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La inflación altera tu rutina: suben el menú del día, las cañas y el café
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"La cosa es grave"

La inflación altera tu rutina: suben el menú del día, las cañas y el café

La hostelería y el pequeño comercio de toda España se han visto obligados a elevar los precios de sus productos, castigados por el encarecimiento de las materias primas y sin recuperarse aún de la crisis del covid

Foto: Clientes en una terraza de Madrid tomando cañas. (EFE/Emilio Naranjo)
Clientes en una terraza de Madrid tomando cañas. (EFE/Emilio Naranjo)
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La 'tormenta perfecta' de la subida de precios de luz, gas y suministros básicos empieza a repercutir en el día a día de los españoles. En algunos bares, puede que incluso tomarse una caña al salir del trabajo cueste un euro más semanalmente. Solo en el mes de marzo, la inflación se ha disparado un 3%, ascendiendo hasta el 9,8%, la cifra más alta de los últimos 37 años. Los comercios y la hostelería empiezan a plantearse tomar medidas al respecto, aunque hay quienes han apostado ya por elevar los precios para no caer en la ruina. Suben tres de los productos clave de la dieta española: el café, el pan y la cerveza.

Foto: El precio de los carburantes tira del IPC. (EFE/Emilio Naranjo)

“Si me suben el coste de las copas, tomaré una menos cada vez que salga. Pero si me quitan la cerveza, mato”. Habla Teresa, una abogada de 54 años que asegura con ironía que “sin Mahou no nos podemos quedar”. Lo dice mientras camina por la calle Galileo de Madrid con otros compañeros de gremio. Mira a Joaquín, un economista jubilado de 74 años, quien la reafirma en su argumento. “Que me suban la gasolina me da igual porque no tengo coche. Pero si suben el café y la cerveza, la situación es absolutamente grave”.

Maite confiesa que ha tenido que ojear qué ocurría en los bares de alrededor para decidir si subía o no los precios

Lo es. Maite y Álvaro están al frente de la centenaria taberna La Zamorana, en Galileo, y de su versión más ‘instagrameable’ La terraza by la Zamorana—, en la calle Vallehermoso. Han mantenido los menús del día a 13 euros, pero elevado 20 céntimos el café y la cerveza. Ahora el doble asciende a 2,90 y el café con leche a 1,80. “Pago 900 euros más de luz, el litro de aceite de girasol se ha duplicado, y los tomates que estaban en 60 céntimos ahora están a tres euros”, explica. Maite es consciente de que ir de cañas no es algo prioritario. Es más sencillo elevar el coste de la cerveza que del menú del día. La propietaria de este local confiesa que ha tenido que ojear qué ocurría en los bares de alrededor para tomar este tipo de decisiones.

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En hostelería, los precios de la carta se revisan a principios de año. Marisa subió el precio del menú en su restaurante asturiano del barrio de Carabanchel de los 10 a los 11 euros en enero. “No puedo subirlo más porque la gente no puede pagarlo”, detalla a este diario. Pero el sábado también apostó por elevar 10 céntimos la cerveza. La caña ahora cuesta 1,50. “Nosotros ahora mismo trabajamos con muy pocas ganancias solo para mantener el negocio y esperando a que la cosa mejore”. Paga cada mes 60 euros más de luz y dice estar “ahogada”.

Desde marzo de 2021 hasta hoy, el coste unitario de una lata de 33 cl de Mahou Clásica ha subido un 25% en Mercadona y Día

Tras el estallido de la guerra en Ucrania —entre los cinco mayores productores de cereal del mundo— y la huelga de transportes, las cadenas de distribución continúan con dificultades. Las cerveceras ya advirtieron hace dos semanas de que si la situación se alargaba deberían paralizar la producción. Desde Mahou-San Miguel advierten de que la compañía continúa operando, aunque con “dificultades derivadas de la huelga. Es obviamente una situación compleja, pero seguimos suministrando a nuestros clientes solventando las incidencias según van surgiendo”, añaden. La variabilidad del precio de la cerveza también se ha notado en los supermercados. Desde marzo de 2021 hasta hoy, el coste unitario de una lata de 33 cl de Mahou Clásica ha subido un 25% en Mercadona y DIA.

La industria láctea sí apostó por tomar esta drástica decisión a mediados de este mes. El impacto en los supermercados —además del desabastecimiento de algunos tipos— también ha aumentado de manera progresiva desde el año pasado. Un 'brick' de un litro de leche entera cuesta ahora un 16% más en Mercadona y DIA, y un 13% en Carrefour.

Problemas en Málaga

En la Costa del Sol la cosa no mejora. Julián, responsable de la cafetería El Carmen desde hace 11 años, se ha visto obligado a incrementar los precios un 10%. En la pizarra en la que desgrana el menú del día, ya recoge los 50 céntimos de más que cuesta desde las últimas horas. “Tres platos y bebidas, nueve euros”, apunta, antes de expresar el deseo de que la clientela lo entienda, porque “a mí me están costando las cosas un 40% más”.

“Yo no estoy en la playa, así que mi mejor cliente es el que se gasta un euro al día, el que viene a tomar café”, señala para describir la delicada situación de la restauración. “Los tres meses que estuvimos cerrados por la pandemia me costaron 18.000 euros que aún estoy pagando y estoy trabajando 12 horas al día para sacar 1.200 euros”. “Para ganar menos, bajo la persiana”, afirma, antes de dejar traslucir cierta sensación de derrota cuando cuenta: “He estado una década sin subir el precio del café. Me resistía. Y ahora he tenido que hacerlo”.

El café es otro de los productos más afectados que no ha pasado desapercibido en los supermercados. El precio unitario del paquete de café molido 500g (€/kg) aumentó un 20% en DIA desde marzo a noviembre de 2021, aunque en los últimos meses ha vuelto a descender. Por su parte, Mercadona y Carrefour han incrementado el precio hasta un 17%, costando una media de 5,4 euros el paquete.

María José González, responsable del chiringuito Los Cuñaos, en Málaga, ejemplifica perfectamente las consecuencias en el tejido productivo y laboral de una hipotética inflación prolongada. “La gente no viene a comer tan alegremente”. A pesar de la previsible reducción de ingresos, asegura que “no va a despedir a nadie”. “Durante la pandemia no hicimos ningún ERTE”, así que ahora igual: “Toca apretarnos”.

La proximidad de la inflación a los dos dígitos, una cifra récord en Europa, se ha unido a la crisis que ya había traído la pandemia. Ahora, el incremento de la luz y el gas, la invasión de Ucrania y la reciente huelga de transportistas han sido la puntilla para infinidad de sectores. “Todo está más caro”, afirma María José para resumir una situación ante la que se mantiene expectante. “De momento, no vamos a subir los precios. No quiero espantar a la clientela”, declara.

Foto: Aceite de girasol. (Imagen de archivo)

Como ejemplo de ese cóctel de contratiempos que se ha cebado con la hostelería y el comercio de barrio pone dos ejemplos claros: uno, el precio de los boquerones y las sardinas, dos productos indispensables en las cartas de estos negocios, y otro, el aceite para freír. Los primeros han pasado de los 30 euros que costaba una caja a los 100, explica María José, que añade que el precio de la garrafa del segundo “se ha triplicado” y reducido su cantidad cinco litros. “Al final, es lo comido por lo servido, pero en un negocio como el nuestro tienes que ofrecer pescado fresco, porque si no el cliente se va a otro”, asume con cierta resignación.

Colapso en panaderías

Desde las panaderías también advierten de un colapso en la cadena de producción. La dueña de la panadería La Rosa, en Carabanchel, dice no dar crédito a los precios a los que ha tenido que adaptarse. No dispone de un gran obrador, por lo que parte de las ventas proviene de proveedores externos. Relata que primero le subieron los precios en septiembre y después en enero. No modificó nunca el precio de los productos porque le parecía “una barbaridad”, pero este lunes tuvo que subir la barra de pan 10 céntimos porque no tiene “margen”. “Ya me han llamado los proveedores, que en abril me van a cobrar entre un 10% y un 15% más. Algunos especifican que será en torno a siete céntimos. Me parece una locura tener que cobrar a la gente 70 céntimos por una barra de pan cuando hace unos años les costaba 40”.

Todos coinciden en que saben que se arriesgan a una pérdida de clientes

“La magnitud del cereal es impresionante”, explica José Manuel Álvarez, secretario general de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España. La subida de precios de la cerveza y el pan —procedentes de la cebada y el trigo— se origina por la variabilidad de los costes de las materias primas. Desde la crisis de 2008 hasta 2020, era un mercado que se mantenía estable. Pero hace dos años desapareció. “En el primer semestre de 2021 hubo un incremento enorme y, cuando parecía que bajaba, estalló la guerra”, apunta Álvarez.

placeholder El precio del menú del día en Krug ha aumentado un euro.
El precio del menú del día en Krug ha aumentado un euro.

Todos coinciden en que saben que se arriesgan a una pérdida de clientes. Simón lleva 10 años al frente del restaurante Krug, en la calle Menéndez Valdés, en el barrio de Moncloa (Madrid). El lunes elevó el precio del menú del día de los 12,90 a los 13,90 euros. “Se ha notado mucho. Ya no solo en el número de clientes, sino en lo que consumen de media”. Para José Luis, que regenta Castela y Castelados, en el distrito madrileño de Retiro, “lo único que se puede hacer es maquillar precios”. Es además el portavoz de Hostelería Madrid en la zona. “Si una comida aquí te cuesta unos 40 euros, pues a lo mejor está subiendo a 42, pero para ir acorde a la subida de los proveedores y productos, tendríamos que subir esa comida a mínimo 50 euros, y eso no está ocurriendo”.

Precios al alza en Valencia

Desde ‘la terreta’ también perciben las carencias de este devenir de acontecimientos. Los restaurantes y locales de ocio valencianos están combinando el ajuste de tarifas con la imaginación para afrontar el incremento de costes derivado del aumento de materias primas básicas y de la factura energética. En el Restaurante Ferro, situado en el centro histórico de Valencia, una cocina mediterránea con muy buena ratio calidad-precio y menú del día a 18 euros, han optado por ahora por aguantar los precios evitando servir platos cocinados con mucho aceite, como fritos o rebozados, por el precio del aceite de girasol.

Ni la carta, ni el café ni la cerveza han sufrido modificaciones al alza, aunque uno de los responsables de sala explica que han tenido problemas con algunos suministros por la huelga de transportes, como ciertas marcas de cerveza o productos procedentes del norte del país, como anchoas y boquerones.

Donde sí se ha elevado la tarifa, incluso antes del estallido de la guerra de Ucrania, es en la casa de comidas Sam’s, un bar-restaurante regentado por una familia china situado en el barrio de Ciudadela en Valencia con apoyo de servicio de empleados españoles. Aquí los precios son mucho más populares, con menú de primero, segundo y café o postre a nueve euros. En enero, con el cambio de año, ya se vieron forzados a actualizar el menú básico de 8,50 a 8,70. Pero apenas un mes después tuvieron que hacer una nueva revisión hasta los nueve euros por el incremento de costes, que hacía inviable un negocio con márgenes ya de por sí ajustados.

En la Comunidad Valenciana, el sector de la hostelería viene de superar la resaca de medidas de restricción que todavía quedaban vigentes como consecuencia de la pandemia del covid y que la Generalitat retiró la semana pasada. “El sector ha luchado durante dos años de pandemia por la supervivencia de las empresas y los puestos de trabajo. La sexta ola ha sido durísima para la hostelería desde las navidades hasta ahora, y ahora mismo hay un largo camino para la recuperación económica, por lo que desde Conhostur se siguen reclamando ayudas para el sector necesarias para la supervivencia de muchas empresas”, dicen desde la Federación de Hostelería.

Foto: Foto: EC.

Manuel Espinar, presidente de esta organización autonómica y también vicepresidente de Hostelería de España, advierte de que el sector ha entrado en una suerte de “tormenta perfecta” por la sucesión de los problemas de demanda por la sexta ola del covid en la campaña de Navidad con la actual espiral inflacionista. “Las subidas se están comiendo el margen. La gente está empezando a subir precios muy lentamente. Pero es complicado, porque hay que hacerlo sin romper la elasticidad y sin que afecte a la demanda. Hay empresas que están empezando a pasarlo mal”, señala.

La inflación por las nubes y la desestabilizada situación geopolítica europea repercuten en hosteleros, panaderos, transportistas y clientes. Chus y Cristina están tomando una cerveza y un vino en una de las terrazas del barrio de Moncloa de Madrid. Dicen que si la cosa sigue así, van a tener que dejar de salir a tomar algo con tanta frecuencia. “Lo máximo que pagaría por una cerveza sería cuatro euros. Y aun así me parecería carísima, ¿qué es esto, Londres?”.

La 'tormenta perfecta' de la subida de precios de luz, gas y suministros básicos empieza a repercutir en el día a día de los españoles. En algunos bares, puede que incluso tomarse una caña al salir del trabajo cueste un euro más semanalmente. Solo en el mes de marzo, la inflación se ha disparado un 3%, ascendiendo hasta el 9,8%, la cifra más alta de los últimos 37 años. Los comercios y la hostelería empiezan a plantearse tomar medidas al respecto, aunque hay quienes han apostado ya por elevar los precios para no caer en la ruina. Suben tres de los productos clave de la dieta española: el café, el pan y la cerveza.

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