La fuga de Roldán, el capitán Khan y los locos años 90 que sepultaron el felipismo

Luis Roldán, destituido de su cargo de director general de la Guardia Civil tras ser acusado de enriquecimiento ilícito (1993). Luis Roldán se fuga a París en plena investigación con dinero de los fondos reservados (1994). Aparece en unas fotos publicadas por 'Interviú' en calzoncillos junto a varias mujeres bajo el título 'Las orgías de todo un director general'. (1994). Luis Roldán detenido por policías españoles en el aeropuerto de Bangkok (1995). Luis Roldán en un piso de protección oficial con una pensión de 600 euros acusa al espía Francisco Paesa de haberse quedado con todo el dinero (2014). Luis Roldán fallece en Zaragoza a los 78 años tras pasar varios días ingresado en el hospital (2022).

Responsable de la Guardia Civil entre 1986 y 1993, Luis Roldán protagonizó una fuga de película con espías de por medio, dimisiones de ministros y episodios estrambóticos que simbolizan el final de los gobiernos socialistas de Felipe González. El felipismo, que significó 'de facto' la culminación del proceso de transición a la democracia tras el franquismo, colapsó entre escándalos de corrupción, acusaciones de terrorismo de Estado por parte de los GAL y, en medio de todo eso, Luis Roldán como protagonista de una ópera bufa. Eran los locos años 90. Un año después de su arresto, el PP de José María Aznar ganó las elecciones generales y España entró en una nueva era.

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El Confidencial

Cuando todo el mundo se preguntaba dónde estaba Roldán, los periodistas de 'El Mundo' Antonio Rubio y Manuel Cerdán consiguieron una exclusiva dando con su paradero en el hotel Marignan de París. Durante cinco horas, entre lágrimas, el hombre más buscado de España les relató cómo era la operativa de reparto de los fondos reservados en el Ministerio del Interior bajo la anuencia del secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera. También otras corruptelas de aquel Gobierno que se abrasaba de sobresalto en sobresalto. El diario publicó la entrevista con Roldán el 4 de mayo de 1994 y vendió más de 700.000 ejemplares, un hito casi imposible de repetir.

"Tirar de la manta no sirve para nada"

"Si voy a la cárcel, no iré yo solo (...) tengo dos alternativas: o pegarme un tiro o tirar de la manta y contar toda la verdad", dijo a los periodistas. Finalmente, Roldán fue condenado a 31 años de cárcel por los delitos de falsedad en documento mercantil, malversación de caudales públicos, estafa y delito contra la Hacienda pública. Desde febrero de 1995 estuvo en la cárcel femenina de Brieva, pero la Audiencia de Madrid le permitió salir de la prisión para trabajar a partir de 2005 en un régimen intermedio entre segundo y tercer grado. “Tirar de la manta no sirve para nada”, diría muchos años después en otra entrevista concedida al mismo periodista, Antonio Rubio.

El dinero que se llevó Roldán, más de 1.000 millones de pesetas, jamás se recuperó. De todo lo que pasó en torno a la fuga de Roldán hay detalles que todavía se desconocen casi 30 años después. Uno de los papeles que más incógnitas sigue suscitando es el que representó un espía español llamado Francisco Paesa. Hace años se difundió la noticia de su muerte. No era la primera vez y, por tanto, hay quien cree que sigue vivo. "Paesa me engañó y se salió con la suya. Es lo que hay", dijo Roldán en una entrevista concedida a El Confidencia lcon motivo del 20 aniversario de su fuga.

Roldán: "Yo pagué lo mío, ¿y los demás?"

El relato asentado de lo que pasó cuenta que Paesa jugó a dos bandas, entre un Roldán escondido en París y un Gobierno socialista desesperado por encontrarle. Montó una operación surrealista, inventándose a un personaje llamado el "capitán Khan". Era un supuesto representante de las autoridades de Laos, país del sudeste asiático donde Paesa hizo creer que habían apresado a Roldán. Ese supuesto funcionario se puso en contacto con la Policía española para entregarle al fugitivo. Hasta allí se desplazaron cinco policías que arrestaron a Roldán sin entender muy bien lo que estaba pasando.

Un falso oficial de Laos

Al mismo tiempo, Roldán dijo que había sido engañado por Paesa. El espía le había asegurado que había pactado con Interior una entrega limitada solo a algunos delitos. Laos tuvo que salir a desmentir que hubiese detenido a ningún español en su territorio. En el libro ' Paesa, el espía de las mil caras' (Plaza & Janés), Manuel Cerdán relata que el misterioso personaje del que se fiaron tanto Roldán como Interior había contratado al supuesto capitán Khan en un suburbio de París para construir su farsa.

Roldán siempre estuvo en Francia y solo se desplazó al sudeste asiático para entregarse siguiendo los consejos de Paesa. Cuando salió a la luz la farsa, el Gobierno tuvo que dar muchas explicaciones y negar ningún pacto tras haber anunciado eufórico el arresto de Roldán. El fugado sostiene que el entonces ministro socialista Juan Alberto Belloch le pagó 1,8 millones a Paesa por entregarle.

Roldán fue el primer civil nombrado al frente del Instituto Armado. Desde que salió de la cárcel vivía en su Zaragoza natal en un piso de protección policial que había sido de su madre. Sus últimas apariciones en prensa destilaban un tono de amargura. Reconocía sus errores y negaba haberse quedado con el dinero: "Si tuviera el dinero, ¿cree usted que viviría en las condiciones en las que hoy día vivo?". "Yo pagué por lo mío, ¿y los demás?", se preguntaba.