Un 19-J "a cara de perro" en la derecha: Moreno vetará a Olona y Vox forzará el pacto

Con la izquierda fragmentada y un PSOE estancado, la verdadera batalla del 19-J se juega en el campo de la derecha. Las ganas de "arrasar" se impusieron a las dudas reconocidas en Vox sobre lanzar o no a Macarena Olona a la carrera andaluza, y el pasado jueves terminó confirmándose el que era un secreto a voces desde hacía meses. La maniobra de Santiago Abascal conlleva riesgos por el agujero que deja en el Congreso, pero también implica toda una declaración de intenciones respecto a sus aspiraciones en la Junta: la única salida para su diputada más mediática es un puesto en el Ejecutivo, a poder ser la Vicepresidencia. "¡O la Presidencia!", proclaman en la dirección, crecidos por lo que ya denominan como "huracán Olona". Es la tesis con la que trabajará el partido en una campaña que se desarrollará "a cara de perro", como señalan voces de las filas de Abascal, sabedoras de que la apuesta de Juan Manuel Moreno es precisamente la contraria: evitar a toda costa repetir en Andalucía una experiencia como la de Castilla y León.

El aterrizaje de Alberto Núñez Feijóo a Génova dio carpetazo a una de las peores crisis que se recuerdan en la historia del Partido Popular. Y no solo sirvió para cerrar heridas, sino para que las siglas del PP cogiesen de nuevo fuelle en las encuestas. "Es una decisión muy meditada", justificó Moreno el día que anunció que los comicios se adelantarían al 19 de junio. Aunque extraoficialmente, la campaña ha arrancado ya. La formación tiene su propio comité de campaña, con Elías Bendodo a las riendas. La elección del nuevo coordinador general a nivel nacional da cuenta de la implicación, que no intromisión, de Génova en las andaluzas, nada que ver con la tónica con la que jugaban los populares andaluces hace unos meses, dispuestos a diseñar una campaña completamente al margen de la dirección de Pablo Casado.

Moreno ha iniciado la cuenta atrás para su nueva cita con las urnas en buena forma. Algunas encuestas, como la de IMOP-Insights para El Confidencial, posicionaban al barón popular al borde de la mayoría absoluta, con un resultado de entre 50 y 53 escaños. Pero la carrera no ha hecho más que empezar y el desembarco de Macarena Olona despierta recelos y temores en las filas populares. Es la primera vez que Vox, acostumbrado a llevar a Abascal como principal imagen de campaña, presenta a un candidato con un perfil mediático alto que no necesita de las siglas para arrastrar fieles. El PP cree que el presumible auge de Vox en Andalucía tras la confirmación de la diputada terminará movilizando a la izquierda y perjudicando al bloque de la derecha.

Con todo, en el equipo del andaluz sostienen que Moreno incidirá en campaña en la que consideran como una de las mayores debilidades de Vox para frenar la posible sangría de votos hacia su derecha: la falta de experiencia en gestión. "Lo que se ha hecho en dos años es milagroso. Hemos solventado con creces la legislatura más complicada de la historia de Andalucía", recuerdan.

El PP de Moreno se presentará como la administración que "ha borrado la corrupción en Andalucía", rememorando el 'campanazo' de 2018, cuando el barón popular acabó con más de tres décadas de socialismo en la región. "No ha habido ningún escándalo en cuatro años, ninguna mancha, ninguna metedura de pata. Su mandato está limpio", insisten. Tampoco renunciará el dirigente a capitalizar algunas de las banderas del socialismo andaluz para atraer a sus votantes y distanciarse de Vox, con el andalucismo o el feminismo como estandartes más característicos.

Opinión

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La premisa que se ha marcado el líder andaluz respecto a Vox pasa por mantener la fórmula de su primer mandato: aceptar sus votos en caso de ser necesarios, pero sin tener acceso a cuotas de poder. El presidente de la Junta avanzará con un objetivo que se ve en condiciones de conseguir: doblar los escaños que logró en las últimas autonómicas, sumar por sí solo más que toda la izquierda y conformar un "Gobierno monocolor". Incluso aunque deba negociar con Vox, la tesis que mantendrá será la de vetar a Olona en su Ejecutivo; buscar los restos de Ciudadanos para reducir, en la medida de lo posible, la dependencia de los de Santiago Abascal; y utilizar el ejemplo de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, donde Vox solo prestó cuatro escaños y, por tanto, no accedió al Gobierno.

Juan Manuel Moreno juega en una situación de mayor ventaja que la que tenía Alfonso Fernández Mañueco. Todos los sondeos vaticinan que podría doblar los resultados que obtuvo en 2018, mientras que su homólogo castellanoleonés apenas pudo mejorar en dos escaños su resultado de las últimas autonómicas, teniendo en cuenta que fue él mismo, con la bendición de Pablo Casado, quien promovió un adelanto electoral en la región. Moreno puede sumar, además, los escaños que logre Ciudadanos —aunque la formación 'naranja' podría desaparecer en la región—, una posibilidad con la que no contaba el castellanoleonés, enfrentado a su vicepresidente, Francisco Igea, para reducir la dependencia de Vox. Sin embargo, la principal desventaja del andaluz con respecto a su homólogo de Castilla y León tiene nombre y apellidos: Macarena Olona Choclán.

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"Vamos a por todas"

Vox, por su parte, plantea la "toma" andaluza como el preámbulo de lo que esperan lograr en las próximas elecciones generales. La decisión de la cúpula del partido de apostar por Macarena Olona para el 19-J tiene una implicación directa, y es que quedarse fuera del Ejecutivo no es una opción. En la formación indican, además, que tras el "precedente" de Castilla y León, Andalucía solo es la siguiente parada para reafirmar su objetivo nacional, del que ya se hizo eco el propio Santiago Abascal en la investidura de Alfonso Fernández Mañueco. "Este Gobierno es una posible alternativa para toda España", señaló, en alusión a la alianza entre PP y Vox en la región.

"Vamos a por todas", sostienen en la dirección del partido. Las encuestas pronostican que el PP necesitará irremediablemente a Vox para gobernar y Olona elevará la apuesta y no aceptará un 'no' por respuesta en su pretensión de gobernar. Algunos sondeos vaticinan que los de Abascal podrían bordear la veintena de escaños, pero la formación ha comenzado a agitar la teoría ya utilizada en anteriores elecciones de que las encuestas "manipulan". "No las miramos", aseguran en la formación.