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Los exjefes de Villarejo declaran en el juicio: "Yo le dije que no podía tener empresas"
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LINARES, DÍAZ PINTADO Y PINO

Los exjefes de Villarejo declaran en el juicio: "Yo le dije que no podía tener empresas"

Uno de los pilares de la defensa de Villarejo se centra en que sus empresas servían de "tapadera" para ejercer como agente encubierto en labores de inteligencia

Foto: El comisario jubilado José Manuel Villarejo. (EFE)
El comisario jubilado José Manuel Villarejo. (EFE)

La Audiencia Nacional retomó este lunes el primer juicio del caso Tándem con las testificales de tres ex responsables de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía Nacional entre 1987 y 2016: Agustín Linares, Pedro Díaz Pintado y Eugenio Pino. Los interrogatorios se centraron en el entramado empresarial del comisario jubilado José Manuel Villarejo mientras ejercía como policía. Uno por uno, los ex DAO limitaron su conocimiento al respecto y se desvincularon de sus actividades paralelas: "Era imposible que estuviera contrastando la situación de 60.000 personas que dependían de mí", "yo le dije que no podía tener empresas", "yo no sabía de sus actividades"...

Uno de los pilares de la defensa de Villarejo se centra en que sus empresas servían de "tapadera" para ejercer como agente encubierto en labores de inteligencia de la Policía Nacional y el CNI. Esa es la tesis que trató de apuntalar con las comparecencias de los tres ex DAO, pero desde el primer momento, todos ellos redujeron la relación que mantenían con él. "¿Tiene una relación de amistad o enemistad con alguno de los acusados?", les fue preguntando la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, a su entrada en la sala. "De compañeros", respondió Linares. "Ninguna, la normal", aseguró Díaz Pintado. "De subordinación. De jefe a subordinados", culminó Pino.

Foto: El comisario jubilado José Manuel Villarejo. (EFE)

Pero los interrogatorios no olvidaron lo ocurrido en enero de 2018, cuando los tres remitieron al juzgado dos cartas en las que apoyaban la idea de que Villarejo utilizaba estas empresas como agente encubierto. Linares y Díaz Pintado intentaron quitar peso a las misivas. Pino, por su parte, confirmó el fondo de las mismas, pero insistió en que no tenía un conocimiento exhaustivo sobre su entramado: "El señor Villarejo, en aquella época, era una de las personas dentro de la Dirección General de Policía que más sabía", se justificó. Pero a preguntas de la Fiscalía Anticorrupción, él mismo aseguró minutos después que advirtió a Villarejo de que "no podía tener empresas".

Todos ellos confirmaron así cierto conocimiento de que Villarejo tuviera un entramado empresarial y, al mismo tiempo, negaron haber autorizado esta estructura paralela. "Yo no sabía de sus actividades, pero recuerdo que poco antes de reingresar me comentó que tenía una discográfica en propiedad o participativa. Lo recuerdo porque me regaló dos discos de música clásica", sostuvo Linares. "Lo conocí un año o dos años antes de marcharme: había dos o tres compañeros que efectivamente esa era su manera de trabajar para la policía. La Policía los utilizaba en su propia actividad para poder hacer otras funciones", explicó a continuación Díaz Pintado.

Pino fue un paso más allá y, pese a estar procesado por otra pieza del caso Tándem relativa al presunto espionaje parapolicial al extesorero del PP Luis Bárcenas, reconoció que tenía constancia sobre la doble vida de Villarejo: "Es la clásica gente que viene de siempre... De agentes que no aparecen por las comisarías y están pulsando un ambiente que es muy interesante", argumentó. "Se llaman antenas y existen". Pese a ello, negó conocer en profundidad sus empresas: "Yo era director, no administrador".

De la excedencia al Rey emérito

La sesión arracó con Linares, que ocupó el cargo equivalente al DAO entre 1987 y 1994. El interrogatorio puso el foco en la reincorporación de Villarejo a la Policía Nacional en 1993. Según afirmó, el comisario le dijo entonces que tenía una discográfica, una "agencia de azafatas" y una empresa que "se dedicaba a peritajes en siniestros de instalaciones comerciales e industriales". También apuntó al papel del comisario en la captación de Monzer Al Kassar, un traficante de armas que "tenía contactos con el mundo islámico" y "podía ser muy interesante". Pero llegado el turno de las defensas, Villarejo, que también ejerce como abogado en el juicio, tuvo un rifirrafe con él.

El intercambio de golpes comenzó con Linares afirmando que "nunca" existió una brigada de inteligencia en la policía. A partir de ahí, la tensión fue en aumento, con el testigo negando una y otra vez las afirmaciones de Villarejo: "Si es verdad eso que dicen de que usted lo graba todo... Es que esa grabación no existe", llegó a decirle ante sus preguntas. "Lamentablemente, hay de 1000 microcintas que han desaparecido. Me imagino que a usted se lo han garantizado", respondió tajante el comisario.

Foto: El comisario jubilado José Villarejo. (EFE/Moya)

Díaz Pintado, al frente de la Policía entre 1996 y 2004, mantuvo el mismo razonamiento. En esta ocasión, fue el propio abogado de Villarejo, Antonio José García Cabrera, quien tomó las riendas del interrogatorio. El comisario, de hecho, tampoco lanzó pregunta alguna a Pino, que compareció el último. Según explicó, fue el anterior DAO, Miguel Ángel Fernández-Chico, ya fallecido, quien le dijo que mantuviera el puesto de Villarejo: "Me habló de Villarejo como una persona a la cual debían mantener por su capacidad y relaciones, por resolución de problemas". El supuesto mensaje de su antecesor fue tajante: "Villarejo es un hombre que te lo puede arreglar".

En el caso de Pino, la Fiscalía también quiso preguntarle por un informe elaborado por el inspector Fuentes Gago en relación con la incompatibilidad del trabajo de policía con las actividades empresariales que desarrollaba. "Fue por petición expresa del director general de la Policía, Ignacio Cosidó, a petición del ministro", aseguró el ex Dao. Pese a ello, al ser preguntado sobre cómo sabía que la orden procedía del entonces ministro, Jorge Fernández Díaz, se limitó a decir que así se lo había trasladado Cosidó. El informe se remonta a 2015 y, según recordó el propio fiscal, descartó irregularidades: "No se requería compatibilidad porque se trataba de gestión del patrimonio familiar".

Otro punto que Pino abordó durante el interrogatorio fue el de las denuncias de Corinna Larsen contra el Rey emérito. Según reconoció ante el tribunal, prohibió a Villarejo investigar a Juan Carlos I, pues los hechos en cuestión se habrían cometido en Mónaco, con una "justicia democrática" y por parte de una persona aforada: "La señora que tenía que denunciar lo que tenía que hacer era presentarse en un juzgado de España o en una comisaría", concluyó el que fuera director adjunto operativo de la Policía.

La Audiencia Nacional retomó este lunes el primer juicio del caso Tándem con las testificales de tres ex responsables de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía Nacional entre 1987 y 2016: Agustín Linares, Pedro Díaz Pintado y Eugenio Pino. Los interrogatorios se centraron en el entramado empresarial del comisario jubilado José Manuel Villarejo mientras ejercía como policía. Uno por uno, los ex DAO limitaron su conocimiento al respecto y se desvincularon de sus actividades paralelas: "Era imposible que estuviera contrastando la situación de 60.000 personas que dependían de mí", "yo le dije que no podía tener empresas", "yo no sabía de sus actividades"...

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