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Feijóo da por amortizado a Pedro Sánchez y sugiere que no será su rival en las urnas
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UN PRESIDENTE "SUPERADO"

Feijóo da por amortizado a Pedro Sánchez y sugiere que no será su rival en las urnas

El PP cree que la crisis de Pegasus y el previsible varapalo en Andalucía sacará al presidente de la carrera a Moncloa. El Gobierno descarta el adelanto electoral y mira a la presidencia europea como 'escaparate'

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Lavandeira)
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Lavandeira)
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Feijóo ha olido la sangre en Moncloa y se le han puesto los dientes largos. El líder del PP arenga a los suyos con la tesis de que Sánchez atraviesa por uno de los momentos más delicados desde que llegó a la Presidencia del Gobierno en 2018. "Todo se le ha puesto en contra", sostienen en la dirección popular. Y no solo porque sus compañeros de viaje le hayan apretado la soga como nunca. La idea que se mueve desde hace días en las cuitas populares es que la legislatura se encuentra en un "punto de no retorno", y que Pegasus solo ha dado la puntilla a un líder que dan por amortizado. En las filas del PP, incluido el entorno del presidente, se ha empezado a alimentar la teoría de que, a juzgar por la magnitud del desgaste de su figura política, Sánchez tiene difícil repetir como candidato en las próximas elecciones generales. "No está en condiciones de encabezar otro Gobierno", sostienen.

La desconfianza de los ciudadanos en Pedro Sánchez aumenta casi al mismo ritmo en que Alberto Núñez Feijóo se consolida como líder nacional, una tendencia que reflejó el propio barómetro del CIS. En la última entrega del instituto que dirige José Félix Tezanos, Sánchez registró una caída de cuatro puntos respecto a los datos del sondeo de marzo: el 22% de los encuestados le apoyaba como presidente del Gobierno, un porcentaje que se situó en el 26% en el mes anterior. La premisa de los populares es que Sánchez no logrará revertir la tendencia ni con momentos de relumbrón como el que se espera que protagonice en la próxima cumbre de la OTAN, que se celebrará en Madrid el 29 y el 30 de junio.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EP/Alejandro Martínez Velez)

El PP ha visto a Sánchez "desorientado" y "superado" por el modo de gestionar el escándalo de Pegasus —en palabras del propio Feijóo— que ha derivado en una crisis política casi sin precedentes en la legislatura. Las polémicas escuchas al independentismo autorizadas por el Gobierno y reconocidas por el CNI pusieron en pie de guerra a los socios habituales del Gobierno, que amagaron incluso con "tumbar" la débil aritmética con la que cuenta Sánchez en la Cámara Baja. Moncloa agravó el rompecabezas del espionaje reconociendo el 'hackeo' de varios terminales del Ejecutivo. Fue la excusa para cortar la cabeza de Paz Esteban al frente de Inteligencia y calmar, así, los ánimos de los nacionalistas. "Sánchez ya no tiene imagen de presidente del Gobierno de España", estalló Feijóo, en uno de los discursos más duros contra el Gobierno desde que aterrizó en Génova.

Pero a Sánchez, coinciden diferentes fuentes del partido, le quedan tragos mucho más amargos por aguantar. La escalada desbocada del precio de la luz, la huelga de transportistas, la enésima crisis con Podemos por el modo de afrontar la guerra de Ucrania, el asedio del Congreso por el giro con el Sáhara y, en última instancia, el estallido del caso Pegasus ha dejado a Sánchez malherido, pero en el PP creen que será la apertura del ciclo electoral lo que le dará la estocada definitiva.

La primera y fundamental batalla se librará en Andalucía. "Es la mejor radiografía de lo que pasará en el resto de España", subrayan en la dirección popular, una afirmación que también tiene riesgos para ellos por la posibilidad de que Vox llame a la puerta de Juanma Moreno. El pasado mes de noviembre, Sánchez tomó el control del PSOE andaluz tras siete años de guerra interna, por lo que el previsible fracaso de Juan Espadas llevará el sello personal del presidente. Los socialistas vienen de perder las elecciones en Castilla y León —pese al traspiés de última hora de Mañueco—, pero ahora deberán capear el varapalo político de ceder al PP su bastión más emblemático.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Chema Moya)
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"Sánchez se defiende como gato panza arriba, pero él también tiene un límite", comenta una fuente popular en el Senado, que coincide en la teoría de que acumular golpes en las urnas puede sacar de la carrera hasta a los corredores más aventajados. Como publicó El Confidencial, en el PP siguen abonados a la tesis de que a Sánchez le podría quedar como única salida un 'superdomingo' electoral —con autonómicas y municipales— para salvar su asiento en Moncloa, al atisbar la legislatura "en caída libre" y sin visos de mejorar. E insisten en que, si es incapaz de remontar en los sondeos frente a Feijóo, el PSOE podría forzar el recambio de un presidente "quemado".

¿Salto a Europa?

Pese a la presión de la oposición y de sus propios socios, en Moncloa se ha instalado la máxima de que Sánchez agotará la legislatura, aunque haya que sudar en cada votación y abrir conversaciones a izquierda y derecha por su evidente debilidad parlamentaria. En el calendario del jefe del Ejecutivo hay una fecha marcada a fuego que aleja aún más toda posibilidad de adelanto electoral: en julio de 2023, Sánchez asumirá la presidencia rotatoria de la Unión Europea, un mandato que culminará al final del semestre del próximo año.

El acceso a la Presidencia de la UE servirá a Sánchez de escaparate para un eventual salto a las instituciones europeas

"El Gobierno tiene como propósito, como objetivo, como determinación, culminar su legislatura una vez termine la presidencia europea en el segundo semestre de 2023", apuntó Sánchez hace unos meses, una tesis de la que los socialistas no se han movido un ápice. El Gobierno no renunciará a un acontecimiento que servirá para subrayar el perfil presidencialista y el liderazgo político del jefe del Ejecutivo en vísperas de unas elecciones generales.

Durante su etapa al frente de la presidencia europea, Sánchez multiplicará su agenda internacional con eventos al más alto nivel, lo que servirá de escaparate para que Sánchez pueda optar a dar un salto a las instituciones europeas en lugar de revalidar su puesto como candidato del PSOE al Ejecutivo, una salida que cobra fuerza en los cenáculos políticos.

Feijóo ha olido la sangre en Moncloa y se le han puesto los dientes largos. El líder del PP arenga a los suyos con la tesis de que Sánchez atraviesa por uno de los momentos más delicados desde que llegó a la Presidencia del Gobierno en 2018. "Todo se le ha puesto en contra", sostienen en la dirección popular. Y no solo porque sus compañeros de viaje le hayan apretado la soga como nunca. La idea que se mueve desde hace días en las cuitas populares es que la legislatura se encuentra en un "punto de no retorno", y que Pegasus solo ha dado la puntilla a un líder que dan por amortizado. En las filas del PP, incluido el entorno del presidente, se ha empezado a alimentar la teoría de que, a juzgar por la magnitud del desgaste de su figura política, Sánchez tiene difícil repetir como candidato en las próximas elecciones generales. "No está en condiciones de encabezar otro Gobierno", sostienen.

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