Moncloa quiere que el emérito se disculpe con un "mensaje claro" a la nación

"Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir". Esta frase pasó a la historia como la primera vez que un rey pedía perdón a los españoles por un comportamiento inadecuado. Era abril de 2012 y Juan Carlos I aprovechó su salida del hospital para realizar unas declaraciones a RTVE en las que admitía que su viaje a Botsuana para cazar, en el que se rompió la cadera, había sido un error. El hecho sin precedentes pretendió ser un cortafuegos ante una opinión pública que no entendía que el monarca estuviera cazando cuando España sufría uno de los peores momentos de crisis económica.

Diez años después, Pedro Sánchez ha pedido en varias ocasiones al padre de Felipe VI que haga un nuevo gesto ante los ciudadanos y dé explicaciones por todas las informaciones “decepcionantes” que se han conocido sobre él. La última vez ha sido este mismo mes, cuando el emérito hizo pública una carta enviada a su hijo en la que le comunicaba su intención de mantener su residencia en Abu Dabi, pero que tenía intención de viajar a España de forma periódica. En el documento lamentó “sinceramente” lo que calificó como “acontecimientos pasados” de su vida privada. Pero para Sánchez es “insuficiente”.

Opinión

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Antonio Casado

Moncloa plantea que don Juan Carlos debe dirigirse a la nación y lanzar un “mensaje claro”, aseguran a El Confidencial fuentes cercanas al presidente. Este jueves, la imagen de la Corona sufría un nuevo varapalo al rechazar el Tribunal Superior de Justicia de Reino Unido la inmunidad del monarca. De esta forma, la Justicia británica ha dado luz verde para investigar la demanda interpuesta por Corinna Larsen en su contra. Los magistrados argumentan en su resolución que no se puede aplicar la inmunidad de la que gozaría si todavía fuera jefe de Estado, por lo que seguirá con la demanda por amenazas de su antigua amante, que le reclama una indemnización por el tratamiento médico al que tuvo que someterse tras su ruptura. Los abogados de Juan Carlos I habían alegado que no se le podía juzgar por ser miembro de la familia real, pero el dictamen es claro: “No se ha demostrado ninguna de las bases por las que se reclamó la inmunidad estatal”.

Esta decisión vuelve a reabrir el debate sobre los privilegios del monarca, que supone otro punto de fricción en el Gobierno de coalición. Podemos ha solicitado reiteradamente que se revise la inviolabilidad del Rey, tanto para Felipe VI como para su padre. En el ala socialista no contemplan este escenario y, según confirman, no está en el calendario plantear una Ley de la Corona, más allá de las medidas que la propia Casa Real quiera poner en marcha en pos de la transparencia. En la línea de fortalecer la figura del actual monarca es donde se enmarca el planteamiento de que don Juan Carlos se dirija a los españoles de una forma directa para mostrar su arrepentimiento. “No se trata de que dé un discurso de Navidad, sino de que sea algo como cuando la cacería en África”, explican fuentes socialistas.

Desde el Ejecutivo, se han ido sorteando en colaboración con la Zarzuela las informaciones sobre el patrimonio oculto del emérito hasta acabar con la salida del país del que fuera jefe de Estado de 1975 a 2014. A principios de este mes, la Fiscalía del Tribunal Supremo dio un respiro al archivar las investigaciones contra Juan Carlos I, al considerar que los delitos fiscales de cohecho o blanqueo de capitales habrían prescrito o no son perseguibles porque se habrían cometido cuando estaba blindado por la inviolabilidad que le otorga el artículo 56.3 de la Constitución. Desde la Zarzuela, se ha intentado levantar un muro para proteger a Felipe VI y a la institución, que sigue siendo una de las mejor valoradas por los españoles pese a los escándalos. La decisión de la Justicia británica se produce a pocos días de que los Reyes acudan el próximo martes al homenaje al fallecido duque de Edimburgo.

Padre e hijo mantienen una relación telefónica que ha ido sufriendo baches. En la Casa Real no gustan los mensajes que Juan Carlos I traslada a través de sus amigos sobre su posible regreso a España. Desde que se instaló en Abu Dabi, siempre ha pesado la gestión del destierro y el posterior retorno. Se trabaja en buscarle una residencia para cuando viaje a nuestro país, pero a nadie se le escapa que cualquier decisión es arriesgada. Hay temor de que si el emérito muere fuera de España la imagen sea demoledora, pero también lo puede ser para la Corona que Juan Carlos I ande paseándose de restaurante en restaurante con sus amigos o disfrutando de los lujos de un nivel de vida que para muchos es escandaloso. El primer paso podría ser, insisten desde el Gobierno, “pedir perdón a los españoles”.