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La otra cara del Bribón, el barco que se vio inmerso en la investigación contra el emérito
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La otra cara del Bribón, el barco que se vio inmerso en la investigación contra el emérito

En septiembre de 2017, Juan Carlos I utilizó 440.000 euros de origen opaco para pagar un vuelo privado a toda su tripulación a Canadá, donde se disputaba la copa del mundo

Foto: Juan Carlos I, junto al resto de la tripulación del Bribón, en 2009. (EFE/Ballesteros)
Juan Carlos I, junto al resto de la tripulación del Bribón, en 2009. (EFE/Ballesteros)
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Juan Carlos I está de vuelta en España. Casi dos años después de poner rumbo a Emiratos Árabes Unidos, el emérito aterrizó la tarde de este jueves en Vigo. Su primera parada será Sanxenxo, donde este viernes planea presenciar la regata del torneo InterRías para apoyar al Bribón, la embarcación que él mismo capitanea y que busca defender el título de 2019. Pero trofeos aparte, la investigación de la Fiscalía, archivada en marzo, ya mostró la cara oculta del padre del Rey con este barco y su tripulación.

Como desveló El Confidencial, el emérito utilizó entre 2009 y 2018 hasta ocho millones de euros de origen opaco para pagar más de una decena de vuelos privados. Entre ellos, destaca el del 11 de septiembre de 2017, cuando un Boeing despegó del aeropuerto de Santiago de Compostela con 19 pasajeros, la tripulación al completo del Bribón, rumbo a Vancouver (Canadá), donde iba a disputarse el campeonato del mundo de la clase 6M. La embarcación ganó el oro y el avión regresó a Torrejón de Ardoz el 21 de septiembre, pero hasta tres años después no trascendió cómo habían llegado hasta allí ni con qué dinero: la factura ascendió a 440.000 euros.

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Tras salir a la luz estos vuelos, Juan Carlos I pagó 4,4 millones de euros a la Agencia Tributaria en febrero de 2021. De esta manera, el monarca regularizaba los fondos que había recibido de la Fundación Zagatka, administrada por Álvaro de Orleans, para costearse los vuelos privados. O lo que es lo mismo: cerraba la puerta a una nueva línea de investigación, agarrándose al artículo 305.4 del Código Penal, que establece que quedará exento de responsabilidad penal "el que regularice su situación tributaria, en relación con las deudas a que se refiere el apartado primero de este artículo, antes de que se le haya notificado por la Administración tributaria la iniciación de actuaciones".

Junto a la inviolabilidad que le otorgaba la Constitución y la prescripción de determinados hechos, estas regularizaciones tributarias voluntarias fueron uno de los principales argumentos para que la Fiscalía archivara su investigación el pasado marzo. Dos meses después, Juan Carlos I vuelve a Sanxenxo y, según ha quedado claro con las declaraciones de su amigo Pedro Campos, el presidente del Real Club Náutico del municipio, los malos recuerdos respecto al Bribón han quedado atrás: "Está muy animado, con mucha ilusión de volver a España. Ese es el mensaje principal que me ha trasladado. Luego me ha dicho que quiere ver a la tripulación, Sanxenxo y el mar...".

El Bribón no es un Fórmula 1

El primer Bribón se echó a la mar en 1971 y, hasta su edición número XVI, su armador siempre fue el catalán José Cusí, el amigo íntimo de Juan Carlos I que pagó la mitad del viaje de novios a Felipe VI y la reina Letizia. 'The Telegraph' desveló su papel en aquella luna de miel en junio de 2020 y, ese mismo mes, Cusí volvió a saltar a los titulares tras la información desvelada por este diario: Hacienda le había dado caza tras alegar que el Bribón no estaba sujeto a matriculación, como los coches de Fórmula 1.

Foto: Josep Cusí y el Rey emérito. Un plano de la nave industrial que vendió y un listado donde se invirtió parte del dinero.

El catalán apuntaba para ello a que su empresa, Navilot, no debía abonar el impuesto porque la Dirección General de la Marina Mercante consideraba que no tenía que estar matriculado. La Agencia Tributaria, sin embargo, no compartía esta tesis y, en 2016, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña echó por tierra la defensa de Cusí: "El ejemplo que se cita de los vehículos de Fórmula I destinados exclusivamente a la participación en competiciones GP carece de la necesaria analogía, pues tales vehículos solo circularán en recintos privados o acotados, mientras que las embarcaciones de autos navegan, en competición o en entrenamientos para ella, en el mar", concluyó.

La Justicia tumbaba así su intento de eludir el impuesto de matriculación, que alcanza el 12% del valor de compra. "Los fraudes con el impuesto de matriculación en los yates y en aviones privados son bien conocidos por la Agencia Tributaria", advertía El Confidencial en aquella noticia de junio de 2020. Por aquel entonces, no se sabía, pero en el caso del Bribón, aquella referencia a los fraudes en torno a los "aviones privados" terminaría por convertirse en un nuevo capítulo sobre los tejemanejes de su capitán.

Juan Carlos I está de vuelta en España. Casi dos años después de poner rumbo a Emiratos Árabes Unidos, el emérito aterrizó la tarde de este jueves en Vigo. Su primera parada será Sanxenxo, donde este viernes planea presenciar la regata del torneo InterRías para apoyar al Bribón, la embarcación que él mismo capitanea y que busca defender el título de 2019. Pero trofeos aparte, la investigación de la Fiscalía, archivada en marzo, ya mostró la cara oculta del padre del Rey con este barco y su tripulación.

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