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Un senador del PSOE, nuevo líder de los masones: su plan para cambiar la Gran Logia
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Un senador del PSOE, nuevo líder de los masones: su plan para cambiar la Gran Logia

Txema Oleaga ganó contra pronóstico las elecciones y pretende modernizar la organización y adaptarla al siglo XXI. Su victoria ha levantado cierta polémica porque un sector no acepta que sea cargo público

Foto: El senador del PSOE Txema Oleaga, jefe de la Gran Logia de España. (Cedida)
El senador del PSOE Txema Oleaga, jefe de la Gran Logia de España. (Cedida)
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El senador del PSOE Txema Oleaga será durante los próximos años el gran maestre de la Gran Logia de España (GLE), la mayor organización masónica de nuestro país, tras unas elecciones telemáticas que duraron 10 días y en las que se enfrentaron cuatro candidatos. Es la primera vez que un político en activo se presenta para este puesto y gana las elecciones, lo que ha levantado cierta polémica. Oleaga obtuvo 376 votos (un 46% del total), mientras que el candidato oficialista, José Antonio de Haro, consiguió 306 apoyos (38%). El abogado Adolfo Alonso se quedó con 81 (10%) y el empresario murciano Luis Alcaina, 50 (6%). Su idea es transformar profundamente la institución y adaptarla al siglo XXI. En mitad de todo el revuelo, se da un plazo de dos años para lograrlo.

Nacido en 1963, el nuevo jefe de los masones es licenciado en Derecho en 1989 por la Universidad de Deusto y tiene una hija. Además de profesor de Contratación Mercantil y Derecho del Seguro en la Universidad de Mondragón, ha sido asesor de empresas del sector del transporte, de varias aseguradoras y es colaborador del comité jurisdiccional de la Federación Vizcaína de Fútbol. En política, además de senador, es miembro del comité nacional del PSE-EE y ha sido concejal en Bilbao. Además de presidente de Metro Bilbao, fue director de Participación Ciudadana en el Gobierno vasco y secretario de la Fundación Ramón Rubial. Esta es la segunda legislatura que oficia como senador y es miembro suplente de la Diputación Permanente de la Cámara Alta.

Foto: Nicolás Calvo y Pavel Gómez del Castillo, en la LGE (Guillermo Martínez / Ana Suárez)

Fuentes de la Gran Logia manifestaron a El Confidencial que "hay algunos sectores a los que les asusta que un político en activo haya ganado, pero de hecho hay muchos más políticos dentro cuya filiación no se conoce y no pasa nada". Otra fuente resalta que el mayor problema ahora "es que pueda llevar a cabo su gran proyecto de reforma de la masonería cuando no tiene mayoría absoluta".

Dentro de la GLE hay división de opiniones sobre el hecho de que cargo público sea el nuevo patrón de la masonería. Oleaga llega con la promesa de estar en la cúspide solo dos años, la mitad de un mandato, con el objetivo único de reformar el reglamento y la constitución de la organización para abrirla a un mayor número de afiliados: una de sus intenciones es que no solo puedan votar los 'maestros instalados', sino todos los afiliados. Su idea es revolucionar la institución y adaptarla al siglo XXI. "La razón de esto es sencilla y nace de una profunda convicción democrática. No puede haber mácula de duda respecto a la reforma y, para que sea así, ha de quedar muy claro que no se hará una reforma que pueda beneficiar mi reelección", comunicó a los afiliados antes de las elecciones.

Foto: Grabado de una logia publicado en 'El reglamento del masón'. (Biblioteca del Gran Oriente de Francia)

Tras la votación, Oleaga envió una carta a los miembros de la GLE, a la que El Confidencial ha tenido acceso, en la que explica que estima en dos años el tiempo para realizar la reforma que pretende. En la misiva da las gracias al Grupo Mesa y a Foro Gran Reinicio (FGR), dos de las corrientes internas de la masonería, que le apoyaron y elaboraron un decálogo de reformas destinadas a "construir una GLE transparente y participativa y, sobre todo, alejada de intereses personales".

Según fuentes consultadas, el Grupo Mesa está formado en gran parte por masones con rango de grandes oficiales nombrados durante la última década, circunstancia por la cual "dominan el territorio, han tenido mucho contacto directo con los miembros y, además, pudieron amortiguar el rechazo del sector inglés de la masonería". Este rechazo era importante, ya que aproximadamente entre 300 y 400 'maestros instalados' (o sea, con derecho a voto) que votan en España son ingleses que tienen su residencia en España y, por tanto, pueden votar en nuestro país. Era del llamado 'sector inglés', con un peso importante, del que llegaban los principales rechazos a que un político en activo se presentase a gran maestre.

En los comicios participaron 813 'hermanos' de los aproximadamente 1.200 que tenían derecho a voto. En las elecciones solo pueden participar los llamados 'maestros instalados'; es decir, los masones que tienen o han tenido en alguna ocasión una logia a su cargo. Oleaga será aupado solemnemente a Gran Maestro en una ceremonia que tendrá lugar en Madrid el próximo 12 de abril, en la que recibirá el testigo de manos del abogado valenciano Óscar de Alfonso, que ha sido el máximo dirigente de la masonería los últimos 12 años.

Modernizar la organización

El equipo que elija el senador tendrá a su cargo elaborar un nuevo reglamento y una nueva constitución de la GLE que dinamitarían las bases tradicionales de la organización. "Sé que hay 'hermanos' que no comparten estas dos piedras angulares de ese edificio constitucional que estamos poniendo en marcha. Todos están llamados al debate y al consenso. Pero quiero destacar que el trabajo que han hecho los miembros de Mesa y del FGR ha sido espectacular y en este momento creo que la mayoría comparte en lo sustancial los principales aspectos de la reforma constitucional que ambas plataformas proponen. Y estoy convencido de que, en breve, muchos otros 'hermanos', a título individual o como parte de otros colectivos, acabarán por sumarse a esta corriente de renovación y futuro que estos proyectos suponen".

Las medidas son históricas. Para empezar, quiere establecer una "división clara de competencias" dentro de la organización, estableciendo tres organismos: el Gran Consejo Rector (el 'gobierno'), el Gran Cónclave y Gran Asamblea (el 'pueblo masónico soberano') y la Gran Corte de Justicia (el 'poder de equilibrio y garante de la legalidad'). "Se trata de una división de poderes dentro de la GLE, con el fin de que haya mayor transparencia y control", dice una fuente masona a este diario.

Foto: Desfile de masones.

Pero, además, el senador quiere limitar los periodos de mandato del gran maestre para evitar que alguien se eternice en la cúspide, garantizar que no se puedan acumular cargos, una división clara "entre la gestión administrativa de la GLE y la gestión ritual", el control exhaustivo de los gastos e ingresos, la obligación de auditar las cuentas, y la apertura de un debate "pausado, pero firme y decidido" sobre las cuestiones de por qué no crece la masonería, por qué están ausentes de los grandes debates que afectan a la humanidad y cómo apoyar e impulsar el trabajo intelectual del filosofismo. Por último, incorporó un punto en el que propone que el gran maestre y su consejo rector se sometan al voto de confianza de la Gran Asamblea una vez al año, lo que implica una fiscalización permanente de su labor.

La reforma de las bases de la masonería, una vez realizados los proyectos de nuevas normas, deberá ser aprobada "en una gran asamblea convocada al efecto. Al término de ese tiempo, convocaré elecciones con arreglo a la nueva normativa y me comprometo a no presentarme a esos comicios", dice el senador en su carta tras las elecciones. Fuentes internas de la GLE destacan el gran trabajo a realizar y los hándicaps del nuevo jefe de la masonería. "Oleaga tiene varios problemas: el primero es la premura de tiempo, puesto que ya veremos si le da tiempo a dar el vuelco a la organización en dos años solamente. En segundo lugar, al día siguiente de que se cumplan dos años, un sector de la organización se le echará encima, como ocurre siempre en todos los colectivos, pidiendo que lo deje ya porque ha pasado el plazo; y en tercer lugar, ha de realizar todo su trabajo sin tener una mayoría absoluta dentro de la GLE, ya que tiene poco más del 40% de los votos".

La victoria de Oleaga, que no era ni de lejos el favorito, no deja de ser sorprendente. Fuentes internas de la masonería explican a El Confidencial que el senador socialista logró el apoyo de un sector de la propia GLE que ha crecido al amparo del anterior gran maestre, cuyo candidato oficialista era De Haro. Ese sector se ha agrupado bajo el nombre informal de Grupo Mesa, que en un principio ofreció ser su candidato a Jerónimo Saavedra, expresidente de Canarias y exministro de Administraciones Públicas y de Educación y Ciencia con Felipe González. Saavedra declinó la oferta de ser el candidato y el grupo se volcó entonces con Oleaga.

El senador del PSOE Txema Oleaga será durante los próximos años el gran maestre de la Gran Logia de España (GLE), la mayor organización masónica de nuestro país, tras unas elecciones telemáticas que duraron 10 días y en las que se enfrentaron cuatro candidatos. Es la primera vez que un político en activo se presenta para este puesto y gana las elecciones, lo que ha levantado cierta polémica. Oleaga obtuvo 376 votos (un 46% del total), mientras que el candidato oficialista, José Antonio de Haro, consiguió 306 apoyos (38%). El abogado Adolfo Alonso se quedó con 81 (10%) y el empresario murciano Luis Alcaina, 50 (6%). Su idea es transformar profundamente la institución y adaptarla al siglo XXI. En mitad de todo el revuelo, se da un plazo de dos años para lograrlo.

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