El juez buscó en las cuentas del policía de 'Sálvame' y su familia pagos por sus "favores"

El juez que investiga la filtración de datos policiales de famosos al programa 'Sálvame' por parte de un agente del cuerpo ordenó revisar las cuentas bancarias del policía y el patrimonio de su familia. El magistrado buscaba el rastro de pagos a cambio de sus averiguaciones y pidió datos para acreditar la existencia de un presunto delito de cohecho como apunta la Unidad de Asuntos Internos. Fuentes jurídicas próximas a las pesquisas sostienen que, cuatro años después de que arrancase la investigación, la acusación contra los imputados se circunscribe a un presunto delito de revelación de secretos.

Según consta en el sumario al que ha tenido acceso El Confidencial, la Policía remitió un informe el 6 de septiembre de 2018 en el que solicitaba librar un mandamiento al Instituto de Seguridad Social y a la Tesorería General de Seguridad Social para recabar toda información en su poder sobre el policía investigado, su mujer y sus dos hijas. Los investigadores querían saber si habían recibido “algún tipo de contratación o renta presumiblemente fraudulenta”. El cohecho lo comete tanto el funcionario que cobra como el que paga sabiendo su condición de policía. El Código Penal contempla penas de hasta seis años de cárcel.

El magistrado, Marcelino Sexmero, dio el visto bueno y ordenó esta inspección patrimonial. En el caso constan documentos de la Agencia Tributaria con información de las cuentas bancarias, el sueldo que percibían en ese momento en sus respectivos trabajos, los vehículos a su nombre, el saldo del que disponen, la dirección de sus sucursales bancarias, la fecha en las que dieron de alta sus cuentas… “Se han hecho todo tipo de investigaciones y no se le ha encontrado ningún tipo de ingresos”, dice a este periódico una fuente cercana al juzgado.

La investigación se declaró compleja y se han declarado ya varias prórrogas. Añaden estas fuentes que el juez ya tiene delimitada la causa y no prevé prolongarla en exceso. En cualquier caso, en sus autos más recientes sigue figurando en el encabezamiento que los delitos de la causa son “revelación de secretos por funcionario y cohecho”.

A finales del año pasado, ordenó a la Policía que localizase a 138 perjudicados por las búsquedas del policía para ofrecerles que se personasen en la causa. Este periódico ha hecho público el listado entero. La mayoría no lo ha hecho de momento. Otros se lo están pensando y una minoría ya han dado el paso, ya sea con sus propios abogados o a través de la Fiscalía.

Investigados

El juez tiene que decidir si admite algunas peticiones de las partes, como la citación en calidad de testigos de algunas de las caras más conocidas del programa como Belén Esteban, María Patiño, Rafael Mora o Gemma López. En la nómina de investigados figura en torno a una decena de personas, en entre ellos tres policías, colaboradores y responsables del programa o redactores de base que no salen habitualmente en pantalla. En noviembre, el juez citó también como investigados tanto al espacio televisión como a la productora, La Fábrica de la Tele.

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El policía se llama Ángel Jesús Fernández Hita. Se jubiló en diciembre de 2018 y sus últimos años de servicio los pasó en la Jefatura de Unidades Especiales. De ellos dependen departamentos como Caballería, Guías Caninos o Subsuelo. Los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado tienen prohibido consultar o compartir datos de ficheros policiales para fines ajenos a su actividad profesional. En una entrevista concedida a este periódico, Fernández Hita admitió haber hecho consultas para hacerles "favores" a varios colaboradores de 'Sálvame' con los que tenía amistad. En cambio, niega haber cobrado dinero.

"¿Cuánto me vais a pagar?"

Asuntos Internos pone en duda esa versión en varias ocasiones a lo largo del sumario. Se basa en algunas conversaciones que mantuvo el policía, tanto con colaboradores del popular programa como con otras personas de su entorno para las que también hizo consultas. Una de ellas es con un policía en ese momento ya retirado que le solicitó una serie de datos sobre vehículos para ayudar a su hijo en su trabajo. “¿Cuánto me vais a pagar?”, le preguntó Fernández Hita en una conversación mantenida el 9 de agosto de 2018. “Bueno, ya hablaremos… Hablaré con mi hijo”, le contestó el otro agente retirado.

Ambos se concertaron para verse en El Landó, restaurante fundado por el dueño de Casa Lucio. No es un sitio especialmente barato. El contacto de Fernández de Hita llegó a ser detenido por la Policía y también está imputado en la causa que se sigue en el Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid. Declaró ante Asuntos Internos el 3 de octubre y negó pagos o dádivas a cambio de la información confidencial. Enmarcó sus frases en una forma de hablar “coloquial” y añadió que pagar por eso iba en contra de sus principios.

En sus informes, la Policía llega a analizar incluso el mundo de la prensa de corazón. Explican que los periodistas cuentan con “confidentes” y que los más “cotizados” son los que más información aportan, y que para ello reciben “remuneraciones”. Además de las escuchas telefónicas, los agentes de Asuntos Internos sometieron a vigilancias al policía para conocer sus citas. En el sumario constan fotografías de sus encuentros en restaurantes con los periodistas investigados. Eran los colaboradores de 'Sálvame' los que abonaban las comidas y consumiciones, algo habitual en la relación entre un periodista y sus fuentes. Una de ellas, pagada por la fallecida Mila Ximénez el 6 de agosto de 2018, ascendió a 143,70 euros.

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En la causa hay al menos un tercer policía imputado representado por el despacho Suárez Valdés, especializado en la defensa de miembros de las fuerzas de seguridad. A este agente se le acusa de haber consultado también en las bases de datos información. Según explicó el propio Fernández Hita, ese compañero se limitó a hacer una averiguación a petición suya porque en ese momento no se encontraba en comisaría. Para acceder a esos ficheros hay que usar una clave personal, por lo que cualquier búsqueda deja un rastro.