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De Aznar a Feijóo: el retorno del Partido Popular al centro y a Sevilla 1990
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UN CONGRESO DE "REINICIO"

De Aznar a Feijóo: el retorno del Partido Popular al centro y a Sevilla 1990

El mandatario gallego asumirá las riendas del partido en la misma ciudad y el mismo día que Manuel Fraga cedió el testigo a Aznar hace más de tres décadas

Foto: Fotografía de archivo. El expresidente del Gobierno, José María Aznar (i), conversa con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (c). (EFE/Manuel H.)
Fotografía de archivo. El expresidente del Gobierno, José María Aznar (i), conversa con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (c). (EFE/Manuel H.)

Nadie en el PP, ni siquiera los más veteranos, sospechaba que el partido podía implosionar de la forma en que lo hizo el pasado 17 de febrero. La crisis interna llegó a tal magnitud que, para encontrar un precedente, muchos se remontan a la "terrorífica" caída de Antonio Hernández Mancha, cuando la formación aún llevaba las siglas de Alianza Popular. Como ocurrió entonces, los populares tratan de coser un partido hecho jirones pero, en ocasiones, el azar resulta caprichoso. Alberto Núñez Feijóo comenzará a escribir su primera página como líder nacional el próximo 1 de abril en el FIBES de Sevilla, con la "búsqueda de la centralidad" como hilo conductor de su primer gran discurso. Otro 1 de abril, pero de 1990, y en el mismo recinto, José María Aznar se hizo con las riendas del PP en una jornada que pasó a la historia del partido y de la política nacional. Para muchos, las aguas vuelven al mismo cauce 32 años después.

"Sevilla será la plataforma de lanzamiento de Feijóo, igual que lo fue de Aznar". Es la opinión de un dirigente con galones, que estuvo en aquel mítico congreso en el que un pletórico Manuel Fraga rompió la carta de dimisión sin fecha que le había entregado su sucesor al grito de "¡ni tutelas, ni tutías!". El histórico político gallego soltaba amarras y dejaba el bastón de mando a un líder aún cuestionado y desconocido fuera de Castilla y León. Los miles de asistentes al congreso se levantaron a aplaudir a un emocionado Aznar que escondía la cara tras las manos. El partido estaba unido. Y muchos ven ahora que el "pulso" en torno a Alberto Núñez Feijóo y la "ilusión" por el proyecto es, al menos, "parecida a la que se vivió entonces".

Foto: El presidente español, Pedro Sánchez (c), conversa con el alto comisionado de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell (i). (EFE/Chema Moya)

Salvando las evidentes diferencias respecto a la coyuntura política, económica y social, diversas voces experimentadas en el PP trazan un paralelismo entre la entronización de José María Aznar y la de Alberto Núñez Feijóo, que llegará en poco más de quince días. Y no solo por la localización y la fecha escogida, o porque el partido sufriese entonces y ahora un impás con graves consecuencias internas, sino por el ambicioso objetivo político que se marcó el expresidente del Gobierno y que el líder de la Xunta quiere reproducir ahora: cambiar el rumbo de la formación, ampliar el PP y mirar hacia Moncloa.

"Esa búsqueda del centro político se consagra en el congreso de Sevilla", comenta un exministro popular, que pasó a formar parte del equipo de confianza de Aznar durante su primer mandato en Moncloa. En su opinión, fue el expresidente del Gobierno el que "culminó" la labor pedagógica y civilizadora de Manuel Fraga de "atraer a todos los nostálgicos de la extrema derecha hacia un partido moderado y cohesionado, que avanzaba hacia el centro" y "reconstruir un partido ganador" ensanchando su base electoral. Y Sevilla se convirtió en el corazón de la "refundación" del PP, donde se dejó definitivamente atrás la etapa de Alianza Popular. Fue el trampolín de José María Aznar a Moncloa.

placeholder José María Aznar y Manuel Fraga, en una fotografía de archivo. (EFE)
José María Aznar y Manuel Fraga, en una fotografía de archivo. (EFE)

32 años después, el PP se encuentra a las puertas de un congreso no de refundación, pero sí de "reinicio", como lo denominan diferentes dirigentes populares. Está prevista la asistencia de más de 3.000 personas, cerca de los 2.800 que las crónicas de la época contaban que asistieron al X congreso popular de 1990. No habrá ponencias ideológicas en el cónclave, que Alberto Núñez Feijóo diseña con la ayuda tanto de Mariano Rajoy como de José María Aznar, pero el gallego sí se ha fijado el propósito de volver a Moncloa con "mayorías contundentes", abriendo las puertas a los "decepcionados" y trabajando desde la "moderación" y el "diálogo". Estas dos últimas, recuerdan los presentes, fueron algunas de las palabras que pronunció Aznar en su primer discurso como nuevo líder, cuando se comprometió a alcanzar una meta similar.

Pero aunque volver a Sevilla puede resultar un buen punto de partida para el próximo líder popular, la tarea que Feijóo tiene ante sí es más "compleja" que la de Aznar en su tiempo. "Él tiene que hacer frente a una crisis política mucho peor que la de los 90",comenta otro dirigente, exministro del segundo Gobierno de Aznar. El problema que tiene ante sí el próximo presidente del PP es que su espacio político está hipotecado. Con Ciudadanos prácticamente fuera de juego, cada paso adelante de Feijóo hacia la Moncloa estará condicionado por Vox.

Foto: Alfonso Fernández Mañueco (d) y Juan García-Gallardo (i). (EFE/Nacho Gallego)

Hace tres décadas "había familias políticas divergentes", pero hoy el PP se enfrenta a una fuerza completamente consolidada a su derecha. Más de 3,6 millones de personas apostaron por Santiago Abascal en las últimas generales y, desde entonces, su capital político no ha dejado de crecer. Tanto, que Vox ya ha hecho derrapar el discurso centrista de Alberto Núñez Feijóo incluso antes de ser proclamado presidente, con un acuerdo en Castilla y León del que el gallego trata de desvincularse. "Es mejor perder el Gobierno que ganarlo desde el populismo", aseveró en un mitin.

"Ya no se trata de evitar que exista un partido a tu derecha, sino de sobrevivir a él", advierte otra fuente del partido, con décadas de experiencia en el organigrama popular. Pero en las cuitas internas existe también la coincidencia de que el barón gallego, "alumno aventajado de Fraga", es el único capacitado para tratar de llevar al partido a sus tiempos de gloria pese a Vox. "Debe mostrar que el PP necesita experiencia, que no es un experimento nuevo. Que el equipo no parezca sacado de un casting" y, sobre todo, ejercer un "liderazgo firme", alejado de los "bandazos" de la anterior dirección popular, recomienda. "Hacer política desde la moderación, pero con firmeza, como Aznar en los 90", añade.

placeholder Alberto Núñez Feijóo y el expresidente del Gobierno, José María Aznar. (EFE)
Alberto Núñez Feijóo y el expresidente del Gobierno, José María Aznar. (EFE)

En la trastienda del congreso de Sevilla

Jaime Bretón, afiliado a Alianza Popular en 1984 y hoy Comisionado para el Polígono Sur en Sevilla, tiene recuerdos nítidos de aquella cita en Sevilla hace 32 años. Era 1990, la ciudad se engalanaba para celebrar la Exposición Universal del 92. Fibes no era el recinto ferial que es hoy y en lugar de un Palacio de Exposiciones y Congresos de última generación, eran varias naves en obras las que acogían aquella cita de refundación del PP.

Sevilla Este, donde se ubica Fibes y hoy uno de los barrios residenciales más poblados de la ciudad, ni existía más allá de algunos bloques diseminados. Ni bares ni restaurantes por la zona. Por supuesto, nada de hoteles. Aquel lugar era un desierto lleno de grúas. Dos anécdotas quedaron en la memoria de los periodistas que cubrieron aquel congreso. Fraga rompiendo los papeles al grito de "ni tutelas ni tutías"; la crisis que se montó cuando el flamante presidente del PP subió al atril a dar su primer discurso y se dieron cuenta de que era pequeño de talla para llegar al micrófono. Entonces, alguien arregló el problema poniéndole un caja para que subiera unos centímetros. Hay quien dice que fue una caja de Cruzcampo, la cerveza sevillana por excelencia, aunque no hay fotos de aquello y no se sabe si forma parte de la leyenda de un congreso histórico.

Cuando se llegó al congreso de Sevilla, Fraga estaba al frente del partido de forma transitoria y ya Hernández Mancha había sido descabalgado. Antes de ganar el congreso de 1987, con un 70% de apoyos y derrotando con mucha distancia a la opción del aparato, el portavoz Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, Hernández Mancha había sido siete años presidente del PP de Andalucía. En las huestes andaluzas había poco que celebrar en aquel congreso de Sevilla, aunque siempre hay quien aprovecha las circunstancias. De los andaluces ganadores de aquel congreso a quien más se menciona es a Javier Arenas, que acabó afiliado al Partido Popular procedente del Partido Demócrata Popular (PDP), una escisión de los democristianos de la UCD. También ganó Soledad Becerril, que fue reclutada para el Partido Popular, tras ser ministra de Cultura de UCD y presentarse como candidata de Alianza Popular independiente en las elecciones municipales de Sevilla de 1987.

El "acoso y derribo" a Hernández Mancha

Bretón recuerda bien las sensaciones de aquellos días. Incluso admite que, en lo ocurrido con Pablo Casado semanas atrás, existe la sensación de que se repetía lo que vivieron con Antonio Hernández Mancha. Los andaluces caían derrotados y la llegada de José María Aznar, un desconocido fuera de Castilla y León, estaba llena de incógnitas. Había tristeza e incertidumbre. Al final, la caída de Hernández Mancha desde Andalucía se vivía como la derrota del primer intento de la periferia de tomar el control del partido. "Fue el desembarco de las provincias en el poder de Madrid y fracasó muy rápido", recuerda Bretón.

La derrota de Hernández Mancha en su moción a Felipe González escribió su epitafio, pero su sentencia de muerte política ya la habían escrito los poderes fácticos de la derecha de aquel entonces, recuerdan quienes vivieron aquel desembarco de los abogados del Estado en la cúpula del partido en Madrid. Los medios de comunicación y los empresarios de la CEOE tuvieron mucho que decir en el descabalgamiento de Hernández Mancha. "Hay quien no olvida el acoso y derribo de 'los Ansones'", cuenta alguien de aquella época que prefiere guardar anonimato, en alusión al entonces director de 'ABC', Luis María Ansón, y su hermano Rafael. "A Hernández Mancha se le ocurrió estrenarse a su llegada en Madrid con una carta en 'El País' y fue convenientemente advertido de las consecuencias si seguía ese rumbo. Trató de modernizar y ganar independencia para el partido pero aún no era el momento", recuerda este veterano popular.

Hay pasajes de aquel momento histórico de Alianza Popular que ahora se reviven. Hernández Mancha cometió errores de bulto, admiten los históricos, y Pablo Casado también. "La política es como el fútbol. Esa obsesión desde Madrid de controlar los territorios no sirve, solo da poder ganar elecciones. Igual que un entrenador puede tener el apoyo del presidente y de los jugadores pero si la afición se le vuelve en contra porque no gana partidos, dura dos días", recuerda Jaime Bretón sobre aquel momento y este del partido.

Nadie en el PP, ni siquiera los más veteranos, sospechaba que el partido podía implosionar de la forma en que lo hizo el pasado 17 de febrero. La crisis interna llegó a tal magnitud que, para encontrar un precedente, muchos se remontan a la "terrorífica" caída de Antonio Hernández Mancha, cuando la formación aún llevaba las siglas de Alianza Popular. Como ocurrió entonces, los populares tratan de coser un partido hecho jirones pero, en ocasiones, el azar resulta caprichoso. Alberto Núñez Feijóo comenzará a escribir su primera página como líder nacional el próximo 1 de abril en el FIBES de Sevilla, con la "búsqueda de la centralidad" como hilo conductor de su primer gran discurso. Otro 1 de abril, pero de 1990, y en el mismo recinto, José María Aznar se hizo con las riendas del PP en una jornada que pasó a la historia del partido y de la política nacional. Para muchos, las aguas vuelven al mismo cauce 32 años después.

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