"Es un sueño que Dios me elija": la nota de despedida del yihadista detenido en Madrid
Esbozó una carta en la que mostraba su disposición por "coger las armas". Tenía una foto de los reyes tras el atentado de Niza, además de manuales de explosivos, incluida "una bola de tenis bomba"
Apenas cuatro meses le ha durado la libertad a José Luis Serna Cuevas, el español converso al islam detenido esta semana en Madrid por su relación con el yihadismo. Había permanecido algo más de un año en prisión y estaba a la espera de juicio por difundir propaganda terrorista y manifestar su deseo de convertirse en "francotirador del Daesh". Lo que ha motivado su segundo arresto fue el hallazgo de una mochila de su propiedad en un supermercado. En su interior había un machete, fotos del grupo terrorista, manuales para fabricar explosivos y una carta de despedida. "Mi determinación por luchar y coger las armas es clara y definida y solo contemplo la victoria […] es un sueño que Dios me elija para ser un profeta", decía.
Según informan a El Confidencial fuentes de la lucha antiterrorista, las frases de esa nota estaban en el interior de una mochila azul que a su vez estaba dentro de una bolsa de deporte de color negro. Las anotaciones activaron las alertas de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional. Iban acompañadas de más apuntes de los que se desprende su intención de publicar su adiós en las redes sociales: "Carta de un revolucionario para la revolución", "Carta de despedida pal Facebook", "Joseph". En la misma carpeta en la que estaba esta carta, también había un recorte de una noticia sobre los atentados yihadistas de Niza del año 2016.
En el mismo recorte aparece una imagen de los reyes de España, Felipe y Letizia, mostrando sus condolencias por el ataque en Francia, en el que murieron 86 personas. La mochila, en la que también había unos 'nunchakus' de fabricación casera, estaba en una taquilla del Supercor de La Navata de Galapagar. La encontró un guardia de seguridad el 9 de marzo cuando estaban haciendo una revisión de los casilleros que hay en todos los supermercados para dejar los bultos cuando se hace la compra. El comercio está en una zona residencial, rodeada de urbanizaciones con clientes habituales, por lo que la primera reacción de los trabajadores fue abrirla para tratar de identificar al dueño.
Al ver lo que había dentro, optaron por avisar a la Policía. Los expertos antiterroristas se personaron al día siguiente y se llevaron todo a la sede de los servicios centrales de la Policía, en el complejo policial de Canillas, ubicado en el distrito madrileño de Hortaleza. Ahí tiene sus instalaciones la Comisaría General de Información de la Policía Nacional. Una de las primeras gestiones que hicieron fue tratar de fijar la fecha en la que acudió al supermercado. Se tomó declaración a varios trabajadores y se revisaron las cámaras de seguridad disponibles —por protección de datos, todos los comercios están obligados a destruirlas pasado un tiempo establecido por ley—.
No ha sido posible determinar el momento exacto en el que Serna Cuevas depositó ahí la mochila, pero los investigadores creen que debió ser antes del 25 de febrero. Eso es apenas unos meses después de que saliera de la cárcel. Otra de las gestiones policiales consistió en chequear los apuntes sobre confección de explosivos con los expertos en la materia. Los TEDAX hicieron un informe en el que acreditaron que las instrucciones que recogían sus manuscritos eran correctas y que tenía al menos las pautas para poder hacer bombas con capacidad de causar daños. Le atribuyen un conocimiento igual o superior al que se puede adquirir consultando fuentes abiertas en internet. Tenía datos para hacer una bomba de carbonato de calcio, una bomba de calcio seco, un cóctel molotov y hasta una "bola de tenis bomba", según las mismas fuentes.
También tenía anotaciones sobre TATP, también llamado "madre de Satán". Es un tipo de explosivo de fabricación casera. Lo usan habitualmente los yihadistas en sus atentados. Lo tenían los terroristas de la Rambla, también los que atentaron en París o en el aeropuerto de Bruselas. Los investigadores de la Comisaría General de Información vincularon estas pertenencias al detenido. No fue fácil dar con él. Sabían que a su salida de prisión se había establecido en la zona de Las Rozas, pero no cuenta con un domicilio fijo. De hecho, no había sido posible localizarle para notificarle su procesamiento por la causa que tiene pendiente desde 2020. Al final lo encontraron en una casa okupa del municipio roceño, donde fue arrestado.
La cárcel no logró cambiar a Serna Cuevas la primera vez que estuvo allí. Desde su celda le mandó varias cartas a unas trabajadoras sociales de Madrid a las que les acusaba de haberle delatado ante la Policía. Las misivas tenían un tono amenazante y les acusaba de haberle "buscado la ruina", según las fuentes consultadas. Les decía que estaba deprimido y que se consideraba "un mártir". Los expertos antiterroristas creen que supone un riesgo real si sigue en la calle debido a su nivel de radicalización, su deseo de cometer atentados y su capacidad de acceder a las redes sociales donde seguir difundiendo y consumiendo propaganda. También temen que pueda captar a otras personas para cometer alguna acción.
Este radical declaró ante el juez de Instrucción número Seis de la Audiencia Nacional. Admitió que la mochila era suya. No logró convencer al magistrado cuando le dijo que hacía acopio de todo ese material y propaganda terrorista con fines académicos. La misma noche de este jueves ya durmió de nuevo en prisión provisional debido al riesgo de fuga y de reiteración delictiva.
Apenas cuatro meses le ha durado la libertad a José Luis Serna Cuevas, el español converso al islam detenido esta semana en Madrid por su relación con el yihadismo. Había permanecido algo más de un año en prisión y estaba a la espera de juicio por difundir propaganda terrorista y manifestar su deseo de convertirse en "francotirador del Daesh". Lo que ha motivado su segundo arresto fue el hallazgo de una mochila de su propiedad en un supermercado. En su interior había un machete, fotos del grupo terrorista, manuales para fabricar explosivos y una carta de despedida. "Mi determinación por luchar y coger las armas es clara y definida y solo contemplo la victoria […] es un sueño que Dios me elija para ser un profeta", decía.