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Si no hay cerveza, la fabricas: la mejor (casera) de España se hace en este piso de Getafe
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ABYSSAL, GANADORA ESTE AÑO

Si no hay cerveza, la fabricas: la mejor (casera) de España se hace en este piso de Getafe

Hace 10 años que Christian y Elena empezaron a producir su cerveza casera para ahorrar. Ahora han ganado el premio a la mejor de España: ellos no se van a quedar desabastecidos

Foto: Christian y Elena, en el salón de la casa donde han hecho la cerveza del año. (Foto: Ana Beltrán)
Christian y Elena, en el salón de la casa donde han hecho la cerveza del año. (Foto: Ana Beltrán)

¿Preocupado por el desabastecimiento? ¿Sudores fríos ante la posibilidad de que la huelga de transporte le impida degustar su Estrella Galicia, Amstel o, en última instancia, Cruzampo? ¿Se imagina un mundo sin cerveza? No se preocupe, Christian Sierra y Elena Redondo, ingenieros y vecinos de Getafe, tienen su propia solución: fabricar su propia cerveza en su casa, como llevan haciendo desde hace una década.

Sierra, de 31 años, y Redondo, de 28, nos reciben en su piso en el centro de Getafe, que es como un piso cualquiera de la corona sur de Madrid. Con una diferencia. Entre las estrechas paredes de su cocina han fabricado Abyssal, que acaba de ganar el premio a la mejor cerveza casera de España en la décima edición del Concurso Homebrewer, organizado por el Jardín del Lúpulo desde 2012. Lo que diferencia a Christian y a Elena de otros ganadores de años previos es que no pertenecen a clubes ni asociaciones de cerveza. Llevan haciendo cerveza solos (con la única colaboración de algún amigo) desde hace diez años.

Fabricaron doce litros de la cerveza ganadora en casa. Ahora producirán 2.500

"Precisamente empezamos por lo caras que son estas cervezas", explica Redondo. "De cinco euros no bajan, y muchas veces te gastas siete euros en una que termina siendo agua sucia". La solución, ponerse manos a la obra y fabricar la suya propia. Cada año, fabrican en su cocina unas dos o tres alternativas, venciendo la pereza que les posee cada invierno. De Abyssal, la Imperial Stout ganadora del premio, han sacado doce litros. Algo más de treinta tercios que ellos mismos embotellan.

Es una de las motivaciones principales de los cerveceros caseros: fabricar la cerveza que no son capaces de encontrar en las tiendas. "El perfil de la mayoría es el de alguien a quien le gusta la cerveza y no encuentra tan a menudo como querría la clase que les gusta, el 90% de la que se vende en España es 'lager', encontrar las demás es más difícil y más caro", explica Rodrigo Valdezate, coordinador del concurso. "Hay gente que dice 'pues la hago yo y así no compro Mahou', y yo siempre pienso '¡pero si la Mahou no puede ser barata!' No, esto es otra cosa, que te guste cocinar o pensar recetas".

placeholder El premio. (Ana Beltrán)
El premio. (Ana Beltrán)

No hay que confundir la cerveza casera con la artesanal. El concurso, por ejemplo, está limitado a producciones menores de 50 litros. "Una olla muy grande", aunque Valdezate añade que hay gente que tiene instalaciones casi industriales en su casa del pueblo. La artesana "no deja de ser pequeñas fábricas en polígonos o 'brew pubs', esto es, gente que individualmente lo hace en casa, como hacer la mejor tortilla casera". El premio, eso sí, permitirá producir 2.500 litros de Abyssal (cien de ellos para los ganadores) en la fábrica de Arriaca en Guadalajara.

¿Qué tiene la mejor cerveza de España? Para empezar, doce grados, la evocación del sabor del agua de Londres gracias a las escamas de sal y temática submarinista, una de las aficiones de la pareja. Es idónea para postres y quesos. "Creo que es muy fina, tiene una burbuja que se mantiene y al final ves que la espuma es muy marrón y sube mucho, además del amargor para compensar el dulzor", valora Sierra sobre su obra. "Intentamos hacerlo lo más bestia posible: muchísimo lúpulo, muchísimo alcohol, mucho dulzor".

placeholder La embotelladora. (Ana Beltrán)
La embotelladora. (Ana Beltrán)

Es el resultado de un proceso de depuración de años que comenzó con hidromiel universitaria, siguió con cervezas que no se podían beber ("prueba y error") y ha terminado con una cerveza con una puntuación superior a 90. En esta edición se han presentado al concurso alrededor de 150 cervezas, y sumando a los participantes de todas las ediciones el número ronda los 400. Valdezate calcula que hay más de mil afiliados en la Asociación de Cerveceros Caseros Españoles.

El canario en la bodega

Se habrá dado cuenta de que, de una década a esta parte, la cultura de la cerveza ha explotado en España, aunque el 'boom' de la cerveza casera se remonte a Estados Unidos en los años ochenta. Esto ha provocado un cambio de actitud entre las grandes marcas, aunque sea en la aparición de alternativas "maestras" o "tostadas". "Ahora todas tienen su lado 'crafty' y artesano para competir con un mercado que busca cosas variadas y sabrosas, lo que me gusta del 'homebrewing' es que es la base de ese mercado", recuerda Valdezate.

"Estamos dispuestos a vender la receta si alguien nos lo propone"

Para la mayoría de productores caseros, se trata ante todo de una afición. Solo hay contados casos en los que los ganadores se dediquen profesionalmente a la cerveza, como el de Alejo Girón, que ganó en una de las primeras ediciones y ha trabajado para Mahou, o Jorge Matamala, que ganó en la edición de 2016 con una IPA de MatMor y que se lanzó a probar suerte en el mundo de la cerveza. Pero no es lo habitual. Como recuerda Valdezate, estas "ya tienen a sus maestros cerveceros capaces de hacer esto y más". Si no lo hacen es porque no resulta rentable ponerse a fabricar cervezas minoritarias en grandes cantidades, no porque no tengan una división de I+D dedicada a ello.

¿Se plantearían Christian y Elena la posibilidad de dedicarse a hacer cerveza si alguien se lo plantease? Ambos son ingenieros, trabajan en multinacionales en las que están contentos y arriesgarlo todo para poner en marcha un negocio es una alternativa que no les atrae. Pero estarían dispuestos a probarlo como algo complementario. "Está complicado, pero nos gustaría, lo hemos mirado alguna vez pero no para dejarlo todo". El problema, la búsqueda de inversores.

placeholder El libro de recetas (no hagan 'zoom': no es la ganadora). (Ana Beltrán)
El libro de recetas (no hagan 'zoom': no es la ganadora). (Ana Beltrán)

Eso sí, son cuidadosos cuando enseñan a cámara el libro donde apuntan todas sus recetas. Al fin y al cabo, no están registradas en la propiedad intelectual, aunque como bromea Christian, "estamos dispuestos a venderla si alguien nos lo propone". Su pretensión ante todo es tener cerveza para beber y compartir. Porque como recuerdan, una cosa es fabricarla y otra tomarla a diario: ya se sabe que el 'dealer' no puede probar su propio producto. Se trata más bien de una afición de fin de semana, de viernes por la noche, de reuniones con amigos.

Así que aprovechan los distintos premios para ir renovando equipo. Como el barreño en el que hacen la mezcla en un proceso que lleva alrededor de un día ("desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde más o menos"), que incluye moler el grano, macerarlo, hervir el mosto, añadir el lúpulo… Antes de enfriarlo rápidamente sin que se cuele ninguna bacteria, algo que puede dar al traste con toda la cerveza. Luego, tres semanas de fermentación y descanso en el invierno con los radiadores apagados. Tachán, ahí tiene su cerveza.

Una cosa lleva a la otra

No es habitual que alguien pase muchos años fabricando cerveza casera. El autoabastecimiento de bebidas alcohólicas sigue aún en esas primeras inocentes fases en las que todavía no se ha convertido en un negocio. Por lo general, es la falta de tiempo la que termina acabando con los cerveceros caseros. Como recuerda con humor Valdezate, "los hijos matan el 'homebrewing'".

Christian es, además, campeón de España de combate medieval de duelos

Por ahora, parece que ese problema no lo tienen Elena y Christian, como tampoco el del desabastecimiento: aún tienen bastantes litros en reserva. En un rincón del salón hay varias espadas largas, un broquel y un yelmo, que explican en parte la pasión de la pareja por la cerveza casera: a él siempre le interesó el mundo medieval, y la creación de su propia bebida era parte de ello. Además, confiesa, es el campeón de España de combate medieval de duelos. Si no hubiese sido por la guerra de Ucrania, estaría en el campeonato mundial, que se iba a celebrar en Rumanía.

"No es recreación, no son exhibiciones, es todo lo fuerte que puedas dar", explica el ingeniero. "Es decir, llevas armadura, que te protege, pero los golpes con espada son reales. Para mí la más bonita es la que es a dos manos, la típica de caballero. Luego hay peleas de cinco contra cinco, doce contra doce, veinte contra veinte, y esas ya son muy bestias, porque se permite que alguien te agarre del brazo y otro venga a pegarte". Como aquel alabardazo que se llevó en la frente sin darse cuenta hasta que la sangre le chorreaba por la cara.

placeholder Una foto de Christian Sierra y Elena Redondo entre jarras de cerveza. (Ana Beltrán)
Una foto de Christian Sierra y Elena Redondo entre jarras de cerveza. (Ana Beltrán)

¿Qué tiene que ver todo esto con la cerveza? Más que lo que pensamos. Esta es una de las esquinas de una subcultura informal que comparte intereses (desde los juegos de mesa hasta la literatura fantástica) y en la que la cerveza es una parte esencial; basta con echar un vistazo a las estanterías de su casa para darse cuenta. "Empecé cuando terminé la universidad, primero con esgrima histórica y luego con combate medieval, pero ahí ya estábamos con la cerveza. Siempre me ha gustado la historia, me metí también a estudiar Historia en la UNED".

Una cosa lleva a la otra: empiezas intercambiando cebada por leña en 'Catan' y terminas haciendo la mejor cerveza de España y siendo el campeón español de combate medieval.

¿Preocupado por el desabastecimiento? ¿Sudores fríos ante la posibilidad de que la huelga de transporte le impida degustar su Estrella Galicia, Amstel o, en última instancia, Cruzampo? ¿Se imagina un mundo sin cerveza? No se preocupe, Christian Sierra y Elena Redondo, ingenieros y vecinos de Getafe, tienen su propia solución: fabricar su propia cerveza en su casa, como llevan haciendo desde hace una década.

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