Díaz pacta con Belarra rebajar la tensión en la coalición y evitar una ruptura con Sánchez

El choque en Unidas Podemos por la respuesta del Gobierno a la guerra en Ucrania escaló durante los últimos días, hasta el punto de que la líder del partido morado, Ione Belarra, llegó a calificar a los socialistas de "partido de la guerra", poniendo en jaque la coalición con sus socios. Lo hizo este domingo en un acto del partido, levantando las alarmas y provocando que Yolanda Díaz tuviese que mediar para tratar de rebajar las tensiones. También los ministros Alberto Garzón (IU) y Joan Subirats ('comuns'). Tras varios días sin hablar con la máxima dirigente de Podemos, Díaz dio un giro para buscar una "resolución" al conflicto, según fuentes de su equipo. Durante toda la tarde del domingo, se estuvo intentando de pactar una salida y reconducir la situación.

Horas después, desde la formación morada negaban que la calificación "partido de la guerra" se refiriese al PSOE, sino al "fervor belicista" instalado tras la invasión rusa de Ucrania, y se trasladaba que "Sánchez sabe que cuenta con nuestro apoyo aunque pensemos cosas diferentes". En esta línea, la portavoz del partido, Isa Serra, descartaba cualquier posibilidad de ruptura dentro del Gobierno e insistió en que "Sánchez sabe que en estos momentos difíciles puede contar con Podemos". En lo referente a las discrepancias entre las ministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, y la vicepresidenta segunda, Serra reconocía que "evidentemente también hay diferencias, pero estamos de acuerdo en lo importante, que es pararle los pies a Putin y apostar por las vías diplomáticas". "Yolanda Díaz es nuestra candidata y por eso apostamos", concluía en rueda de prensa desde la sede del partido.

El mensaje de apaciguamiento lanzado por Podemos ha sido celebrado en el entorno de Díaz para preservar la estabilidad del Ejecutivo en este contexto bélico y centrar los esfuerzos en negociar un plan de respuesta a la crisis económica que generará la guerra. También desde las confluencias que forman Unidas Podemos. Un alto cargo del Gobierno explica que tanto desde IU como desde los comunes ha habido preocupación durante los últimos días y que también han intervenido para reducir las tensiones y al menos dejar de escenificarlas en público.

"Lo importante ahora es la desescalada y proteger a nuestra candidata", explican estas fuentes del entorno más cercano de uno de los ministros de Unidas Podemos. Un proceso en el que siguen trabajando, explican estas mismas fuentes, bajo la constatación de que "se ha iniciado ese proceso de desescalada". Además de IU y los comunes, desde el PCE también se ha contribuido a pactar una solución a esta crisis dentro de Unidas Podemos. Enrique Santiago, secretario general del PCE y número dos de Belarra en el ministerio, se había posicionado del lado de la dirección de Podemos en este enfrentamiento, junto a otro de los actores de este espacio, como Alianza Verde, la formación que lidera el diputado Juantxo López de Uralde.

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La "preocupación" sobre las consecuencias de este choque entre la dirección de Podemos y Díaz, al posicionarse de forma antagónica en una cuestión tan sensible como la política exterior tras la invasión rusa de Ucrania, la puso sobre la mesa Izquierda Unida advirtiendo de que una ruptura de la coalición derivaría en un adelanto electoral. A través de un artículo publicado en la revista 'LaU' por su consejo asesor, del que forman parte tanto altos cargos de IU como su coordinador federal, Alberto Garzón, o su portavoz, Sira Rego, se argumenta que el escenario para Pedro Sánchez de cara a apretar el botón del adelanto electoral es "inmejorable". "Un contexto de excepcionalidad para recurrir a un alineamiento político de Estado y un posible 'efecto bandera' electoral [cierre de filas]; el socio de gobierno [UP] débil en este marco e incluso dividido y con su cartel electoral en el aire, y el PP recomponiéndose y con Vox pisándole los talones".

Es por ello que se hace un llamamiento a que "la izquierda debe afrontar esta crisis con responsabilidad, coherencia y altura de miras política, evitando profundizar tiranteces internas que, en cualquiera de los casos, solo pueden contribuir al debilitamiento del espacio político de Unidas Podemos y, por consiguiente, al fortalecimiento del PSOE y de las salidas antidemocráticas en sus distintas expresiones".

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En el análisis, se reconoce que en estos momentos Díaz está "sufriendo un momento de asfixia por parte de las fuerzas políticas que forman el espacio, y cuyas presiones reducen su margen de intervención". De ahí que se tema que, "en ese escenario de elecciones sin Yolanda Díaz como candidata, lo más probable sería un acusado retroceso de Unidas Podemos que llevaría al espacio a un punto de no retorno, tanto a nivel político como a nivel organizativo". Como consecuencia, se defiende que "la izquierda no debería mirar solo, ni principalmente, por los intereses propios del espacio político, mucho menos por los intereses corporativos de las fuerzas que lo conforman, sino por los intereses de la clase trabajadora y los sectores populares de nuestro país", para concluir que "el momento exige dirigentes políticos responsables y de altura".

El futuro del proyecto político de Díaz

Desde el entorno de la vicepresidenta segunda, sin embargo, subrayan que la preocupación de IU es lógica, pero descartan que vaya a dar un paso a un lado por las presiones de las que se ha acusado durante los últimos días a la dirección de Podemos. Como ejemplo, ponen su voluntad de resolver este conflicto y aseguran que la vicepresidenta segunda es "firme" y está "convencida" de la necesidad de poner en marcha un "proyecto de país" cuyo "proceso de escucha" tiene previsto arrancar en el mes de abril para comenzar a reunirse con actores de la sociedad civil.

La división entre la cúpula de la formación morada y la vicepresidenta segunda, política, pero sobre todo estratégica por el papel de Podemos en el futuro proyecto político de Díaz, ha obligado al resto de actores de este espacio a posicionarse. En el ámbito de los ministros del socio minoritario del Gobierno y en el orgánico, contagiándose también al grupo parlamentario. Por el momento, la intervención de los diferentes actores parece haber aplacado que la confrontación vaya a más y desestabilice el propio espacio y el Gobierno de coalición, rebajando las diferencias a matices y subrayando que se coincide en lo fundamental. Al menos, en público.