Un juzgado tumba las maniobras del policía de confianza del Gobierno contra mandos del PP

El inspector Rubén Eladio López, actualmente al frente del Departamento de Emergencias, Seguridad y Gestión de Crisis del Ministerio de Transportes, lleva varios años tratando de impulsar una causa en los tribunales contra multitud de mandos policiales de la era del PP. En un auto reciente del Juzgado de Instrucción número 49 de Madrid, la jueza Josefa Bustos ha archivado por segunda vez su querella, en la que se presenta como víctima de una persecución por haber investigado en su día al polémico comisario José Villarejo. Acusaba también a varios medios de comunicación, periodistas y al pequeño Nicolás, entre otros.

“Tras el exhaustivo análisis de los extensos testimonios recibidos de los juzgados que obran en la causa y de las declaraciones prestadas por todos y cada uno de los querellados y demás documental aportada, se concluye la inexistencia de indicios de haberse cometido los delitos que de forma genérica se atribuyen a los querellados”, zanja la magistrada en su resolución, dictada la semana pasada. El auto al que ha tenido acceso este periódico desgrana uno a uno los argumentos esgrimidos por este policía, fichado por el exministro José Luis Ábalos en 2020.

Su primer intento contra la cúpula policial de la era de Mariano Rajoy se remonta al año 2018. Ya entonces, la magistrada rechazó admitir a trámite su querella por defectos de forma. Era tan extensa y general que la jueza le pidió que concretara los hechos y dijese exactamente cuáles eran los perjuicios sufridos. Solventado ese escollo, la jueza volvió a inadmitir parte de la querella y otra la remitió al juzgado que ya había investigado al pequeño Nicolás al entender que tenía relación con sus pesquisas.

Rubén Eladio López recurrió ante la Audiencia Provincial de Madrid y esta le dio la razón. Este órgano superior contestó en enero de 2019 a la jueza que no bastaba con inhibirse, sino que debía comprobar ella qué partes de la querella ya han sido investigadas y cuáles no. La causa tardó casi dos años en reactivarse, motivo por el que el querellante se quejó de nuevo ante la Audiencia Provincial, esta vez sin éxito. En diciembre de 2020, la jueza le citó para que se ratificase en su acusación.

Un carrusel de delitos

El alto cargo de Ábalos, ya fuera de la Policía, alegó un carrusel de delitos: obstrucción a la Justicia, represalias, acusación y denuncia falsas, acoso, delitos contra la integridad moral, coacciones, injurias y calumnias a funcionario público, falso testimonio, organización criminal, falsedad en documento oficial, revelación de secretos, actividades prohibidas a funcionarios y prevaricación. Se quejaba de que la lista de acusados se concertó para desprestigiarle “narrando de forma pormenorizada” su investigación en torno al pequeño Nicolás.

TE PUEDE INTERESAR

Ábalos refuerza el poder de su policía afín: ascendencia sobre Interior y nexo con el CNI

Alejandro Requeijo

La tesis de Rubén Eladio López es que aquella operación contra el joven fue boicoteada tanto por Villarejo como por los miembros de la cúpula policial con la participación de periodistas afines y medios de comunicación. El supuesto plan era crear una opinión mediática para desacreditarlo e intimidarlo. Mantiene que toda esa campaña de desprestigio provocó que le apartaran del caso y que le asignaran un puesto de trabajo distinto como jefe de turno de la Inspección Central de Guardia en la Comisaría Provincial de Madrid.

Antes había estado destinado en la Unidad de Asuntos Internos. Es la encargada de perseguir los delitos que cometen los funcionarios policiales. Allí se significó por investigar las actividades de Villarejo de la mano del entonces responsable de esa unidad, el comisario Marcelino Martín Blas. Ambos continuaron después sus pesquisas en torno al polémico mando a las órdenes directas de un juez de Madrid. Martín Blas había sido cesado de su cargo en 2015 tras enfrentarse a Villarejo y el juez de instrucción número 2 de Madrid les repescó a los dos para que siguieran llevando la investigación que afectaba al pequeño Nicolás. Eran los comienzos de la llamada guerra de comisarios. De hecho, Villarejo les acusó de haber manipulado un informe de la causa para vincularle con el investigado.

La jueza avala la actuación de los periodistas

A instancias de la Audiencia Provincial, la jueza Josefa Bustos, en este caso, sí precisa qué partes de la querella han sido investigadas en otros juzgados. Enumera hasta seis causas. Algunas de ellas tienen que ver con las actividades del pequeño Nicolás o el propio Villarejo que motivaron ríos de tinta hace años. En cuanto a la presunta campaña de desprestigio, la jueza también recuerda en su auto que ya la denunció Rubén Eladio en el Juzgado número 7 de Madrid y acabó en archivo. Ahora había presentado publicaciones nuevas, pero el auto indica que no pueden correr distinta suerte al tener la misma causa y contenido. Por ello, se remite a lo que dictaminó el otro juzgado: “No existen indicios racionales de comisión de los delitos objeto de querella por cumplir los requisitos de veracidad”.

TE PUEDE INTERESAR

Ábalos mete a su inspector de cabecera en el órgano de Interior que coordina el Covid

José María Olmo

Sobre la denuncia de acoso laboral, la magistrada tampoco aprecia delito alguno. Argumenta que Rubén Eladio López fue encomendado por el juez de forma provisional, “cesando en sus funciones una vez se agotó tal investigación”. "Las expectativas que el querellante pudiera tener para la asignación del puesto que se le asignó de forma provisional de convertirse en definitivo no puede interpretarse como acoso", replica el auto adelantado por EFE. Tampoco cree el juzgado que haya sido víctima de denuncias falsas, la mayoría interpuestas en su contra por Villarejo o el pequeño Nicolás.

“El hecho de que hayan sido archivadas provisionalmente no supone que la denuncia sea falsa, sino que no han resultado acreditados los hechos denunciados”, dice la jueza. Desmiente que estas denuncias provocasen que la apartasen del caso, pues ninguna de ellas prosperó. Precisa que dejó de investigar al pequeño Nicolás y a Villarejo porque así lo decidió en su momento el juez del caso. Rechaza la magistrada también que sufriese coacciones o que hubiese prevaricación en su cambio de destino, avalado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y por el Tribunal Supremo.

Sin Rubén Eladio en Asuntos Internos, el trabajo de esa unidad motivó la apertura de una treintena de piezas contra Villarejo y sus colaboradores. Varios de los mandos policiales a los que acusa este alto cargo del Gobierno de Sánchez se encuentran entre los investigados junto al polémico mando en la Audiencia Nacional. Uno de ellos es el propio Martín Blas, implicado presuntamente y a la espera de juicio por el espionaje ilegal al extesorero del PP Luis Bárcenas. El pequeño Nicolás también lleva años enfrentando causas en los tribunales, algunas de ellas con resultado adverso para él. Tras un breve paso por la actividad sindical, Rubén Eladio encontró acomodo fuera de la Policía en el ministerio, donde continúa en la actualidad con rango de subdirector general pese a la salida de José Luis Ábalos. Frente a este archivo judicial, le queda la opción de recurrir ante la Audiencia Provincial de Madrid.