Es noticia
Hay una guerra en Europa y me da igual: vivir tantas catástrofes te inmuniza mentalmente
  1. España
'Inmunidad' psicológica

Hay una guerra en Europa y me da igual: vivir tantas catástrofes te inmuniza mentalmente

Sin una pandemia a nuestras espaldas, la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso habría supuesto un golpe psicológico mucho mayor, aunque no conviene generalizar

Foto: Protesta por la paz en Ucrania. (EFE/Christophe Petit)
Protesta por la paz en Ucrania. (EFE/Christophe Petit)

En los últimos dos años, ver el telediario se ha convertido en un ejercicio de resistencia. Desde el sofá, hemos visto la pista del Palacio de Hielo llena de féretros, viviendas engullidas por la lava en La Palma y el centro de Kiev destruido por las bombas del ejército ruso. Ha sido, y sigue siendo, un goteo de noticias catastróficas que pone a prueba la salud mental de los ciudadanos. Cuando parece que una desgracia ya ha quedado atrás, el mundo no tarda en demostrar que todavía no es suficiente. Pero el ser humano, en su continua lucha por la supervivencia, consigue 'inmunizarse' frente a toda esta vorágine de muerte y destrucción.

Sin una pandemia a nuestras espaldas, la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso habría supuesto un golpe psicológico mucho mayor. No conviene generalizar, hay a quien esta guerra le ha vuelto a disparar todas las alarmas, pero existe una parte de la población que se siente alejada del conflicto y piensa: solo es un desastre más, otro más.

Foto: Salud mental. (iStock)

Esta forma de reaccionar se asocia habitualmente a las personas que tienen más autoestima y confianza en sí mismos. No obstante, no significa que sean ajenos a los actuales crímenes de guerra (o a la invasión extraterrestre que todavía esté por venir), sino que el dolor al conocer los cientos de asesinatos de civiles no les está influyendo tan negativamente. "No quiere decir que sean insensibles, sino que su cerebro se ha habituado, por la sobreexposición, a recibir malas noticias", explica la psicóloga sanitaria y miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid, María Manrique.

La 'inmunidad' psicológica se observa con los datos de fallecidos por coronavirus. Al inicio de la pandemia, la piel se nos erizaba cuando conocíamos cada día las escalofriantes cifras de muertes. Estos datos todavía se siguen comunicando, pero la indiferencia es generalizada. Por poner un ejemplo, el 14 de abril de 2020, un mes después de la declaración del estado de alarma, se registraron 605 muertes, número muy similar a los 601 fallecidos que se comunicaron hace apenas un mes, el 14 de febrero de 2022. Entre una fecha y otra, se ha pasado del espanto a la apatía.

También se ha notado este cambio en las más de dos semanas que han pasado desde que comenzaron las hostilidades en Ucrania. Al principio, acongoja ver la escena que los bombardeos han dejado en Kiev, después angustia pensar en las caravanas de refugiados y en la posibilidad de una fusión nuclear, pero al final, algunos se acostumbran y ven la destrucción de un hospital infantil como una desgracia más, otra más, aunque no lo sea. "Cuando nos sobreexponemos a una situación peligrosa, deja de resultarnos novedosa y dejamos de activar ciertas alarmas para atacarla", remarca Manrique.

Foto: Foto: iStock.

Los hay también algo más sádicos, adictos a consumir artículos negativos. Durante el confinamiento se acuñó en Twitter un término para definir este comportamiento: 'doomscrolling'. Estas personas pasan un tiempo excesivo saltando de noticia relacionada en noticia relacionada, en la mayoría de los casos con informaciones apocalípticas o distópicas.

No todas las mentes reaccionan igual

El escudo mental del que habla Manrique no es atribuible a todo ser humano. Algunas personas llevan un ritmo de adaptación más lento e interpretan lo que les rodea usando pensamientos catastrofistas. De acuerdo con la opinión de todos los psicólogos consultados por El Confidencial, también es totalmente normal reaccionar así en una etapa de estrés continuado derivada de la concatenación de calamidades que le afectan directa o colateralmente. Sobre todo en aquellos que ya están tristes o son más propensos a los pensamientos negativos.

Así, la sensación de peligro por la invasión de Ucrania ha devuelto la angustia y la tristeza a otra parte de la población, sobre todo a aquellos que predicen un conflicto nuclear inminente o la III Guerra Mundial. "La mente tiene la costumbre de jugarnos estas malas pasadas, porque vive la posibilidad como si fuera una certeza y nos hace sufrir mucho", mantiene la psicóloga Mariela Martínez Ramos.

Parafraseando al teólogo Martín Lutero, no puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que aniden en ella. Es decir, "la mayoría de las cosas horribles que pensamos, normalmente no suceden o, cuando suceden, normalmente no son tan horribles", advierte Martínez Ramos. Por muchas noticias que haya sobre cómo actuar ante un ataque nuclear o muchos expertos que aventuren una III Guerra Mundial, no es seguro que el futuro sea tan apocalíptico. Conviene diferenciar entre algo certero y una hipótesis.

Foto: Fuente: iStock

También tiene mucho que ver el nivel económico de cada uno. Cuando parecía que la crisis del covid se disipaba, la guerra ha acentuado la escalada de los precios de la energía. Otro golpe psicológico para muchos hogares españoles, que han pasado del ERTE a vigilar con lupa los grados del termostato. La recesión ya era la principal preocupación de los españoles antes de que las tropas rusas entrasen en Ucrania, según la última encuesta del CIS publicada en febrero, y así parece que se mantendrá mientras la factura de la luz siga en niveles prohibitivos y la cesta de la compra se encarezca cada vez más por los efectos colaterales del conflicto bélico.

Para aquellos cuyos peores temores se acrecientan con cada catástrofe, lo mejor es apagar la televisión y desconectar las notificaciones del móvil. "Hay que aprender a no hacer tanto caso a todas las noticias, hay que dosificar la información", aconseja el psicólogo sanitario José Elías Fernández. Parece una ardua tarea en medio de la era de Twitter y los medios digitales, pero la sobreexposición a la actualidad puede desembocar en angustia, sensación de peligro, indefensión o desamparo.

El apoyo por parte del entorno cercano también es positivo. Ahora mismo, es complicado entablar una conversación ajena a la guerra de Ucrania, igual que hace pocos meses solo se hablaba de la variante ómicron y los test de antígenos, pero los expertos recomiendan intentarlo. "Hay que huir de personas tóxicas que solo hablan de conflicto", insiste Fernández.

En los últimos dos años, ver el telediario se ha convertido en un ejercicio de resistencia. Desde el sofá, hemos visto la pista del Palacio de Hielo llena de féretros, viviendas engullidas por la lava en La Palma y el centro de Kiev destruido por las bombas del ejército ruso. Ha sido, y sigue siendo, un goteo de noticias catastróficas que pone a prueba la salud mental de los ciudadanos. Cuando parece que una desgracia ya ha quedado atrás, el mundo no tarda en demostrar que todavía no es suficiente. Pero el ser humano, en su continua lucha por la supervivencia, consigue 'inmunizarse' frente a toda esta vorágine de muerte y destrucción.

Salud mental
El redactor recomienda