El rey Juan Carlos cambia de abogados tras su primer gran revés por la denuncia de Corinna

El rey Juan Carlos ha confiado a otros abogados su defensa en el caso civil al que se enfrenta en Londres por presunto acoso continuado a su expareja Corinna Larsen. El monarca contrató el pasado verano los servicios del despacho Clifford Chance, uno de los más caros y prestigiosos del mundo. Sin embargo, en las últimas semanas y tras el revés que supuso que la Justicia británica rechazara que goce de cualquier tipo de inmunidad, decidió prescindir de Clifford y ponerse en manos de un despacho más pequeño, Carter-Ruck, especializado en derecho internacional, disputas comerciales y derecho al honor.

La primera intervención pública de los nuevos letrados de Juan Carlos I tendrá lugar en los próximos días en el Tribunal de Apelación de Inglaterra y Gales, en la audiencia para valorar el posible recurso del monarca contra la resolución que le negó su condición de inviolable. Tras la vista, la corte dictaminará si el Rey emérito puede presentar la apelación contra el primer dictamen o, por el contrario, la demanda de Corinna debe de seguir adelante, ya al análisis de las pruebas e indicios contra el exjefe del Estado.

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Carter-Ruck, un despacho londinense fundado en 1982, ha estado recientemente en el ojo del huracán tras ser vinculado en Estados Unidos y Reino Unido con grandes compañías y oligarcas rusos. Dirigentes de ambos países han acusado al bufete de maniobrar para tratar de tumbar en los tribunales las sanciones contra el Kremlin por la invasión de Ucrania. En el pasado, Carter-Ruck tuvo como cliente al gigante Rosneft, la petrolera pública rusa, por ejemplo. También ha defendido al emirato de Qatar. En el mundo jurídico, el bufete tiene fama de combativo.

Los motivos por los que Juan Carlos I ha optado por cambiar de abogados no están claros, pero la decisión transmite inseguridad en una fase clave del proceso. Corinna le acusa de haberla espiado, hostigado y difamado de manera continuada entre 2012 y 2020. Entre los motivos del supuesto acoso se encontraría la negativa de la empresaria a devolver al Rey emérito los 65 millones de euros que este le donó tras el accidente de Botsuana. Según Corinna, en la operación para neutralizarla y desacreditarla también habría intervenido el entonces director del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz Roldán.

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Los abogados de Clifford Chance se opusieron a la demanda de Corinna asegurando que el Rey disfrutaba de plena inmunidad en territorio británico, incluso después de su abdicación en 2014, por su supuesta condición de miembro de pleno derecho de la Familia Real española hasta la actualidad. Sin embargo, el juez del caso, Matthew Nicklin, resolvió que el monarca dejó de tener protección con su renuncia al trono y que solo goza en la actualidad de este tipo de salvaguarda su hijo Felipe VI. Según el magistrado, no hay ninguna norma que impida a la corte de Londres sentar en el banquillo a Juan Carlos I para que responda por las acusaciones de Corinna. Los nuevos letrados del Rey intentarán convencer al Tribunal de Apelación de que las leyes británicas impiden acusarlo, tanto en la vía civil como en la penal.