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Sánchez arrastra a Calviño como escudo económico del PSOE frente a Feijóo
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PARAPETO FRENTE A FEIJÓO Y LA INFLACIÓN

Sánchez arrastra a Calviño como escudo económico del PSOE frente a Feijóo

A pesar de no tener carné del PSOE, la vicepresidenta está ejerciendo como una socialista pata negra más, sacrificando su imagen tecnócrata en favor de una más ideológica

Foto: Pedro Sánchez conversa con la vicepresidenta Nadia Calviño. (EFE/Emilio Naranjo)
Pedro Sánchez conversa con la vicepresidenta Nadia Calviño. (EFE/Emilio Naranjo)
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La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, se ha situado en la primera línea del frente político del PSOE para proteger al presidente del Gobierno. Su renovado papel pasa por contrarrestar el discurso económico en que Alberto Núñez Feijóo está haciendo hincapié para presentarse como alternativa. Monitorizarlo para desprestigiarlo y señalar sus debilidades. Defenderse de los golpes y atacar con dureza ante cualquier resbalón del líder de los populares en esta materia. Pero no solo, sino que ante la 'incertidumbre' económica por la guerra de Ucrania, ha asumido también el rol de ser la portadora de las malas noticias, tratando así de amortiguar el desgaste de Pedro Sánchez.

A pesar de no tener carné del PSOE, Calviño está ejerciendo como una socialista pata negra más, sacrificando su imagen de tecnócrata en favor de una más ideológica. La destitución del director del INE, Juan Manuel Rodríguez Poo, por una disputa respecto a la posible revisión al alza del PIB, es buena muestra de ello. Esta misma semana, Calviño condujo la reunión interparlamentaria del PSOE celebrada en el Congreso, asumiendo un papel infrecuente para un ministro que además no forma parte de la jerarquía de Ferraz, lideró en solitario el encargo de Sánchez de promover entre los agentes sociales un pacto de rentas y ha actuado como portavoz oficiosa tras el Consejo de Ministros y en los medios de comunicación.

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La remodelación del Gobierno llevada a cabo por Sánchez hace ahora un año no ha acabado de suponer un refuerzo de los perfiles, como demuestra el bajo índice de popularidad y conocimiento de los ministros entrantes. Además, ha dejado al presidente sin apenas pararrayos con peso político, función que ejercían los destituidos Carmen Calvo y José Luis Ábalos. En este escenario, el principal parapeto del que puede echar mano el jefe del Ejecutivo es Calviño. El respeto que se le profesa en Bruselas, donde ejerció como directora de Presupuestos, le ofrece margen para apuntalar sus posicionamientos, además de que se sitúa entre los miembros del Consejo de Ministros mejor valorados por los ciudadanos, según el CIS, a una décima de Yolanda Díaz y a dos de Margarita Robles.

Si hay alguien que debe preparar a la población para los nubarrones económicos por la espiral inflacionista y los posibles cortes de gas ruso, esa es la vicepresidenta económica. Con el apoyo de la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y sobre todo de la titular de Hacienda, María Jesús Montero, su "hermana melliza", como la ha llegado a calificar.

Sánchez ha reclamado más ministros portavoces para hacer llegar la acción del Gobierno a la ciudadanía tras la debacle electoral de las andaluzas. El cometido específico de Calviño pasa por vender gestión y parar los golpes de la oposición, con un Alberto Núñez Feijóo cada vez más centrado en cuestionar la línea económica del Gobierno. Ortodoxia económica que desarrolla con un mensaje de "responsabilidad" para cumplir los objetivos de deuda y déficit, combinada con eficacia en la gestión de la crisis para proteger a las clases medias y trabajadoras. Una cuadratura del círculo que demuestan en la parte morada del Ejecutivo, reclamando una versión más expansionista para combatir la crisis multiplicando el gasto social.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Mariscal)

El compromiso de España es mantenerse en el entorno de la media de la UE “para que nuestras empresas no pierdan competitividad, porque nuestros principales mercados de exportación son los de la UE”, trasladó esta semana en la reunión interparlamentaria del PSOE. Una suerte de clase magistral de argumentario económico para los cargos institucionales del PSOE, a quienes no escondió que “tenemos que prever una inflación más alta durante más tiempo”. En líneas generales, el mensaje fuerza pasa por asumir una situación económica "compleja", pero que sería mucho más acusada sin las medidas tomadas por el Gobierno. Todo ello revestido de disciplina en la ejecución de las directrices de Bruselas.

“Estamos en un contexto complejo que está llevando en todos los países de nuestro entorno a revisiones a la baja del crecimiento", señaló para defender que "España se mantiene en una senda de crecimiento fuerte, todos los organismos prevén que sigamos creciendo con fuerza en 2023”. De ahí a concluir que “tengo una enorme confianza en la capacidad de nuestro país de hacer frente a los retos y desafíos, porque llevamos cuatro años trabajando en un escenario muy complejo, y lo hemos hecho bien”. Las próximas elecciones se jugarán principalmente en el terreno económico y la vicepresidenta tiene la encomienda de instruir a los cargos socialistas. En estrategia y argumentario.

"Los próximos comicios se jugarán en el terreno económico y la vicepresidenta tiene la encomienda de instruir a cargos socialistas"

Como jefa económica en la sombra del PSOE, Calviño también marca terreno frente a Yolanda Díaz, quien todavía no ha definido las líneas ideológicas ni el corpus económico de su plataforma política. Frente a las exigencias de máximos, medidas "eficaces". En las sesiones de control al Gobierno, además, lleva semanas encargándose de desplegar el argumentario de Moncloa contra la oposición.

La pretensión de Moncloa es que haya más ministros que respalden la labor de portavocía ejercida por la titular de Política Territorial, Isabel Rodríguez. Que los miembros del Consejo de Ministros no se limiten a comunicar sobre las cuestiones concretas de sus departamentos y políticas sectoriales, sino que trasladen una visión más de conjunto. Con una estrategia cohesionada. Esto es, actuar de pararrayos de Sánchez. Intensificar la comunicación con más pedagogía para que la acción desplegada por el Ejecutivo llegue a la calle.

Ministra sin escaño y socialista sin carné, el alistamiento de Calviño por Ferraz, representado ya en el 40º Congreso del PSOE, le deja reservado un sitio en las listas electorales que nunca quiso ocupar. Por el momento, cuenta ya en su vitrina con el premio Manuel Marín que otorga el partido y que recogió emocionada en el último congreso federal.

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, se ha situado en la primera línea del frente político del PSOE para proteger al presidente del Gobierno. Su renovado papel pasa por contrarrestar el discurso económico en que Alberto Núñez Feijóo está haciendo hincapié para presentarse como alternativa. Monitorizarlo para desprestigiarlo y señalar sus debilidades. Defenderse de los golpes y atacar con dureza ante cualquier resbalón del líder de los populares en esta materia. Pero no solo, sino que ante la 'incertidumbre' económica por la guerra de Ucrania, ha asumido también el rol de ser la portadora de las malas noticias, tratando así de amortiguar el desgaste de Pedro Sánchez.

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