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La versión de la bestia de Melilla: "No he tocado a mi exmujer en mi vida"
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Investigación criminal

La versión de la bestia de Melilla: "No he tocado a mi exmujer en mi vida"

El agresor, al que investigan por la desaparición de su anterior mujer, que podría estar enterrada en su casa, niega haber intentado matar a su última pareja y acusa a una tercera persona sin identificar

Foto: Captura de pantalla durante la entrevista a la víctima de violencia de género en Melilla.
Captura de pantalla durante la entrevista a la víctima de violencia de género en Melilla.

“Lo ha escuchado, ¿no? Prisión preventiva o medidas y libertad. Yo ahora lo pienso, lo decido y se le comunicará, ¿de acuerdo? Ya se lo pueden llevar”.

Así, con estas palabras y entre lágrimas, es como acaba la primera vista judicial de Patrick (nombre ficticio) tras, presuntamente, intentar acabar con la vida de su exmujer propinándole golpes con un bate de beisbol y ahogándola con una cuerda liada al cuello. Una historia que adelantó El Confidencial.

La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Melilla lo pensó y decretó prisión sin fianza para el acusado, tal y como pedíaN la Fiscalía y la víctima, que ejerce como acusación particular. Y es que la versión de los hechos del acusado resultó totalmente increíble.

Foto: Captura de pantalla de la entrevista a la víctima de violencia de género en Melilla.

“No es cierto que golpeara a mi exmujer con un bate de beisbol. Todo eso es falso, señoría”, insistió en repetidas ocasiones Patrick. “No le he hecho nada físicamente a ella. Nunca la he tocado en mi vida”, añadió en sede judicial. Ante tal contundencia en las respuestas, la jueza, en una larga exposición, preguntó cómo es posible que el informe médico reflejara todo tipo de evidencias de agresión en el cuerpo de la víctima.

“Si no le puso la mano encima, cómo puede explicar que la médico forense indique que su exmujer presenta una herida contusa de seis centímetros de diámetro en la región occipital derecha (…); un importante edema perilesional; un doble surco de ligadura alrededor del cuello, con una dirección horizontal uniforme, sin interrupciones y de aspecto blando; múltiples escoriaciones y erosiones a nivel de cuello, ambas regiones de la cara, brazos, antebrazos, manos y cara anterior de ambas piernas; múltiples hematomas a nivel de ambos hombros, brazos, pierna y glúteo derecho; hematoma de grandes dimensiones a nivel de la rodilla izquierda; rodilla edematizada, con evidentes dificultades para movilización; maniobras exploratorias dolorosas…”.

Foto: La vivienda, durante la excavación. (J. G. A.)

Patrick parecía cansado de escuchar. Interrumpió a la jueza girando la cabeza y resoplando. Su actitud fue reprendida duramente. “No, escúcheme. Que me escuche”, espetó la jueza sin dejar mediar palabra. “Se aprecian arcadas dentales humanas, una a nivel del hombro y dos en el brazo izquierdo; cervicalgia (…) Si usted no le ha puesto la mano encima, ¿cómo se explica que su exmujer presente todas estas lesiones?”, finalizó la jueza.

A partir de aquí, comenzó la versión de Patrick, que no convenció ni a la Fiscalía ni a la propia magistrada. Según el acusado, él nunca tuvo intención de matarla ni tenía un plan establecido para hacerlo. En su declaración, aseguró que una tercera persona desconocida entró en juego. Relató que, tras acceder su exmujer a casa, la seguía un hombre al que no pudo reconocer por tener tapada la cara con una capucha y una braga. Esa persona misteriosa le agredió detrás de la oreja y, más tarde, golpeó por accidente a su exmujer. “Ese golpe era para mí, pero me apoyé y me eché para atrás y el golpe se lo comió ella”, explicó.

Patrick dijo no saber lo que pasaba ya a estas alturas. No encuentra explicación a que su exmujer, según su versión, se estuviera quitando la ropa, pero añade que la vio dándose golpes a sí misma contra la puerta. “Yo me asusté y llamé a la Policía”, detalló, aunque el atestado policial refleja que fue una vecina quien llamó y que él intentaba escapar en el coche. Su excusa: estaba moviendo el vehículo para que no molestara. La Fiscalía no se cree ni una sola de sus palabras, tampoco la aparición de esa persona desconocida y definida como “un ente o un ser”, según la fiscal.

Esta versión de Patrick, un día después de la agresión a su exmujer, no convenció entonces a la jueza, que decretó su ingreso en prisión. Días después, declaró ya desde la cárcel ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4, el habitual para casos de violencia de género. Una vez más, repitió su versión de los hechos. En esta ocasión, entre lágrimas, pidió que le dejaran salir de prisión por motivos médicos. Tampoco funcionó y el juez ratificó la privación de libertad.

Patrick está en prisión provisional por este caso, por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa. Sin embargo, la Policía Nacional está investigando la desaparición de su primera mujer hace casi 30 años. La víctima actual, hija de la desaparecida, cree que podría estar enterrada en el garaje de su vivienda. Los investigadores han encontrado fragmentos de huesos y se están analizando, pero todavía no ha trascendido si son humanos y si pertenecen a la desaparecida.

“Lo ha escuchado, ¿no? Prisión preventiva o medidas y libertad. Yo ahora lo pienso, lo decido y se le comunicará, ¿de acuerdo? Ya se lo pueden llevar”.

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