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Sánchez gana tiempo: no llevará su decreto anticrisis al Congreso hasta mediados de julio
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DESPUÉS DEL DEBATE DE LA NACIÓN

Sánchez gana tiempo: no llevará su decreto anticrisis al Congreso hasta mediados de julio

El PSOE plantea el 12, 13 y 14 de julio para el debate del estado de la nación, tras el que planea quitarse de golpe otras tres votaciones espinosas: su plan económico, la ley de memoria y el 'asalto' al TC

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en rueda de prensa en Ifema. (EFE/Rodrigo Jiménez)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en rueda de prensa en Ifema. (EFE/Rodrigo Jiménez)

La cumbre de la OTAN ha servido a Pedro Sánchez para coger aire tras el varapalo del 19-J y el asedio de sus socios por la tragedia mortal en Melilla, y reafirmar su músculo internacional. Este martes, el jefe del Ejecutivo logró un ansiado encuentro con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, donde acordó renovar la relación estratégica con el país norteamericano y blindar compromisos como el de aumentar a seis los buques de guerra en la base de Rota (Cádiz). Pero cuando Sánchez deje de caminar sobre algodones por su papel protagonista como anfitrión de una cita clave para la Alianza Atlántica, deberá enfrentar un infierno parlamentario en período estival.

Moncloa quiere desbloquear antes de agosto algunos asuntos espinosos para los que tiene los apoyos justos en el Congreso. Pero no tiene prisa. Sánchez ha optado por la calma y, por ejemplo, no llevará la segunda prórroga de su decreto anticrisis a la Cámara Baja, previsiblemente, hasta el 14 de julio. En los días previos, el presidente del Gobierno se presentará al examen del debate del estado de la nación, un trámite que el Ejecutivo ha dilatado durante meses y que, finalmente, se celebrará fuera del periodo ordinario de sesiones, que finaliza oficialmente este 30 de junio.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al CEO de Endesa, José Bogas, y al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. (EFE/Pool/Moncloa/Fernando Calvo)

Aunque aún debe avalarlo la presidencia del Congreso, capitaneada por Meritxell Batet, el calendario del PSOE pasa por iniciar el debate de la nación el martes 12 de julio y extenderlo hasta el jueves 14 por la mañana, tres días seguidos. Por primera vez en siete años, la Cámara Baja sería testigo de una cita de tal envergadura en la que no han participado nunca los líderes de Vox, Ciudadanos y Podemos. De hecho, Pablo Iglesias y Albert Rivera han abandonado la política sin haber podido participar en esta sesión, ya que el último tuvo lugar a principios de 2015, con Mariano Rajoy en la Moncloa.

El Gobierno planea quitarse de golpe en la tarde del mismo jueves 14 de julio otros tres asuntos controvertidos: el decreto anticrisis, la ley de memoria democrática y la polémica reforma por la cual facultaría al CGPJ a hacer los dos nombramientos que le corresponden en el Tribunal Constitucional, con lo que daría un vuelco a la actual mayoría conservadora del órgano judicial antes de septiembre. Salvando las distancias entre unos y otros, ninguno de los tres proyectos legislativos está resultando fácil de atar para el Ejecutivo, que atraviesa uno de los momentos más delicados de la legislatura.

Foto: Pedro Sánchez recibe a la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern.

El pasado sábado, un Consejo de Ministros extraordinario aprobó la segunda parte de un plan dotado con 9.000 millones de euros para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra, y que Pedro Sánchez ha propuesto extender hasta el 31 de diciembre de 2022. El Congreso dispone de un plazo máximo de 30 días para convalidar el nuevo decreto, un trámite que ya se convirtió en un infierno para el presidente del Gobierno hace un par de meses. En la última ocasión, el Ejecutivo de coalición salvó su escudo anticrisis con el apoyo de última hora de Bildu, que no ató hasta la misma mañana de la votación.

Moncloa cuenta con ampliar los apoyos a su nuevo plan económico y se da un plazo de más de dos semanas para reforzar esa mayoría. Para ello, Sánchez ha dado de nuevo rienda suelta a la explotada estrategia de la geometría variable. Por un lado, satisface peticiones provenientes de fuerzas como Bildu, que alcanzó un acuerdo con el Ejecutivo para incluir un aumento de las pensiones no contributivas en un 15%, y, por otro, propuestas defendidas a ultranza por el PP, como las ayudas de 200 euros dirigidas a hogares vulnerables o la rebaja del IVA de la luz del 10% al 5%. Un plan que desdeñan los socios habituales del Ejecutivo.

Sánchez espera mantener el apoyo de la formación vasca, que aún no ha avanzado su respaldo a un nuevo decreto que mira con "dudas", y sumar al bloque a ERC. En la última ocasión, los republicanos catalanes inclinaron la balanza hacia el no por el estallido del caso Pegasus, un suflé de tensión que se ha ido rebajando con el paso de las semanas. En el PSOE también creen que Génova tiene complicado no virar al menos hacia la abstención al incluir en el documento dos de las condiciones que había puesto el PP para valorar apoyar la estrategia económica del Gobierno. Feijóo, sin embargo, fía toda posibilidad de acuerdo a que haya al menos una mínima interlocución entre ambos equipos —que, por el momento, no se ha producido— y que incluya otras de las líneas rojas de los populares, como la deflactación del IRPF.

Foto: El Gobierno saca adelante el decreto anticrisis. (EFE/Emilio Naranjo)

Todo apunta a que el Gobierno también sudará para reunir los apoyos necesarios para sacar adelante la proposición de ley por la vía de urgencia para reformar su propia enmienda a la ley del Poder Judicial y permitir que el CGPJ pueda nombrar a los dos magistrados que le corresponden del Tribunal Constitucional, que se sumarían a los dos nombramientos que debe hacer el Ejecutivo. La intención del PSOE pasa por aprobar la iniciativa el mismo 14 de julio, momento en que pasaría al Senado y haría plausible su convalidación definitiva antes del parón de agosto. Sin embargo, PP, Cs y Vox se opondrán en bloque, mientras que fuerzas como PNV, ERC o Bildu mantienen en duda su posicionamiento a la espera de que comiencen las negociaciones. "Tendremos que trabajar duro sobre esta cuestión", reconocen fuentes socialistas.

La que parece más encarrilada es la ley de memoria democrática, una de las iniciativas clave de la coalición, que llevaba meses atascada por la falta de acuerdo entre los grupos. Sánchez dio el pasado martes un paso de gigante hacia su aprobación definitiva tras un pacto con Bildu que, entre otros puntos, investigará los crímenes cometidos hasta 1983, ya con Felipe González en el poder. La izquierda 'abertzale', con la connivencia del PSOE y de otras fuerzas nacionalistas, considera que los cinco años de periodo democrático bajo el Gobierno de la UCD que transcurrieron hasta la citada fecha forman parte del posfranquismo y, por tanto, deben ser investigados. La iniciativa contará, de nuevo, con el rechazo en bloque de la oposición. "El PSOE ha perdido la cabeza", coinciden en las filas del PP y de Ciudadanos.

La cumbre de la OTAN ha servido a Pedro Sánchez para coger aire tras el varapalo del 19-J y el asedio de sus socios por la tragedia mortal en Melilla, y reafirmar su músculo internacional. Este martes, el jefe del Ejecutivo logró un ansiado encuentro con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, donde acordó renovar la relación estratégica con el país norteamericano y blindar compromisos como el de aumentar a seis los buques de guerra en la base de Rota (Cádiz). Pero cuando Sánchez deje de caminar sobre algodones por su papel protagonista como anfitrión de una cita clave para la Alianza Atlántica, deberá enfrentar un infierno parlamentario en período estival.

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