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Génova invitará a Juan Marín al congreso de Feijóo y cierra las heridas con Ciudadanos
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CORONACIÓN DE FEIJÓO

Génova invitará a Juan Marín al congreso de Feijóo y cierra las heridas con Ciudadanos

El gallego quiere un 'fair play' con Arrimadas tras la salida de Egea y Hervías de la dirección nacional. El PP descarta invitar a líderes de PSOE o Vox al cónclave por el carácter "extraordinario" del evento

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (d); y el vicepresidente andaluz, Juan Marín (i). (EFE/Raúl Caro)
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (d); y el vicepresidente andaluz, Juan Marín (i). (EFE/Raúl Caro)

La caída de Pablo Casado, pero sobre todo la de Teodoro García Egea, se recibió con un alivio semejante en las sedes autonómicas del PP y en el 253 de la madrileña calle de Alcalá. El exsecretario general era una especie de 'bestia negra' para Ciudadanos, al que apuntaban por comandar un desguace que dejó a los liberales prácticamente en coma. Pero la soga que más se ha aflojado ha sido la que tenía al cuello Juan Marín. El anterior 'número dos' del PP trabajaba mano a mano con Fran Hervías, enemigo histórico del vicepresidente de la Junta, para diseñar una opa hostil que borrase a los naranjas definitivamente del mapa. Pero la salida de uno y otro de Génova ha inaugurado una nueva etapa. Alberto Núñez Feijóo quiere un 'fair play' con Inés Arrimadas y, sobre todo, cerrar las heridas que dejó la anterior cúpula directiva.

Sevilla ha sido la ubicación escogida para oficializar el desembarco del barón gallego a la política nacional. El próximo 1 de abril, el PP solemnizará el relevo en Génova con un congreso extraordinario y multitudinario, al que asistirán miles de compromisarios y líderes de toda condición de la organización popular. Fuentes del Comité Organizador del Congreso (COC), comandado por Esteban González Pons, rechazan en esta ocasión cursar invitaciones de cortesía a dirigentes de otras fuerzas políticas, con una excepción: tanto el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, como los consejeros de Ciudadanos con asiento en el Gobierno autonómico, tendrán entrada para asistir al cónclave.

Foto: Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros, durante una sesión en el Congreso. (EFE/Zipi)
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Sin la sombra de Hervías y Egea, el PP de Feijóo se lanza a abrir una convivencia pacífica con Ciudadanos. Los populares no renunciarán a pelear por sus votos y absorber lo que queda de su espacio político, pero cambiarán el tono y, sobre todo, las formas. Esta vez, Juan Marín y el resto de consejeros naranjas entrarán —si quieren— por la puerta grande a su cónclave nacional. La última vez que Juanma Moreno quiso invitar a su vicepresidente a un evento del PP, terminó abriendo un cisma entre la dirección nacional y la regional. El barón popular priorizó su buena relación con el dirigente de Ciudadanos a los deseos de Génova, y no solo dio un asiento a Juan Marín en el congreso del PP andaluz, sino que llegó a tener minutos de protagonismo en un 'vis a vis' que protagonizó con Elías Bendodo, consejero de Presidencia y mano derecha de Moreno en la Junta, en el que se despejaron todas las dudas sobre la buena salud de la que gozaba la coalición.

Al margen de la guerra interna y casi personal entre Fran Hervías y Juan Marín, aquella invitación se interpretó en Génova como un pulso de Juanma Moreno a Teodoro García Egea. El vicepresidente de la Junta culpó indirectamente al equipo del entonces secretario general por la filtración de un audio en que el mandatario de Ciudadanos daba por hecho en una reunión interna que el presupuesto regional no saldría adelante porque sería "una estupidez" en año electoral, unas palabras que deterioraba enormemente la imagen del Ejecutivo andaluz. El presidente autonómico del PP, sin embargo, quitó hierro a las declaraciones y tendió la mano por enésima vez a su vicepresidente, un abrazo que ahora bendice la nueva dirección comandada por Alberto Núñez Feijóo. "Ha comprendido que Ciudadanos no es el enemigo", sino que "el enemigo lo tenía dentro", celebraba Marín hace unos días.

placeholder Juan Marín y el consejero de Presidencia, Elías Bendodo (d). (EFE)
Juan Marín y el consejero de Presidencia, Elías Bendodo (d). (EFE)

El error de cálculo de Inés Arrimadas en la moción de censura de Murcia activó un fuego cruzado sin precedentes entre PP y Ciudadanos. Pero en este conflicto, Andalucía quiso ser Suiza. Juanma Moreno no solo blindó a su vicepresidente, sino que, incluso, firmaron un "acuerdo de garantía de estabilidad" para preservar la Junta. En la séptima planta de Génova ya habían movido los hilos para responder al fuego con fuego fichando al 'señor lobo', exsecretario de Organización de Ciudadanos y muñidor en la sombra del desguace de la formación liberal desde que comenzó la etapa de Arrimadas. Pero los populares andaluces ignoraron las directrices procedentes de la séptima planta de Génova y cerraron la puerta a aceptar un trasvase de cargos naranjas para no dinamitar la coalición.

La incógnita que deberá despejar el gallego una vez se asiente en Génova es si avalaría o no la decisión de impulsar listas conjuntas en Andalucía, una posibilidad que vuelve a sonar en las cuitas políticas de la región. Aunque Pablo Casado dio portazo absoluto a tal posibilidad, populares y liberales no descartan explorar fórmulas para que la dependencia de Vox en el próximo Ejecutivo andaluz sea mínima. Salvando el Ayuntamiento de Madrid y algún pacto de gobierno municipal, la coalición entre PP y Ciudadanos en Andalucía ha sido la única que ha sobrevivido al terremoto de Murcia, que precipitó la ruptura entre Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado en la Comunidad de Madrid y, posteriormente, la de Alfonso Fernández Mañueco y Francisco Igea en Castilla y León.

Aznar, Casado y Weber

Aunque "normalmente sí están presentes representantes de otras fuerzas políticas" en este tipo de eventos, el comité organizador del gran congreso del PP ha decidido que, en esta ocasión, se hará una excepción. Las fuentes consultadas aluden al carácter "extraordinario" del cónclave y el poco tiempo que ha tenido el partido para organizar el relevo en Génova tras la sorpresiva caída de la anterior dirección, que sumió al partido en una crisis sin precedentes. Citan, además, la falta de tiempo y espacio en un cónclave que se celebrará en el pabellón del FIBES de Sevilla, la misma ubicación que acogió el histórico congreso popular de 1990 en que Aznar se hizo con las riendas del partido.

En anteriores ocasiones, los populares sí remitieron invitaciones a líderes de diferente color político pero, recuerdan las fuentes consultadas, solo se llevó a cabo en congresos ordinarios, que sí cuentan con meses de previsión y organización. Por ejemplo, en el de 2017, la dirección nacional cursó invitación al entonces presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández; y al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, además de empresarios y asociaciones de diversa índole.

Foto: El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (i); el presidente del PP, Pablo Casado (c), y el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy (d). (EFE/Lavandeira JR)

En esta ocasión, y con la excepción de los consejeros andaluces de Ciudadanos, el partido abrirá las puertas únicamente a los suyos. El congreso nacional contará con la presencia de los expresidentes del Gobierno, Mariano Rajoy y José María Aznar, así como del anterior líder nacional, Pablo Casado, que cederá definitivamente el testigo a Alberto Núñez Feijóo. La dirección transitoria de Génova ha persuadido también a diferentes líderes europeos, entre ellos la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola; el presidente del grupo parlamentario de los populares europeos, Manfred Weber; o el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinás. El eurodiputado y actual presidente del comité organizador, Esteban González Pons, intentó convencer a Donald Tusk, máxima autoridad del PPE, para que asistiese al evento y cerrar así la polémica por las críticas de los colegas europeos del PP al pacto con Vox en Castilla y León, pero sin éxito. Con todo, Feijóo será coronado nuevo presidente nacional del PP, ante el caluroso aplauso de cerca de 3.500 compromisarios y un partido que, al menos en apariencia, logra coser sus costuras.

La caída de Pablo Casado, pero sobre todo la de Teodoro García Egea, se recibió con un alivio semejante en las sedes autonómicas del PP y en el 253 de la madrileña calle de Alcalá. El exsecretario general era una especie de 'bestia negra' para Ciudadanos, al que apuntaban por comandar un desguace que dejó a los liberales prácticamente en coma. Pero la soga que más se ha aflojado ha sido la que tenía al cuello Juan Marín. El anterior 'número dos' del PP trabajaba mano a mano con Fran Hervías, enemigo histórico del vicepresidente de la Junta, para diseñar una opa hostil que borrase a los naranjas definitivamente del mapa. Pero la salida de uno y otro de Génova ha inaugurado una nueva etapa. Alberto Núñez Feijóo quiere un 'fair play' con Inés Arrimadas y, sobre todo, cerrar las heridas que dejó la anterior cúpula directiva.

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