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Moreno reclama al PSOE que se respete a la lista más votada para cerrar la puerta a Olona
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ELECCIONES EN ANDALUCÍA

Moreno reclama al PSOE que se respete a la lista más votada para cerrar la puerta a Olona

El candidato a la reelección defiende que las líneas rojas para los pactos posteriores al 19-J debe ponerlos el partido mayoritario, una propuesta clásica de los populares que ya ha abrazado Feijóo

Foto: El presidente de la Junta y candidato a la reelección, Juanma Moreno. (EFE/Rafa Alcaide)
El presidente de la Junta y candidato a la reelección, Juanma Moreno. (EFE/Rafa Alcaide)

Javier Arenas ganó las elecciones andaluzas de marzo de 2012, pero se quedó a cinco escaños de la mayoría absoluta. El resultado fue que PSOE e IU se aliaron para evitar que el veterano político sevillano, en su cuarto intento, llegase a la meta soñada, la de desalojar a los socialistas del Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta. Tres días después de aquella victoria pírrica, el hoy portavoz adjunto del PP en el Senado ofreció a los socialistas de José Antonio Griñán "un pacto de gobernabilidad" que permitiese dirigir la Junta a la lista más votada. Una década después, Juanma Moreno retoma la idea de su predecesor, a pesar de que él hizo posible el cambio que Arenas acarició con los dedos precisamente con un pacto para que el PSOE, que ganó los comicios de 2018, no pudiera gobernar.

El escenario es muy distinto al de hace tres años y medio. Entonces, el PP de Moreno partía de los peores resultados de su historia, al menos desde que tiene esa denominación. Y las encuestas coinciden en que el traje de presidente de la Junta le ha permitido elevar sus expectativas. Algunas incluso proyectan números muy cercanos a la mayoría absoluta, pero en San Telmo son conscientes de que gran parte de su resultado dependerá de la fuerza que logre Vox en las elecciones del próximo 19 de junio. Ese convencimiento es lo que ha llevado a Juanma Moreno a buscar el cuerpo a cuerpo con los de Santiago Abascal, a pesar de que la precampaña de los populares tiene un marcado tono institucional, alejado de la crispación que pueda movilizar a los afines de Vox. O de la izquierda.

Foto: El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo. (EFE/Nacho Gallego)

El choque ha consistido en plantear unas líneas rojas pensadas exclusivamente para dejar claro al partido de Macarena Olona hasta dónde puede llegar su negociación. Moreno ha puesto los límites en el Estatuto de Autonomía y en la Constitución, pero ha señalado de forma expresa la protección del medio ambiente, la lucha contra la violencia de género y el marco jurídico descentralizado que consagra la Carta Magna. Este jueves, en una entrevista en TVE, ha añadido un matiz: las líneas rojas debe pintarlas "la lista más votada". Esa idea, a pesar de que perjudicaría al Juanma Moreno que quedó segundo en 2018, es un viejo anhelo del PP, que, hasta hace no tanto, no tenía con quién pactar en Andalucía, como quedó demostrado en 2012. Ahora cuenta con Ciudadanos, pero ante la presumible debacle naranja, solo le queda Vox. Y la polémica del vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, anticipa que las relaciones no serán tan sencillas para Moreno como han sido estos tres años y medio con Juan Marín.

Además del intento de 2012, Arenas volvió a defender la primacía de la lista más votada, aunque en el ámbito municipal, en una ponencia en el marco del congreso del PP de febrero de 2017. Y ahora, el PP de Alberto Núñez Feijóo hace lo propio. Poco después de su elección, el líder nacional del PP hizo una oferta formal al PSOE. En una entrevista para El Confidencial, defendió que si a la izquierda le preocupaba Vox, podían blindar un acuerdo para que el contrario garantizase la gobernabilidad del que obtuviese más votos en las urnas, una fórmula idónea para restaurar el bipartidismo y "darle estabilidad institucional" al país, apartando a los extremos, tanto a izquierda como a derecha, de cuotas de poder.

El PSOE se bajó muy pronto de la oferta del nuevo líder del PP, que en el partido calificaron de "chiste" diciendo que Feijóo la sacó a colación porque ahora tiene las encuestas a favor. Sin embargo, ocurrió a la inversa no hace demasiado. En los días previos a las últimas elecciones generales, Sánchez hizo un alegato a favor de "que se respete gobernar a la lista más votada para romper el bloqueo" político en el que estaba sumido el país. Entonces fue el PP el que se negó.

En privado, dirigentes populares no tardaron en calificar la propuesta de utópica, entre otros motivos, porque nunca ha habido precedentes, y menos, apuntaban en el partido, con Sánchez. Sin embargo, en las filas del primer partido de la oposición abrazaron la estrategia de Feijóo, que, también en Andalucía, pasará por intentar defender primero un acuerdo con el PSOE si los números no alcanzan para una mayoría absoluta. Cuando Sánchez se niegue, cosa que dan por sentada, recurrirán a Vox. Aunque Castilla y León quitó el precinto a posibles nuevas alianzas con los de Abascal, Moreno promete mantener una de sus líneas rojas: no habrá cuota de poder para Macarena Olona.

Foto: Macarena Olona, en el Ayuntamiento de Salobreña. (Vox)

Así las cosas, Juanma Moreno cuenta con las bendiciones de su jefe de filas, pero lo cierto es que el presidente andaluz tiene las manos libres en lo que se refiere a pactos y negociaciones poselectorales. De eso presumió este jueves en Jaén el líder regional de los populares, que se jactó de ser el "único partido" que no sufre "injerencias" desde las direcciones nacionales. "Eso no lo puede decir ninguno, ni el PSOE, ni mucho menos Vox, que recibe las órdenes desde Madrid", espetó el jefe del Ejecutivo autonómico.

"La única fuerza que puede hablar de Andalucía para Andalucía es el PP", dijo Moreno en un alarde de ese andalucismo que los populares han abrazado en esta legislatura con éxito. La práctica, inaugurada por el PSOE en el proceso autonómico, es habitual en todas las fuerzas del ámbito andaluz, con la excepción de Vox. Y es uno de los pilares en los que se ha apoyado Moreno para afianzarse en su primer mandato y en ese intento por armar una "nueva mayoría social" que permita al PP volver a ser la fuerza más votada en la comunidad y poder gobernar en solitario.

Javier Arenas ganó las elecciones andaluzas de marzo de 2012, pero se quedó a cinco escaños de la mayoría absoluta. El resultado fue que PSOE e IU se aliaron para evitar que el veterano político sevillano, en su cuarto intento, llegase a la meta soñada, la de desalojar a los socialistas del Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta. Tres días después de aquella victoria pírrica, el hoy portavoz adjunto del PP en el Senado ofreció a los socialistas de José Antonio Griñán "un pacto de gobernabilidad" que permitiese dirigir la Junta a la lista más votada. Una década después, Juanma Moreno retoma la idea de su predecesor, a pesar de que él hizo posible el cambio que Arenas acarició con los dedos precisamente con un pacto para que el PSOE, que ganó los comicios de 2018, no pudiera gobernar.

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