Arrimadas descarta una fusión con el PP y desmiente contactos: "No ha llamado nadie"

En la dirección de Ciudadanos hay "sorpresa" ante las informaciones publicadas según las que desde el PP se habla de una oferta para que tanto la líder, Inés Arrimadas, como cargos del partido se diluyan en las siglas de los populares de cara a próximas citas electorales tras el varapalo sufrido por los naranjas en Andalucía. "Feijóo no ha llamado a la presidenta Arrimadas ni hay ninguna negociación en este sentido", sentencian fuentes de la formación naranja que dejan claro en declaraciones a El Confidencial que no habrá fusión porque el camino que se ha abierto es el de la "refundación", no el de la "desaparición".

Las mismas fuentes atribuyen a "una campaña para atraer a sus cargos" esta jugada de los populares. Arrimadas enmarcó ayer su relación con el PP como un socio con el que "colaborar" ante un objetivo común que es "desalojar al sanchismo". A partir de aquí, no hay más intención que empezar un nuevo proyecto que precisamente pasa, según han manifestado a este periódico, por "marcar distancias" con el PP. El análisis interno que se hace de la incesante sangría de votos es que Ciudadanos ha dejado de ser un partido útil para los españoles.

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Pese a que en las últimas citas electorales los resultados han sido pésimos, las alarmas han sonado al quedarse sin representación en Andalucía, donde esperaban que se valorase su gestión en la Junta de Andalucía. "Somos un partido amable, pero no nos votan", reflexionan en la cúpula, donde esperan que de aquí a las municipales y autonómicas se pueda ofrecer un proyecto ilusionante. Trabajarán con los liberales europeos para buscar su hueco. Ya han empezado a colaborar con los alemanes en una fundación similar a la FAES de José María Aznar.

La idea es iniciar un lavado de cara que pase incluso por cambiar el nombre del partido. El lunes se reunirá la ejecutiva para empezar un proceso que pasa por relanzar un programa que se ha diluido. Se pondrá en valor aquello que los diferencia del PP y que les puede ayudar a conectar con una sociedad que "es muy diferente a la que había cuando en 2006 se fundó Ciudadanos". Harán bandera de la eutanasia, la defensa de la maternidad subrogada o de una reforma de la Constitución para acabar con la definición de nacionalidades para referirse a las comunidades autónomas.

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Mientras, en el sector crítico buscan aliados para derrocar a Arrimadas. Los hay que ya han puesto la mirada de la vicealcaldesa del Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís. Pese a que existen importantes discrepancias políticas entre ambas, Villacís todavía no ha dado ningún paso para postularse, aunque sí ha recibido llamadas para que lo haga. Arrimadas nunca ha contado con un partido unido en torno a su figura. Desde que heredó el cargo tras la abrupta marcha de Albert Rivera, siempre ha tenido que estar mirando detrás de su espalda.

Ni Rivera ni sus hombres de confianza la han ayudado nunca. Más bien todo lo contrario. El exlíder de Ciudadanos se hermanó con el PP de Casado y favoreció la opa que el ex secretario general del PP Teodoro García Egea llevó a cabo con la indispensable colaboración del ex responsable de Organización naranja Fran Hervías. Pablo Casado ofreció a Arrimadas unirse a sus filas, y ella lo rechazó. A la máxima colaboración que se ha llegado ha sido a la lista conjunta en el País Vasco, que no obtuvo el resultado esperado.

En Andalucía, Juanma Moreno habló con su vicepresidente, Juan Marín, y con Arrimadas para cerrar una lista conjunta. No hubo acuerdo. También llevan meses de contactos en la Comunidad Valenciana, donde Arrimadas y el líder del PP, Carlos Mazón, han tenido varios encuentros. El ofrecimiento es el mismo: una integración de cargos de Cs en la lista del PP. Los naranjas presionan para mantener sus siglas.

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La versión de Génova es que actualmente existen conversaciones a diferentes niveles. Los populares han hecho cálculos después de las andaluzas y su planteamiento es que "no se tiren a la basura" los votos que van a Ciudadanos, que no se traducen en representación en los parlamentos. Por ejemplo, en Andalucía, si se hubieran sumado a los logrados por Juanma Moreno, el PP se podría haber disparado a los 62 escaños, según sus cálculos. Para seguir marcando distancia con Vox de cara a las municipales y autonómicas de mayo de 2023, es importante sumar a los naranjas.

Pese a que Arrimadas quiere seguir peleando, en el PP existe el convencimiento de que habrá un nuevo aluvión de cargos de Ciudadanos que llamarán a su puerta cuando se empiecen a hacer las listas. Ya se están ofreciendo en algunas comunidades ante el temor a una nueva hecatombe electoral. Después de las derrotas encadenadas de Galicia, Cataluña, Madrid, Castilla y León y Andalucía, muchos en el partido ven inviable resistir hasta las generales. Arrimadas lo quiere intentar.