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Feijóo prepara un plan global sobre Justicia para intentar el desbloqueo del CGPJ en julio
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Feijóo prepara un plan global sobre Justicia para intentar el desbloqueo del CGPJ en julio

Los populares ya han comenzado a diseñar sus propuestas, que elaborarán en un formato similar al plan económico que el líder gallego planteó a Sánchez y que fue rechazado

Foto: Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Zipi)
Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Zipi)
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El PP continúa trabajando para intentar alcanzar al fin, con el mayor retraso de la historia de la institución, un acuerdo con el PSOE sobre la renovación del CGPJ, que permitiría también renovar el Tribunal Constitucional. Pese al patente malestar con la actitud del Gobierno en las últimas semanas, que espantaría sobre el papel cualquier posibilidad de pacto, el presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, prepara un plan global sobre Justicia que podría servir como punto de inflexión en el caso de que los socialistas valoren aceptar algunas de sus propuestas.

Según informan fuentes cercanas al partido, los populares ya han comenzado a diseñar el proyecto, que elaboran en un formato similar al plan económico que el líder del PP planteó al presidente en su primera reunión en Moncloa y que fue rechazado. Un programa con varios puntos que, según el PP, busca reforzar la independencia judicial. A la cabeza del plan se encuentran las puertas giratorias entre la Justicia y la política. Los de Feijóo quieren que se impidan saltos como el que permitió a la fiscal general del Estado acceder al cargo después de ejercer como ministra del ramo y diputada socialista. Una prohibición expresa que también funcionaría en sentido contrario y que propiciaría que aquellos jueces o fiscales que hayan ocupado cargos no puedan regresar a sus puestos en un periodo por determinar, de al menos un año.

Foto: El líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante un discurso en Pontevedra. (EFE/Salvador Sas)

El PP también propone que los nombramientos que realice el Consejo no salgan adelante, salvo que cuenten con un apoyo reforzado que obligue a los dos bloques —conservador y progresista— a pactar. En concreto, solicitarán que todos los nombramientos se saquen adelante con una mayoría de tres quintos del pleno. De esta forma, los vocales designados a propuesta de los dos partidos tendrán que acordar candidatos y se evitaría que estos fueran marcadamente partidistas.

Los populares exigen, además, un cumplimiento estricto de la ley en cuanto a la elección del presidente. El encargado de dirigir el Consejo y el Tribunal Supremo no debe seleccionarse de forma pactada. Según indica la Ley Orgánica del Poder Judicial, por indicación de la Constitución, en su artículo 122, el presidente es designado por el pleno del Consejo en su sesión constitutiva. Eso es lo que dice la ley, con la intención de preservar la independencia, pero la realidad siempre ha sido distinta. En origen, los vocales convocados a ese pleno constitutivo esperaban la llamada de los grupos parlamentarios que les habían designado para hacer sus propuestas. Posteriormente, la identidad del candidato trascendía como elección fruto de la negociación. Fue así con los dos últimos presidentes: Carlos Dívar, elegido en 2008, y Carlos Lesmes, en el año 2013. El PP quiere ahora dejar la identidad del presidente fuera de la negociación y que quede a la propuesta de los vocales en ese primer pleno.

El PP quiere también recuperar el espíritu del trámite previsto en la ley orgánica para que el proceso recupere el cauce institucional. En concreto, exige una participación activa del Congreso y el Senado, sobre los que, según la norma, debe recaer el peso de la activación de la renovación. La propuesta de composición debe ser formulada al Rey por el Congreso de los Diputados y el Senado y corresponde a cada cámara proponer seis vocales, por mayoría de tres quintos de sus respectivos miembros. Los populares consideran que el papel de ambas cámaras ha quedado diluido en los últimos años por el protagonismo de los partidos y debe rescatarse.

Foto: El vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons (EFE)

El programa será ofrecido al PSOE tras las elecciones andaluzas que, al menos de momento, han congelado cualquier posibilidad de negociación. El PP espera una buena acogida de al menos algunas de sus propuestas, lo que abriría el cauce para el acuerdo definitivo. El mes de julio es la única ventana posible para pactar, con la idea de contar con un CGPJ ya renovado cuando llegue la apertura del año judicial, un acto que marca el inicio del curso en septiembre y que preside cada año el Rey junto a la fiscal general y el presidente del Consejo.

Choque entre PP y PSOE

El PP mantendrá la mano tendida al Gobierno en los asuntos que entiende como políticas "de Estado", y por ese motivo buscará nuevos acuerdos con Pedro Sánchez pese al creciente malestar que se ha instalado en las filas del primer partido de la oposición por las "formas" de un Gobierno dedicado, dicen, a "insultar" al presidente del PP. En Génova fijan como punto de inflexión de esa voladura de puentes la bronca sesión de control en la que Sánchez llamó "mangantes" a miembros del PP y acusó al partida de ser una "desgracia" para la democracia. "Me desagradó profundamente", reconoció el propio Feijóo la pasada semana.

En el equipo del líder gallego reconocen que el ambiente con Moncloa está "enrarecido" por distintos episodios que han aumentado la brecha entre los dos principales partidos. A los exabruptos de Sánchez durante la sesión de control se suman la estrategia de agitar la corrupción de anteriores etapas del PP en plena "tensión electoral" por el 19-J, las "barbaridades" que "semana a semana" pronuncia Adriana Lastra —la vicesecretaria general del PSOE llegó a aseverar que "Feijóo tiene las mismas formas que Casado, solo que es más lento"— o las "mentiras", dicen, que publicó Moncloa respecto a un hipotético pacto sobre pensiones que no se ha producido. A todo ello hay que sumar el naufragio del intento de Feijóo por acordar un plan económico para embridar la inflación, al que Sánchez ya ha dado portazo.

Foto: Juanma Moreno y Alberto Núñez Feijóo, en Sevilla, junto a Juan Bravo, Patricia del Pozo y Elías Bendodo. (EFE/Julio Muñoz)

En todo caso, pese a no haberse producido avances en la negociación del CGPJ y pese a haberse congelado el contacto entre el nuevo interlocutor de Génova, Esteban González Pons, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, el objetivo del PP pasa por lograr un buen acuerdo para el órgano de gobierno de los jueces y desbloquear una negociación que encalló por la negativa de Pablo Casado a abordar la renovación sin que Sánchez se comprometiese antes a reformar por ley el sistema de elección de los jueces. El PP de Feijóo evita las líneas rojas, pero sí contempla arrancar compromisos más laxos al Gobierno para facilitar el desbloqueo.

Más allá del CGPJ, los populares aseguran que están dispuestos a abordar nuevas cuestiones con Sánchez a pesar de la actitud "frentista" del jefe del Ejecutivo que, sin embargo, ha recurrido al PP en las últimas semanas para salvar proyectos legislativos que habían puesto en riesgo sus socios. Esa mano tendida incluye negociar proyectos como la reforma para reforzar el control del CNI o nuevas medidas económicas, aunque, en este caso, el PP sí levanta dos líneas rojas: toda negociación debe encuadrarse en el marco de la Constitución y descartan, además, abrir un debate sobre la monarquía o la inviolabilidad del Rey, con la que los socios del Gobierno presionan a Sánchez desde hace meses.

El PP continúa trabajando para intentar alcanzar al fin, con el mayor retraso de la historia de la institución, un acuerdo con el PSOE sobre la renovación del CGPJ, que permitiría también renovar el Tribunal Constitucional. Pese al patente malestar con la actitud del Gobierno en las últimas semanas, que espantaría sobre el papel cualquier posibilidad de pacto, el presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, prepara un plan global sobre Justicia que podría servir como punto de inflexión en el caso de que los socialistas valoren aceptar algunas de sus propuestas.

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