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Pedro Sánchez entierra a Podemos y se lanza a atacar el pacto del PP con Vox
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EL PSOE IGNORA A SUS SOCIOS

Pedro Sánchez entierra a Podemos y se lanza a atacar el pacto del PP con Vox

El Gobierno pasa a hablar del "espacio político de Yolanda Díaz" y asume que el PSOE solo gobernará si la vicepresidenta recupera terreno tras la debacle de Podemos en las encuestas

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Víctor Lerena)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Víctor Lerena)

Por dos veces, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habló de una alianza del PSOE “con el espacio político de Yolanda Díaz”, frente a la otra opción posible, avisó, la del PP con “la ultraderecha”, con Vox en una vicepresidencia, replicando el pacto de Castilla y León. Es la estrategia desplegada por el Gobierno para combatir el ‘efecto Feijóo’ en las encuestas, incluida la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que habla de un PP al alza tras la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del partido y a apenas tres puntos de Sánchez. En el PSOE admiten que quieren derribar la imagen de moderación y centro en la que aspira a moverse el principal partido de la oposición e insistirán en vincularlo con el partido de Santiago Abascal.

Por eso, en la entrevista con Susanna Griso en ‘Espejo Público’, con la que el presidente estrenó el trimestre político tras la Semana Santa, llamaron la atención dos cosas. Una, la dureza con la que Sánchez cargó contra el PP, supeditándolo a la “ultraderecha” y apuntando a la “corrupción” tras el caso mascarillas de Madrid, y otra que Unidas Podemos, socios de coalición, haya desaparecido de su discurso público para dar paso a hablar del “espacio político de Yolanda Díaz”. Una confluencia que iba a empezar a construirse esta primavera y que, de momento, sigue varada. No concurrirá a las andaluzas, la próxima cita en el calendario, y el proceso de escucha activa que anunció su líder quedó parado tras estallar la guerra de Rusia.

Desde Podemos, llamativamente, no se dieron por aludidos ni consideraron una humillación ser borrados directamente del mapa político, pese a que ocupan dos ministerios, el de Derechos Sociales, con Ione Belarra, y el de Igualdad, con Irene Montero. Asumían directamente que era “una estrategia de comunicación” del ala socialista del Gobierno, con la que Pedro Sánchez trata de desmontar la réplica del PP cada vez que se le acusa de pactar con la extrema derecha de Vox. El PSOE, suelen espetar los populares, no pueda dar lecciones porque pacta con “la extrema izquierda” de Podemos. Aunque en las filas del exvicepresidente Pablo Iglesias niegan categóricamente que esta comparación sea real, admiten que al PSOE le interesa apuntar a Díaz, a la que es más difícil acusar de izquierda radical. De camino, siguen empujando a la vicepresidenta a su derecha, en un movimiento que desde el entorno de la vicepresidenta eluden comentar. La máxima es eludir polémicas. Es la explicación que ofrecen desde esta ala del Gobierno, desde donde han decidido, tras exhibir públicamente y con toda su crudeza la división que existe entre las ministras de Podemos y la vicepresidenta Díaz con motivo del envío de armas a Ucrania, poner paños calientes en todas las cuestiones que provocan roces.

Iglesias azuza la polémica

Desde fuera, Pablo Iglesias, que este martes presenta en Madrid su libro ‘ Verdades a la cara’, pone el contrapunto a ese relato edulcorado de Podemos. Fue el exvicepresidente del Gobierno quien se encaró con la periodista Susanna Griso. Tras la entrevista con el presidente Sánchez, la periodista puso de relieve la omisión a Podemos e Iglesias le replicó. “Con todo el cariño, señora presentadora, a mí lo que me sorprende es que habiendo recibido 30 millones de euros públicos, habléis de adelgazar el Estado y no conozcamos vuestros sueldos. Que Atresmedia y el PSOE preferirían que no existiese Podemos lo sabemos de siempre”, dijo el exvicepresidente, claramente molesto por el ninguneo a sus siglas. “Parece que alguien se ha molestado porque el presidente no cita a Unidas Podemos y solo habla del espacio de Yolanda Díaz. Señor fundador, pregúntele a Pedro Sánchez si es que ya les da por amortizados”, dijo Griso, recordando que fue el presidente quien omitió de forma interesada mencionarlos.

No es nuevo en estas semanas que sea Iglesias el que aviva las polémicas. También ocasionó un gran revuelo que admitiera públicamente días atrás que quizá se equivocó al nombrar a Yolanda Díaz como su sucesora en la vicepresidencia del Gobierno y candidata en las generales. No es ningún secreto que las relaciones son muy tensas entre Díaz y las ministras de Podemos, pero llamó mucho la atención que Iglesias dijera públicamente que debió dejar que hubiera primarias. "No tengo claro que fuera lo correcto. Quizá tendría que haber dejado en manos de los partidos que organizaran unas primarias", dijo exactamente. Sus declaraciones elevan la desconfianza entre las izquierdas en Andalucía, que siguen sin sellar una coalición conjunta a la izquierda del PSOE pese a la inminencia de las elecciones autonómicas.

El PSOE, incómodo, los ignora

En el PSOE admiten que “no es cómodo” que sus socios cuestionen políticas del Gobierno, pero directamente han pasado a ignorar a Unidas Podemos, contando con que no romperán la coalición porque no les interesa con sondeos tan desfavorables. Este lunes, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, colgaba un vídeo en sus redes adhiriéndose a un manifiesto por la paz en Ucrania, que exige un alto el fuego inmediato en el país. Los socialistas ya descuentan estas polémicas, igual que ignoran la posición contraria de sus socios en el giro del Sáhara y Marruecos.

Sánchez confirmó que quedan 20 meses para las elecciones generales, que situó en diciembre de 2023, apurando todos los plazos y sin barajar un adelanto electoral. Desde el Gobierno, admiten que al PSOE le interesa que a Yolanda Díaz le vaya bien en esos comicios. No tan bien como para que los socialistas retrocedan, pero sí lo suficientemente bien como para que la suma de las izquierdas adelante a la del PP y Vox. Es la teoría que baraja abiertamente Moncloa, que da por superado cualquier debate sobre Unidas Podemos, señalando que fue directamente Iglesias quien zanjó en su despedida el futuro del partido, apuntando a Díaz como vicepresidenta y futuro cartel electoral. No quieren en el ala socialista del Gobierno buscar tres pies al gato. No entienden que sea una humillación a Unidas Podemos sino constatar una realidad. "Además, Sánchez tiene una magnífica relación con Díaz, es normal que aluda a ella", admiten fuentes del Gobierno. En otras ocasiones, el presidente ha optado por no mencionarla expresamente o hablar de los ministros de Unidas Podemos o de Podemos, lo que, recalcan, es "una cuestión de estrategia".

En caída en las encuestas

El último barómetro del CIS, de abril, señaló que el PP está a tres puntos del PSOE, que resistiría y subiría levemente respecto a las últimas elecciones, pero con un problema: a su izquierda, Podemos está desfondado. Unidas Podemos habría perdido gran parte del 'efecto Yolanda', que lo llevó a rozar el 14% del sufragio en otoño pasado, y se sitúa ahora en una estimación del 10,7%, dos puntos por debajo de su voto en 2019. En las filas socialistas apuntan a esta realidad para explicar que Sánchez hable directamente del “espacio político de Yolanda Díaz”. La marca de Podemos, avisan, está amortizada.

Fue elocuente la foto de la reforma laboral, con la vicepresidenta Yolanda Díaz arropada por las socialistas María Jesús Montero y Nadia Calviño, mientras Podemos ninguneaba el pacto con sindicatos y patronal. Fue sonoro el enfrentamiento después de que la vicepresidenta Díaz cerrara filas con Pedro Sánchez en el envío de armas a Ucrania, que Ione Belarra descalificó llamando al PSOE “partido de la guerra”. Hubo unanimidad de las ministras de Unidas Podemos descalificando el giro en la política exterior con Marruecos y el Sáhara, a espaldas de los socios. Plegaron velas y trataron de reconducir la situación interna con el decreto ley del plan de choque frente a los efectos económicos de la guerra, en plena escalada de la inflación. Desde entonces, la estrategia en Podemos pasa por atribuirse todas las medidas sociales de ese plan y rebajar las tensiones. Otra cosa es que las tensiones de verdad estén soterradas, como se evidencia con cada movimiento interno.

Por dos veces, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habló de una alianza del PSOE “con el espacio político de Yolanda Díaz”, frente a la otra opción posible, avisó, la del PP con “la ultraderecha”, con Vox en una vicepresidencia, replicando el pacto de Castilla y León. Es la estrategia desplegada por el Gobierno para combatir el ‘efecto Feijóo’ en las encuestas, incluida la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que habla de un PP al alza tras la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del partido y a apenas tres puntos de Sánchez. En el PSOE admiten que quieren derribar la imagen de moderación y centro en la que aspira a moverse el principal partido de la oposición e insistirán en vincularlo con el partido de Santiago Abascal.

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