El Gobierno deja ahora en el aire el pacto con Bildu para subir las pensiones no contributivas

La inclusión de una subida de las pensiones no contributivas en la prórroga del decreto anticrisis no está garantizada. Se trata de un compromiso alcanzado la pasada semana entre el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, y la formación abertzale a cambio de su abstención en el dictamen sobre la ley del plan de pensiones. El Gobierno está todavía analizando el contenido del futuro texto y, aunque se abre a cambios, evita ahora confirmar que uno de ellos sea la subida de las pensiones. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, preguntada directamente por el posible incumplimiento de este acuerdo, como publicaba hoy el Diario Vasco, ha esquivado la cuestión hasta en dos ocasiones. "El Gobierno trabaja con todos los departamentos en el análisis del decreto vigente", se limitó a repetir, con la voluntad de amortiguar los efectos de la crisis económica que ha provocado la invasión rusa de Ucrania.

Fuentes de Moncloa insisten en una respuesta similar sin confirmar sus intenciones ni desmentir que vayan a incumplir el acuerdo. Bildu arrancó un compromiso de subir las pensiones no contributivas un 15% hasta final de año para luego incluirlo en los Presupuestos. Tanto en el grupo parlamentario socialista como en Ferraz han optado por dejar en el aire si se producirá o no una subida. Una medida que reclaman también sus socios de coalición, Unidas Podemos. La estrategia pasa por desentenderse de la relación con Bildu, en plena campaña de las andaluzas, y evitar que los abertzales sean vistos como socios preferentes del Gobierno.

El portavoz del grupo confederal en el Congreso, Pablo Echenique, ha explicado que "nos consta que existe ese acuerdo", e incluso ha matizado que en sus conversaciones con Moncloa han trasladado que la subida sea inmediata para contener el efecto de la inflación. Asimismo, la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, ha asegurado en declaraciones a los medios esta mañana que el acuerdo se mantiene sin cambios. Según ha trasladado, el Ejecutivo le habría trasladado una confirmación que en público se resiste a ofrecer.

La única concesión que ha realizado la portavoz del Gobierno en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros es que el Gobierno está abierto a reformular el decreto para "ver su posible mejora para dar una respuesta adecuada". Eso sí, siempre manteniendo el "mismo espíritu" del texto actual que caduca a finales de este mes. De este modo, la parte socialista del Gobierno también reduce las expectativas de los ministerios de Unidas Podemos, que han pedido incluir, además de la actualización de las pensiones no contributivas, la creación de un fondo de ayuda al transporte público para instaurar un bono de 10 euros y la ampliación del bono social hasta llegar a los dos millones de beneficiarios. El fondo para el transporte se destinaría directamente a los municipios y contaría con 560 millones de euros.

El amago de desplante del Gobierno a Bildu se produce en plena campaña de las elecciones andaluzas, donde el ruido por los pactos con el independentismo perjudica a los socialistas. Una cacofonía que rompe con la estrategia del PSOE de intentar moderar el relato para retener las fugas hacia el PP. La mesa de diálogo se ha querido retrasar para después del 19-J, precisamente para evitar que el marco territorial sirva de munición en campaña contra las concesiones de los socialistas al independentismo. De hecho, el cambio de Gobierno en Andalucía en 2018 tuvo un gran componente de rechazo al 'procesismo' que de cara al 19-J todas las encuestas apuntan a que se asentará.

La relación preferente con Bildu, más allá de que perjudique al Ejecutivo en un contexto electoral, también genera suspicacias en el PNV, a quien el Ejecutivo sí califica de socio prioritario. Bildu y PNV compiten por la etiqueta que los presenta como partido útil en Madrid y los primeros buscan asentar su normalización institucional. El acuerdo anticipado de Bildu con el Gobierno para apoyar las actuales cuentas antes de que se cerrase el pacto con el PNV ya convirtió los votos de estos últimos en prescindibles. Un hecho que generó malestar en las filas de los nacionalistas vascos y elevó sus tensiones con el Ejecutivo.

La formación que dirige Arnaldo Otegi ya fue un salvavidas para Pedro Sánchez en la ajustada votación para convalidar el decreto anticrisis. Fuentes de Moncloa insisten en apelar a Alberto Núñez Feijóo para que revise su posición con el decreto anticrisis y apoye su prórroga