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La 'teoría Redondo' se abre paso en el Congreso: "La legislatura está en colapso"
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La 'teoría Redondo' se abre paso en el Congreso: "La legislatura está en colapso"

PP, Vox y algunos socios habituales del Ejecutivo, como ERC o PNV, recelan de la posibilidad de que Sánchez pulse el botón de adelanto electoral y haga coincidir las generales con las andaluzas, previstas para final de año

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i); y el exjefe de gabinete en Moncloa, Iván Redondo (d). (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i); y el exjefe de gabinete en Moncloa, Iván Redondo (d). (EFE)
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La legislatura ha entrado en un momento crítico. La situación "extraordinariamente compleja" por la que atraviesa el Gobierno, como reconoció el propio Pedro Sánchez en la pasada sesión de control, ha llegado a su punto álgido esta semana. La guerra de Ucrania, el alza desbocada de los precios, el estallido social y, en última instancia, el "volantazo" con el Sáhara ha unido al Congreso en un 'todos contra Sánchez', incluyendo a Unidas Podemos. Aunque el socio minoritario promete no romper la coalición, lo cierto es que los morados han quedado relegados de las últimas decisiones de calado ejecutadas por el presidente. El ingente "desgaste" y las "tensiones" internas han avivado una teoría que nunca ha muerto del todo: abrir las urnas antes de que finalice el año. La legislatura, valoran a izquierda y derecha, está en riesgo de "colapso".

Los principales socios del Gobierno, como ERC o el PNV, nunca han descartado el escenario de adelanto electoral. La histórica crisis por la que atravesó el PP hace tan solo unas semanas, que culminó con la caída de Pablo Casado, avivó la tesis de que Sánchez buscaba ya el momento propicio para pulsar el 'botón rojo', dar el golpe de gracia a los populares y desprenderse de un socio de coalición incómodo en la búsqueda de una imagen de centralidad ante Bruselas. Tanto Yolanda Díaz como Pedro Sánchez lo negaron, pero eso fue antes de que llegasen nubarrones aún más oscuros a Moncloa. Ahora la "teoría Redondo", como la denominan algunas fuentes parlamentarias, vuelve a coger fuerza en el Congreso: convocar elecciones generales antes de fin de año y hacerlas coincidir con las andaluzas que, por calendario, deben celebrarse antes del término de 2022.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Reuters/Filip Singer)

En noviembre del año pasado, el exasesor de Moncloa publicó una tribuna en 'La Vanguardia' en la que abría el debate sobre la necesidad de forzar un adelanto electoral que coincidiese con los comicios andaluces, "la mejor opción" para los intereses de los socialistas que, según Iván Redondo y siguiendo esta fórmula, estarían en disposición de "recuperar la Junta" y, además, permanecer al frente del Gobierno. "Audacia es determinación", instaba el consultor político. Entonces, Juanma Moreno no descartaba convocar en primavera, pero sus propias reticencias a seguir los dictados de Génova y la posterior crisis del PP han ido retrasando la fecha. Si sigue los dictados de su exjefe de gabinete, Pedro Sánchez solo tendría que esperar a que el barón andaluz pusiese fecha a unos comicios que, previsiblemente, se celebrarán a final de año.

El experimento estaría "justificado", según reconocen fuentes del PP, porque el Gobierno ha entrado en una situación de ruptura y "colapso" sin precedentes. La fórmula de hacer coincidir generales y andaluzas ya se utilizó durante años. Se estrenó en 1986, se repitió en 1996 y se empleó en las tres convocatorias posteriores, hasta el año 2008. José Antonio Griñán rompió la tradición en 2011, cuando se negó a abrir las urnas para hacerlas coincidir con el adelanto electoral impulsado por José Luis Rodríguez Zapatero, pero Sánchez estaría en disposición de volver a intentarlo. Los populares, confiados en la fuerza de su barón autonómico, creen no obstante que sería la "única oportunidad" que tendría el PSOE de impulsar a su candidato, Juan Espadas, un "desconocido" en Andalucía frente a un Juanma Moreno consolidado o frente a la mediática Macarena Olona, potencial candidata de Vox en la región.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. (EFE/Julio Muñoz)

Al margen de los recelos de los socios parlamentarios por que el escenario de adelanto electoral se consolide, tanto en PP como en Vox ven plausible la teoría de la apertura prematura de urnas, más codiciada por los segundos que por los primeros. Sánchez esperaba llegar a finales de 2023 mecido por una buena coyuntura económica fruto de la progresiva ejecución de los fondos europeos de recuperación, pero la invasión rusa ha agudizado la previsión de una nueva crisis económica de consecuencias aún inconmensurables. El conflicto con Rusia "va a durar", según el propio Sánchez, incluso aunque terminen los bombardeos, y la posibilidad de que el jefe del Ejecutivo quiera anticiparse a una temida estanflación a la que ya abrió la puerta el Banco Central Europeo se ha instalado en un Parlamento que ha dado la espalda a Moncloa.

El enésimo choque en el Gobierno de coalición llegó a cuenta de la decisión de Sánchez de enviar armas ofensivas a Ucrania, una rectificación que no consultó con sus socios morados y que levantó ampollas en Moncloa. Pero era solo un anticipo. La decisión del PSOE de buscar cobijo en el PP para incrementar el gasto en Defensa al 2% del PIB tensó nuevamente las costuras, y hasta Yolanda Díaz, que había mantenido firme su respaldo a Sánchez, criticó la medida. Las tensiones con el resto de fuerzas parlamentarias, incluidos sus socios habituales de legislatura, volvieron a crecer por la "inconcreción" y la "opacidad" con la que los socialistas estaban organizando el paquete de medidas económicas, y desde Gabriel Rufián hasta Cuca Gamarra coincidieron en el diagnóstico de que Sánchez buscaba únicamente hacerse "la foto" con el resto de fuerzas y que los acuerdos en el marco de la Conferencia de Presidentes o el llamamiento a impulsar unos 'pactos de país' eran parte del atrezzo.

Pero el sorpresivo giro de Sánchez con el Sáhara, enquistado durante 47 largos años, terminó dinamitando todos los puentes políticos que le quedaban al PSOE, tanto a izquierda, como a derecha. Sin debatirlo primero en Consejo de Ministros ni planteárselo al primer partido de la oposición, el presidente del Gobierno cambió la posición diplomática de España y dio un espaldarazo al plan de Mohamed VI para controlar el Sáhara Occidental. Aunque con diferencias en el discurso, todo el Congreso, sin excepción, se opuso a la decisión. El ambiente que se respira estos días en el hemiciclo la resumió bien un encendido Aitor Esteban en la Comisión de Exteriores, donde José Manuel Albares y no Pedro Sánchez trató de calmar los ánimos. "Cuando vaya a Rabat recuerde que no tiene el apoyo de este Parlamento".

Feijóo se prepara para su primer 'asalto'

Tal y como publicó El Confidencial, el temor a una apertura de urnas ya se hizo patente en el PP cuando el partido se había abierto en canal, pero Pablo Casado seguía atrincherado en Génova. Lo último que escuchó decir a Sánchez, el todavía presidente del PP en la Cámara Baja, fue que no adelantaría elecciones, pero como sucede en otros grupos parlamentarios, el runrún sobre unos nuevos comicios generales no ha cesado en las cuitas internas de los populares. En el primer partido de la oposición no ocultan su satisfacción por haber conseguido taponar la hemorragia de la crisis en pocas semanas, y celebran que el partido se haya "unido" y "fortalecido" en torno a Alberto Núñez Feijóo que, sin embargo, aún no ha sido ungido como nuevo presidente del partido.

Su liderazgo se oficializará la próxima semana, en el congreso extraordinario de Sevilla. Allí mismo nombrará a su nuevo 'núcleo duro', aunque las fuentes consultadas creen que no desvelará todas sus cartas respecto a la nueva composición de Congreso y Senado la próxima semana. Precisamente, aunque se ven con fuerzas para afrontar un nuevo escenario electoral, los populares creen que sería "demasiado pronto" para Feijóo unas elecciones generales y andaluzas antes de fin de año. "Los equipos necesitan tiempo para asentarse y él un periodo de adaptación", comenta un dirigente próximo al líder. En el corto plazo, Feijóo tiene pendiente organizar su sucesión en la Xunta y celebrar los congresos regionales que quedaron pendientes de la anterior dirección. De confirmarse la 'teoría Redondo', el dirigente se vería obligado a acelerar cambios, mover piezas y elaborar nuevas listas con apenas margen temporal.

Foto: Pleno del Congreso de los Diputados.

En mucha mejor forma llegaría Vox. En términos políticos, el descontento social ha llevado a los de Santiago Abascal a vivir una auténtica luna de miel, conscientes de que son los que más pescan en aguas revueltas. La formación lleva meses presionando tanto en el Congreso como en Andalucía para forzar un adelanto electoral. Según sus cuentas, Macarena Olona estaría en disposición de superar la veintena de escaños, un resultado con el que tratarían de forzar un pacto de Gobierno en San Telmo que Juanma Moreno rehúye, pese al precedente que sienta para los de Abascal el acuerdo en Castilla y León.

La legislatura ha entrado en un momento crítico. La situación "extraordinariamente compleja" por la que atraviesa el Gobierno, como reconoció el propio Pedro Sánchez en la pasada sesión de control, ha llegado a su punto álgido esta semana. La guerra de Ucrania, el alza desbocada de los precios, el estallido social y, en última instancia, el "volantazo" con el Sáhara ha unido al Congreso en un 'todos contra Sánchez', incluyendo a Unidas Podemos. Aunque el socio minoritario promete no romper la coalición, lo cierto es que los morados han quedado relegados de las últimas decisiones de calado ejecutadas por el presidente. El ingente "desgaste" y las "tensiones" internas han avivado una teoría que nunca ha muerto del todo: abrir las urnas antes de que finalice el año. La legislatura, valoran a izquierda y derecha, está en riesgo de "colapso".

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