"Ya me ha dicho Luis que le llamó Almeida": los WhatsApp de la trama de las mascarillas

“Perfecto. Gracias. Ya me ha dicho Luis [Medina] que le llamó Almeida”. Este mensaje fue escrito por uno de los empresarios investigados por los contratos suscritos por el Ayuntamiento de Madrid para adquirir material sanitario en la pandemia. Aparece recogido en un informe del caso de 25 folios al que ha tenido acceso El Confidencial y que ya obra en poder del juez. En él se relata el intercambio que mantuvieron Alberto Luceño con la responsable del consistorio encargada de gestionar los contratos, Elena Collado, quien manifestó su desconfianza respecto al material recibido: “Nos han estafado seguro”.

El juez de Instrucción número 4 de Madrid, Adolfo Carretero, ha abierto una causa contra Alberto Luceño y Luis Medina, hijo del Duque de Feria, por los presuntos delitos de estafa agravada, blanqueo de dinero y falsedad documental. Según la Fiscalía Anticorrupción, se quedaron con seis millones de dólares en concepto de comisiones inflando los precios de tres contratos suscritos con el consistorio para adquirir mascarillas, guantes y test covid en el inicio de la pandemia. El juez considera que el caso es “grave” y recuerda que en esos momentos había “miles de fallecimientos diarios”.

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El Ayuntamiento no está investigado y el magistrado ha aceptado su personación como perjudicado. No obstante, en su escrito de querella, la Fiscalía incluyó que Medina aprovechó su condición de persona conocida y un contacto con un familiar del alcalde, José Luis Martínez Almeida, para iniciar las gestiones que derivaron en la firma de los contratos. Almedia compareció en rueda de prensa para negar cualquier trato de favor. Admitió los contactos, pero afirma que lo que se les facilitó fue el mismo correo electrónico que al resto de empresarios.

El intercambio de mensajes que viene recogido en este informe no aporta más información sobre en qué consistió ni cuál fue la motivación del alcalde al llamar a Luis Medina. Por el contenido de la conversación, mantenida el 26 de marzo, la llamada del alcalde tuvo que ser antes. La Fiscalía Anticorrupción fija el inicio de las gestiones tras la aproximación de Luis Medina en torno al 20 de marzo. El alcalde sí admitió al menos una comunicación telefónica con Luis Medina para agradecerle una donación de 183.000 mascarillas al Ayuntamiento.

En unas declaraciones del alcalde ante los medios el pasado 8 de abril y con la polémica ya encima de la mesa, dijo que llamó a Medina después de que se formalizase el contrato. El propio alcalde situó la llegada de las 183.000 mascarillas “entre el 12 y el 15 de abril”. “Fue para agradecerle como hacía con todos los que hacían donaciones”, remachó. Eso quiere decir que el alcalde le agradeció el gesto semanas antes de que se materializase.

El Ayuntamiento ha difundido por medio de sus canales de prensa un mensaje esta tarde que abunda en esta explicación: “El alcalde llamó a Luis Medina una sola vez para agradecer la donación de 183.000 mascarillas, como hizo con todas aquellas personas y entidades que donaron alimentos, material o dinero al Ayuntamiento. El Consejo de Administración de Funeraria, por unanimidad de todos los grupos, acordó realizar el 24 de marzo los tres contratos. El alcalde llama a finales de marzo, después de la formalización de los contratos y cuando le comunican la donación de las mascarillas, que llegan en abril”.

La Fiscalía dice que una vez que Medina se interesó por un contacto del Ayuntamiento, “inmediatamente se le facilitó el nombre de la Coordinadora General de Presupuestos y Recursos Humanos del Área de Gobierno de Hacienda y Personal del Ayuntamiento de Madrid”. Se trata de Elena Collado. Con ella trataron los dos investigados para firmar los contratos por los que el consistorio acabó pagando casi 12 millones de dólares para que una empresa de Malasia proporcionara el material, fabricado en China.

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El segundo contrato contemplaba la compra y traslado de 2,5 millones de guantes de nitrilo. La Fiscalía dice que los guantes llegaron a Madrid el 8 de abril y que eran de una calidad ínfima. Ya en ese momento, Collado se teme lo peor y, tras enviarle una foto, el informe recoge lo que le dijo a continuación: “Por favor, llámame. Esto es lo peor que me ha pasado en la vida. Por Dios, dime algo. Nos han estafado seguro”. Al otro lado, el empresario trata de consolarla. Al final, se redujeron los precios inflados de esta partida de guantes y el Ayuntamiento recuperó cuatro millones. Ese era el montante de la comisión prevista por los empresarios.