activa y por pasiva que podría llegar un invierno duro o una situación de inestabilidad energética que nos dejara sin nada. Y aquí estamos, con la central demolida y en el suelo”.

placeholder Los sindicatos llevan tres años reivindicando un plan B tras el cierre de la térmica de Andorra. (UGT)
Los sindicatos llevan tres años reivindicando un plan B tras el cierre de la térmica de Andorra. (UGT)

Otras fuentes del sector determinan que “se tiró una infraestructura que hubiera aguantado varios años más, pero se quisieron subastar los megavatios de la central de Andorra a otras empresas sin atender a que el mercado no podría soportar la transición de una manera tan abrupta. Estamos pagando la luz tres veces más cara y somos un país que dependemos del exterior por tirar al suelo nuestras centrales térmicas”. Uno de los extrabajadores de la central térmica, que prefiere no ser citado, explica que “hemos corrido demasiado en cerrar centrales hasta que ya hemos confirmado que es una chapuza lo que se ha hecho”.

A día de hoy, los únicos trabajos que se crean en la central térmica de Andorra son los que tienen que ver con su desmantelamiento

Curiosamente, a día de hoy, los únicos trabajos que se crean en la central térmica son los que tienen que ver con su desmantelamiento. Al no haber un plan B ni una transición justa, la mayoría de los trabajadores de la central térmica están en otros puestos por la Península o en un ERE forzado. Por ello, a falta de producirse el anuncio de hace tres años del Gobierno de España sobre un plan de transición justa para la comarca de Andorra, hay proyectos que levantan la esperanza. Es el caso de la planta de Oxaquim, que comenzará su actividad en 2023, o la llegada de la empresa de arcillas Vesco.

El líder del PP en Aragón y alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, recorrió ayer Andorra para censurar la falta de previsión del Gobierno. "Ambos prometieron que antes de cerrar la central, que era el motor económico de la comarca, habría un plan de transición para intentar paliar el evidente golpe a la economía, al empleo y al sostenimiento de la población en el territorio, y los dos, Sánchez y Lambán, han mentido a los habitantes de esta zona y a los aragoneses", denunció.

"La ministra Ribera solo ha tenido prisa en una cosa: en cerrar la central cuanto antes y demoler sus torres como un símbolo de su política de radicalismo ambientalista", señala el dirigente popular.

Por su parte, el vicepresidente del Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, reconoce que la decisión de cierre de As Pontes está tomada y que una posible prórroga no salvará la decisión definitiva del cierre de las térmicas. “Lo que ha pasado con la guerra de Ucrania nadie lo esperaba. Había un plan trazado, Europa hizo un Pacto Verde. Es una decisión que volverá después de la crisis”, detalla.

El hartazgo que se vive en el municipio turolense de Andorra (7.600 habitantes) es contagioso. La rapidez con que se desmanteló su central térmica, tras décadas de producción, terminó con una ausencia absoluta de reestructuración industrial y sin ninguna estrategia por parte del Gobierno de España para revitalizar la comarca. Se cerró su central térmica por imperativo ecológico y nunca se implantó un plan B. De hecho, hace 70 días, se demolió la central térmica gestionada por Endesa con aplausos y focos. Pero, ahora, la crisis energética que asola Europa, tan dependiente del gas ruso, deja al desnudo la falta de visión estratégica de los gobernantes.

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