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El "callejón sin salida" de Villacís: entre el 'portazo' del PP y el derrumbe de Ciudadanos
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CRISIS EN CIBELES

El "callejón sin salida" de Villacís: entre el 'portazo' del PP y el derrumbe de Ciudadanos

La vicealcaldesa de Madrid se resiste a una moción de censura contra Almeida, como quiere la izquierda. Pero si lo apostara todo a esa jugada, varios de sus concejales avisan que no le apoyarán

Foto: La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís. (EFE/Mariscal)
La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís. (EFE/Mariscal)
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Cuando apenas resta un año para las próximas elecciones municipales, un nuevo escándalo ha impactado en Cibeles. Formalmente, no pesa ninguna acusación judicial sobre José Luis Martínez-Almeida, pero las sospechas respecto a la gestión municipal, salpicada por varias polémicas en los últimos meses, han avivado el fantasma de una moción de censura en el Ayuntamiento de Madrid, un escenario presente prácticamente desde el inicio del pacto entre PP y Ciudadanos. La oposición madrileña se ha entregado sin condiciones a la 'mano' de Begoña Villacís para que lidere el consistorio, pero es un movimiento arriesgado. La vicealcaldesa no solo condenaría a Martínez-Almeida, sino que desataría una rebelión interna en las ruinas de los naranjas y borraría de forma definitiva la oportunidad de aterrizar en las filas populares en el futuro. "Está en un callejón sin salida", sintetizan fuentes municipales.

En 2019, Villacís peleó por ser alcaldesa de Madrid. Ciudadanos era entonces la fuerza que infligía un mayor daño electoral al PP y eso llevó al partido a reclamar para sí el Ayuntamiento de Madrid o, al menos, turnarse la alcaldía con Almeida dos años cada uno, una fórmula que se implantó en ciudades como Badajoz, Albacete o Ciudad Real. Entonces no lo consiguió y ahora Villacís se resiste a jugar esa carta, al menos de momento. Con todo, la dirigente no es ajena a las presiones, tanto internas como externas, que se han multiplicado en los últimos días para que apriete el 'botón rojo' contra Almeida, unas voces que, en privado, azuzan la idea de que a la titular municipal de Ciudadanos podría no quedarle otra salida que la de dejarse mecer por una moción que la convertiría en alcaldesa de Madrid durante un año.

Foto: José Luis Martínez-Almeida y Begoña Villacís. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Pero la encrucijada es aún mayor. Si la investigación judicial abierta no avala la versión de José Luis Martínez-Almeida sobre la presunta mediación de su primo en la estafa millonaria de Luis Medina y Alberto Luceño a las arcas públicas madrileñas, a Begoña Villacís le podría resultar complicado dejar caer al alcalde. La también coordinadora autonómica de Ciudadanos no controla a todo su grupo, y son varios los concejales 'naranjas' que, 'a priori', estarían dispuestos a romper la disciplina de voto para no posicionarse con la izquierda, incluso aunque fuese una orden directa de la vicealcaldesa.

Varios concejales de Ciudadanos estarían dispuestos a romper la disciplina de voto y no apoyarían una moción contra Almeida

"El Ayuntamiento es el gran perjudicado de toda esta cuestión, y cualquier otro planteamiento es equivocado. Si [Villacís] acepta una moción, no se entendería. Tendría al grupo en contra", comentan fuentes municipales del ala crítica de Ciudadanos, que en todo caso defienden que la vicealcaldesa de Madrid no caerá en los "engaños" de la izquierda. "Puedes ser todo lo dura que quieras con el PP, pero existe una realidad aplastante. Todo el asunto de Almeida quedará en nada", insisten.

En público, la propia dirigente ha negado que esté pensando en sumas alternativas en el consistorio, aunque sí ha contribuido a estrechar el cerco en torno a Almeida. Por el momento, se ha limitado a exigir una auditoría externa sobre los contratos investigados para esclarecer las lagunas de una gestión municipal capitaneada por el dirigente del PP, pero ha marcado distancias con el regidor para evitar que el escándalo que se cierne sobre el Ayuntamiento de Madrid alcance a Ciudadanos. Por ejemplo, y aunque no es lo habitual tras la reunión de la Junta de Gobierno, Villacís quiso comparecer por separado de Almeida el pasado jueves, con el objetivo, dijo, de "preservar la institución". "El caso es feo", admitía ante los medios la propia dirigente, aunque sin responsabilizar al alcalde. Más pesimistas son en la dirección nacional del partido. "Pinta muy mal", reconocen en la cúpula naranja, que animan a "esperar" a que se pronuncie el juez antes de tomar cualquier decisión política.

Un futuro lleno de incógnitas

Tome la decisión que tome, el futuro político de Begoña Villacís está lleno de dudas. Aunque por el momento descartan transitar esa vía, en el partido 'naranja' tienen claro que aterrizar al frente del Ayuntamiento de Madrid daría aún más foco al que entienden que es su mayor reclamo electoral en horas bajas: demostrar "solvencia" con una gestión diferenciada de la del PP. Lo intentó Francisco Igea en Castilla y León, separando las recetas políticas que desplegó en sus consejerías de las de Alfonso Fernández Mañueco, pero no sirvió. El naufragio de Ciudadanos se da por descontado, y no son pocas las voces en el partido 'naranja' que creen que no resistirán al próximo ciclo electoral.

Durante meses, la dirigente ha insistido en que no dará el salto al PP, y que en 2023 repetirá como cabeza de lista de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid. Villacís cuenta con el aliciente electoral de haberse convertido en uno de los principales activos políticos de la formación naranja y de haber sostenido durante tres años el único pacto importante de Gobierno con el PP que queda vivo en la esfera nacional —con permiso de Andalucía—. Pero el derrumbe de Ciudadanos es una realidad, y sus efectos podrían llegar también al Ayuntamiento de Madrid, donde peligraría incluso el propio asiento de la vicealcaldesa en el consistorio.

El derrumbe de Ciudadanos amenaza con borrar al partido del Ayuntamiento de Madrid en 2023

Pese a todo, la postura oficial de la dirigente es la de pelear por blindar el centro político y, de momento, no salirse del carril 'naranja'. Cosa distinta es que el PP, o al menos la anterior dirección popular, sí puso el ojo en la vicealcaldesa de Madrid en el marco de la opa hostil que activó Pablo Casado para fichar a dirigentes de Ciudadanos. Pero si la dirigente tenía algún planteamiento respecto a valorar a futuros alguna oferta procedente de Génova, esa vía también parece cerrada. En el ámbito nacional, la gran crisis del PP y la llegada de Alberto Núñez Feijóo a Madrid ha cortado de raíz el desembarco de cargos liberales a las filas populares. "Vamos a mantener un 'fair play' con Ciudadanos", sostienen fuentes de la nueva cúpula. "Van a por nuestros votantes, no a por nuestros políticos", coinciden fuentes del partido 'naranja', que asumen que su marca ya "no suma" al PP. "Ahí ya no hay camino".

Almeida no le hace hueco

El que da 'portazo' definitivo a integrar a Begoña Villacís a sus filas, de cara a 2023 o incluso más allá, es José Luis Martínez-Almeida. En el PP municipal cargan sus tintas contra la vicealcaldesa, y aunque aseguran que la relación es de "cordialidad" con la dirigente, no es un perfil que creen que pueda tener encaje en las listas populares. De hecho, cuando el hundimiento de Ciudadanos comenzó a materializarse y se produjeron las primeras fugas al PP, el alcalde llegó a transmitir a sus colaboradores más cercanos que no quería contar con ella en su equipo.

En todo caso, Villacís ha declarado por activa y por pasiva que no pedirá un hueco al PP de cara a las próximas municipales. Ciudadanos podría esquivar la desaparición planteando una coalición con los populares, una fórmula que ya se planteó con Andalucía, pero Génova no está por la labor de rescatar al partido de Inés Arrimadas, sino más bien atraer a todos sus votantes. Los naranjas dan por descontado, además, que el PP gobernará con Vox en 2023, lo que desdibuja aún más su papel para facilitar acuerdos en la política municipal.

Foto: El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. (EFE)

La relación entre Almeida y Villacís se ha ido enfriando con el paso de los meses. Ambos profesan "lealtad" hacia el otro, pero su idilio ha pasado por sonoros desencuentros —como el que se vivió en el consistorio por la ordenanza sobre las terrazas covid— y ha estado lastrado por la permanente amenaza de una moción de censura que la dirigente siempre ha negado.

Cuando aún no se habían cerrado las heridas que provocó en el seno de la coalición, el escándalo por el espionaje del PP a Ayuso por las presuntas irregularidades en la adjudicación de un contrato sanitario, en el que se vio salpicado tanto Almeida como su otrora mano derecha en el Ayuntamiento, Ángel Carromero, el nuevo 'pelotazo de las mascarillas' ha arrojado nuevas sospechas sobre la contratación municipal, que depende en última instancia del regidor.

En el PP admiten que el nuevo escándalo "ha separado" aún más a Almeida y Villacís, aunque el alcalde confía en la "palabra" de la dirigente de no fiar su destino a la izquierda. La vicealcaldesa de Cs, por su parte, hace equilibrios por mantener en pie el Gobierno municipal y, al mismo tiempo, desmarcarse de la gestión de su compañero de coalición mientras pelea por un futuro político lleno de incógnitas.

Cuando apenas resta un año para las próximas elecciones municipales, un nuevo escándalo ha impactado en Cibeles. Formalmente, no pesa ninguna acusación judicial sobre José Luis Martínez-Almeida, pero las sospechas respecto a la gestión municipal, salpicada por varias polémicas en los últimos meses, han avivado el fantasma de una moción de censura en el Ayuntamiento de Madrid, un escenario presente prácticamente desde el inicio del pacto entre PP y Ciudadanos. La oposición madrileña se ha entregado sin condiciones a la 'mano' de Begoña Villacís para que lidere el consistorio, pero es un movimiento arriesgado. La vicealcaldesa no solo condenaría a Martínez-Almeida, sino que desataría una rebelión interna en las ruinas de los naranjas y borraría de forma definitiva la oportunidad de aterrizar en las filas populares en el futuro. "Está en un callejón sin salida", sintetizan fuentes municipales.

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