Sánchez busca pinchar el 'efecto Feijóo' en su primer duelo en el Senado

Siete minutos a repartir en dos intervenciones. Es el tiempo del que dispondrán tanto Pedro Sánchez como Alberto Núñez Feijóo en su primer duelo directo en el Senado, una cita a la que ambos líderes llegan con expectativas y estrategias diferentes. Mientras en la dirección de Génova dan "prioridad máxima" al careo con el jefe del Ejecutivo, en Moncloa optan por rebajar al máximo las expectativas de un debate que enmarcan dentro de la normalidad de las afrentas parlamentarias de Sánchez, en parte para rebajar la euforia con la que el líder del PP llega a su primer cara a cara con el presidente del Gobierno, en el que aspira a consolidar ante la opinión pública su "alternativa" al modelo de Sánchez.

El presidente del Gobierno prevé capear la embestidas de Feijóo en el terreno económico haciendo referencia al éxito que percibieron en Moncloa por los últimos datos de desempleados —que bajaron de los tres millones por primera vez desde 2008—, sobre todo después de que el líder del PP acusase al Gobierno de "maquillar" las cifras del paro por la situación de los nuevos contratos fijos discontinuos. En sus últimas intervenciones en el Congreso, Sánchez ha insistido en la idea de que el PP debe "arrimar el hombro" para apoyar la segunda parte de su plan anticrisis, y todo apunta a que insistirá en esa máxima durante su primer duelo con el jefe de la oposición.

El PSOE insiste en que el aterrizaje de Feijóo no implica ningún cambio respecto a Casado para desinflar su burbuja electoral

En las filas socialistas insisten en la idea de que el aterrizaje de Feijóo en Génova no implica ninguna revolución en el PP y ningún cambio respecto al tono que empleaba Pablo Casado antes que él, por lo que reiteran que su intención pasa por afrontar este debate como uno más y no dar al líder popular más protagonismo del necesario. El PSOE busca así desinflar el llamado 'efecto Feijóo', que sube como la espuma en las encuestas, tanto en Andalucía como a nivel nacional. Sin ir más lejos, diferentes portavoces socialistas agitan desde hace días la idea de que Feijóo "es lo mismo que Casado" y que "el PP de hoy" se asemeja al de "ayer" y al de "antes de ayer", como aseveró el propio Sánchez hace unas semanas durante un tenso cara a cara con Cuca Gamarra en el Congreso.

En Génova, sin embargo, otorgan la máxima importancia al primer duelo de Feijóo con Sánchez, un debate que perciben como la exposición práctica de la estrategia de oposición que llevará Alberto Núñez Feijóo en la arena nacional. Aseguran en su equipo que el jefe de filas de los populares lleva días preparando su intervención con su personal de confianza, especialmente con Marta Varela, su jefa de gabinete en la Xunta y ahora en Génova, con quien perfila una intervención en la que tratará de subrayar las diferencias "de forma y de fondo" con Pedro Sánchez.

Feijóo, que tomó posesión como senador autonómico hace dos semanas, cuestionará si el presidente del Gobierno "está a la altura de las necesidades de las familias españolas", priorizando de nuevo el talante económico del que el nuevo líder del PP quiere teñir su primer debate directo con Pedro Sánchez. Desde el principio de su andadura como presidente nacional del Partido Popular, Feijóo elevó su perfil gestor por encima de cualquier cuestión ideológica y no se demoró en remitir a Moncloa su primera carta de presentación en el terreno económico: un documento de 41 folios con sus recetas para tratar de embridar la inflación al que Sánchez ya ha dado portazo.

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Desde su escaño en el Senado, Feijóo pedirá un giro económico y recordará que su mano sigue tendida para sacar adelante la prórroga del escudo anticrisis de Sánchez si este se abre a negociar al menos algunas de las propuestas contenidas en el plan económico del PP que, insisten en el partido, aplauden amplios sectores del poder económico e, incluso, exdirigentes socialistas, como es el caso de Jordi Sevilla. Frente a la versión de Moncloa, donde aseguran que han abierto contactos con todos los grupos, incluido el PP, para intentar atraerlos al acuerdo, en Génova aseguran que no han recibido ninguna llamada para negociar la nueva versión del decreto económico. Al menos, de momento.

Otro punto que Feijóo cuida al detalle son "las buenas formas" con las que pretende dirigirse al jefe del Ejecutivo. El líder de la oposición no renunciará al "choque" con Pedro Sánchez, "pero con argumentos" y dejando a un lado la "crispación" que, a juicio del PP, se ha instalado en la política. La máxima en la nueva dirección nacional pasa por no caer en el "insulto" en el que cree que se ha instalado Moncloa, con ejemplos recientes como el "mangantes" que dedicó Sánchez al PP hace unas semanas o el "tontopollas" con el que se dirigió el presidente del PSOE-A, Manuel Pezzi, a Alberto Núñez Feijóo.

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Los populares recuerdan que la máxima de Feijóo es garantizar el "respeto" entre rivales y la "cortesía parlamentaria" para acabar con el "teatro" en que, a su juicio, se ha convertido el Parlamento, y reiteran su apuesta por la "moderación", también en el discurso. Inciden en el "gran simbolismo" de una primera intervención con la que el PP espera marcar un precedente sobre el tono en que basará su oposición a Sánchez durante el resto de la legislatura: "dureza" pero "mano tendida".

Este es precisamente el equilibrio sobre el que se han movido los populares desde el aterrizaje de Alberto Núñez Feijóo a Génova. En estos tres meses, el PP ha condicionado normas clave para el Gobierno —con las que también ha tratado de evidenciar la debilidad parlamentaria del jefe del Ejecutivo— y lo ha salvado en votaciones como la de la ley audiovisual ante el rechazo de los socios habituales de Sánchez.

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Sánchez y Feijóo llegan a su primer cara a cara con un "ambiente enrarecido" entre Moncloa y Génova como telón de fondo, en parte por la "tensión electoral" que se ha instalado en ambos equipos por la inminente apertura de urnas en Andalucía, así como por el evidente choque en otras materias, como el bloqueo de la negociación para renovar el CGPJ o la ausencia de un acuerdo en el ámbito económico.