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Feijóo se reconcilia con los empresarios tras la crisis abierta en la era de Pablo Casado
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RESPALDO DE LA CEOE Y DE LOS SINDICATOS

Feijóo se reconcilia con los empresarios tras la crisis abierta en la era de Pablo Casado

El jefe de la patronal, Antonio Garamendi, escuchó en primera fila junto a otros empresarios el discurso del gallego en Sevilla. El nuevo líder del PP convertirá la economía en la columna vertebral de su proyecto

Foto: Alberto Núñez Feijóo (i) y Fátima Báñez. (EFE)
Alberto Núñez Feijóo (i) y Fátima Báñez. (EFE)

Alberto Núñez Feijóo ya es presidente del PP. En su primer discurso como líder nacional, el dirigente ya dejó ver algunas diferencias relevantes respecto a la gestión de su predecesor. Y no son solo políticas. La llegada del gallego a Génova abre una nueva etapa en las relaciones entre el PP y la CEOE, y acaba con la 'guerra fría' que durante meses protagonizó Génova con la patronal. La sintonía que históricamente ha existido entre la clase empresarial y el primer partido de la oposición se vio truncada, y Pablo Casado no pudo enmendar una fractura alimentada por un conflicto de intereses. La renovación del liderazgo del PP se recibe con agrado en la clase empresarial y Feijóo, a su vez, recupera a Garamendi como aliado del PP tras las fricciones con la anterior dirección.

El primer e importante gesto de ese acercamiento tenía lugar este mismo sábado. A media mañana, la presidenta del congreso nacional del PP en Sevilla, Teófila Martínez, interrumpía las intervenciones de los ponentes para saludar la presencia de algunos invitados al cónclave. Entre ellos, citó al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Su retorno a un acto del PP no pasó desapercibido, sobre todo después de que el líder de los empresarios declinase la invitación de Pablo Casado para asistir a la Convención Nacional que celebró el pasado mes de octubre en Valencia. El jefe de la patronal no acudió solo. Feijóo llenó su puesta de largo de empresarios, y a la cita acudieron Miguel Garrido, presidente de CEIM; el líder de ATA, Lorenzo Amor; el de ASAJA, Pedro Barato, y representantes andaluces como Miguel Rus, presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla, o Francisco Herrero, de la Cámara de Comercio de Sevilla.

Foto: Antonio Garamendi, presidente de la CEOE (EFE)

En el entorno del gallego consideran "muy positivo" que sobre todo el presidente de la patronal acudiese al gran evento del PP. Su asistencia generó una "grata sorpresa" en el nuevo mandatario popular. Fuentes populares suscriben —y celebran— la idea de que la llegada de Feijóo anticipa una nueva etapa en las relaciones con los poderes empresariales, un vínculo que se estima clave para un mandatario que quiere hacer de la economía la columna vertebral de su proyecto al frente del PP.

La que también escuchaba en primera fila era Fátima Báñez. Desde que el PP entró en periodo de interinidad, la exministra de Empleo y presidenta de la fundación de la CEOE ha reaparecido en el foco mediático, dejándose ver en múltiples actos del partido y, por supuesto, en el Congreso de Sevilla. Su estrecha relación con el presidente de la patronal y su recién estrenado papel como asesora áulica de Alberto Núñez Feijóo en el PP la convierten en el vínculo que une a ambas organizaciones. Báñez entró en todas las quinielas como posible 'cabeza económica' del gallego, pero, al menos de momento, trabajará en el equipo de ministrables 'en la sombra' que está confeccionando el nuevo presidente nacional.

Casado nunca tuvo el respaldo cerrado de la patronal, que no terminó de ver 'cuajado' al líder del Partido Popular

El dirigente ha delegado en Juan Bravo la tarea de interlocución directa con la CEOE, el Ibex y también con los sindicatos. El consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, hombre de total confianza de Juanma Moreno, asumirá la viceconsejería de Economía en Génova, una decisión clave por su doble relevancia: por un lado, Feijóo da mucho peso al PP andaluz en la nueva ejecutiva, consciente de que el viaje a Moncloa hace primero escala en Andalucía; y, por otra parte, se rodea de perfiles con "experiencia de gestión" y "trayectoria orgánica" para construir una alternativa de cara a las próximas generales, que se jugarán en el terreno económico.

El gallego ha priorizado en los puestos de mando a Andalucía y Galicia por encima de Madrid. Ayuso llamó a la puerta de Feijóo y exigió su cuota en el nuevo organigrama de Génova, aunque finalmente ha quedado un tanto diluida. Uno de los nombres que sonaban para Economía era precisamente el de Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Hacienda en la Comunidad de Madrid, posibilidad que el nuevo presidente del PP desechó. "Lasquetty es un neoliberal de libro, y Juan un pragmático. Feijóo no ha priorizado tanto a los territorios como a los perfiles", analizan fuentes populares.

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Julio Muñoz)

Feijóo ya ha puesto la primera piedra para recuperar el respaldo de los grandes empresarios. La pérdida de esa confianza fue, precisamente, uno de los agujeros negros del mandato de Pablo Casado y uno de los motivos que, en parte, explican su caída. El Ibex nunca auxilió a un líder de la oposición que no terminaba de cuajar como alternativa al Gobierno de Sánchez. A la espera de cómo termine asentando su proyecto, el gallego trae consigo experiencia y "solvencia", una de las palabras más repetidas estos días en las cuitas populares. Feijóo se ha comprometido, además, a tender puentes con el PSOE para construir pactos de Estado. "Es muy fácil encontrarnos. Estamos en la Constitución, en el interés general y en el sentido de Estado", subrayó Feijóo en su primer discurso como líder.

Cerrar las heridas del pasado

"Hemos acreditado que estamos unidos". El todavía presidente de la Xunta dio por cerradas este fin de semana las heridas internas del pasado. Pero no son las únicas que supuran. Las tiranteces entre el PP y la patronal comenzaron en junio del año pasado. La polémica por la decisión del Gobierno de indultar a los nueve condenados en el juicio del 'procés' abrió la primera brecha pública entre Pablo Casado y Antonio Garamendi. El detonante fue una visita del anterior líder de los populares a unas jornadas convocadas por el Círculo de Economía en Barcelona que, entonces, Génova calificó como "encerrona" contra el líder nacional. Casado se quedó solo rechazando la aprobación de la medida de gracia, mientras que los empresarios defendieron su ejecución. Garamendi tampoco los rechazó. "Si las cosas se normalizan, bienvenidos sean", dijo en una entrevista radiofónica.

La tensión de Génova con la CEOE fue máxima: García Egea maniobró con Sánchez Llibre para mover la silla a Garamendi

Pero el debate sobre los indultos era solo superficial. El encontronazo dejó al descubierto fricciones internas entre ambas organizaciones que llevaban tiempo enquistadas, y fue la gota que colmó el vaso de un malestar soterrado y alimentado por el mimo con el que la patronal trataba al Gobierno de Sánchez y Díaz en algunos asuntos; o el desacuerdo de los empresarios a decisiones que tomó la dirección de Pablo Casado en determinadas votaciones en el Congreso, como sucedió con el decreto de los fondos europeos al que el PP se opuso, para gran disgusto de la patronal.

Foto: Sánchez en su balance de 2021. (Reuters/Javier Barbancho)

La fractura llegó a su cota máxima por las sospechas fundadas de la patronal sobre la existencia de una operación interna para descabalgar a Antonio Garamendi e impulsar al presidente del Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, al frente de la CEOE. El 'golpe de Estado' interno, según aseguran fuentes populares, estaba comandado por el ex secretario general del PP, Teodoro García Egea, que hurgó en el descontento de algunos sectores empresariales con el líder de la patronal. En este contexto, la exministra de Empleo se posicionó con Garamendi y se alejó aún más de su casa política y del propio Pablo Casado.

Pero a esta historia de desencuentros aún le quedaban varios capítulos. El no del PP a la reforma laboral, aprobada con el beneplácito de la patronal y de los sindicatos, enrareció aún más la relación entre Fátima Báñez y Antonio Garamendi con el primer partido de la oposición. La presidenta de la Fundación CEOE defendió el acuerdo alcanzado con el Gobierno para modificar la legislación sobre el mercado de trabajo que ella misma impulsó en 2012, pero el rechazo de Casado era firme.

Contra esa tesis surgieron algunas voces dentro del partido, entre ellas la de Alberto Núñez Feijóo, que instaron a reflexionar sobre el sentido del voto al decreto, abriendo la puerta a la abstención. Pero el ya expresidente nacional del PP se ratificó y se negó a auxiliar a Sánchez, que contaba con los votos justos para aprobar su decreto estrella. "La reforma laboral es humo", insistía Casado. Destino o casualidad, la reforma laboral salió adelante gracias al error del diputado del PP, Alberto Casero, durante el proceso de votación telemática.

Feijóo busca atraer a los sindicatos

Dentro del proyecto de "cambio" que Feijóo quiere iniciar en el PP, uno de los puntos clave pasa por "ensanchar" el partido ideológicamente, también en el ámbito económico y social. Durante su primer día como presidente nacional, el gallego recibió el respaldo de los sindicatos tradicionales, vinculados a la izquierda, a los que tendió la mano para "negociar" y para "acordar". Más allá del apoyo de Antonio Garamendi, el que también viajó a Sevilla este fin de semana fue el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, que tuvo un asiento reservado en la primera fila del auditorio y estuvo acompañado de la secretaria general de CCOO Andalucía, Nuria López; o su homóloga de UGT en la región, Carmen Castilla.

"Respeto a los sindicatos, lo saben. Me he entendido con ellos, he discrepado de ellos y, sin embargo, les respeto profundamente", subrayó Feijóo en su intervención de este sábado. "Con ellos he aprendido muchas cosas. Hay que negociar, hay que acordar (...). Vamos a firmar acuerdos y, si no es posible, vamos a pactar los desacuerdos". La oferta del líder gallego dista mucho, de nuevo, con la estrategia que siguió Pablo Casado antes que él, pero también marca una gran diferencia respecto a Santiago Abascal, un convencido de acabar con los "sindicatos progres".

Dentro de la intención del gallego de tender puentes y hacer política "sin enfrentamientos" y "desde el diálogo", el acercamiento manifiesto a los sindicatos supone un movimiento inédito respecto a anteriores etapas. El tiempo dirá si la transversalidad por la que claramente ha apostado Feijóo es una fórmula de éxito o un intento fallido por llegar a Moncloa.

Alberto Núñez Feijóo ya es presidente del PP. En su primer discurso como líder nacional, el dirigente ya dejó ver algunas diferencias relevantes respecto a la gestión de su predecesor. Y no son solo políticas. La llegada del gallego a Génova abre una nueva etapa en las relaciones entre el PP y la CEOE, y acaba con la 'guerra fría' que durante meses protagonizó Génova con la patronal. La sintonía que históricamente ha existido entre la clase empresarial y el primer partido de la oposición se vio truncada, y Pablo Casado no pudo enmendar una fractura alimentada por un conflicto de intereses. La renovación del liderazgo del PP se recibe con agrado en la clase empresarial y Feijóo, a su vez, recupera a Garamendi como aliado del PP tras las fricciones con la anterior dirección.

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