Es noticia
La división entre Díaz y Podemos contagia al grupo parlamentario que se rompe en dos
  1. España
Sin reuniones de coordinación

La división entre Díaz y Podemos contagia al grupo parlamentario que se rompe en dos

Las posibilidades de reconducir la convivencia son más reducidas que en otros episodios previos de discrepancia. En esta ocasión se ha pasado de admitir las tensiones en privado a escenificarlas y destacarlas en público

Foto: La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (c), a la salida de un pleno del Congreso. (EFE/Kiko Huesca)
La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (c), a la salida de un pleno del Congreso. (EFE/Kiko Huesca)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Las diferencias que venían arrastrándose entre la dirección de Podemos y Yolanda Díaz se han profundizado hasta convertirse en un choque que amenaza con ruptura. Las posibilidades de reconducir la convivencia son más reducidas que en otros episodios previos de discrepancia porque se ha pasado de admitir las tensiones en privado a escenificarlas y destacarlas en público. También porque, a diferencia de otras ocasiones, Díaz y la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, no han hablado para intentar reconducir la situación desde que chocaron el pasado miércoles sobre la posición del sector de Unidas Podemos en el Gobierno respecto al envío de armas ofensivas a Ucrania.

La línea marcada por el exvicepresidente y exlíder de Podemos en su altavoz mediático, con críticas poco sutiles al cierre de filas de Díaz con el presidente Pedro Sánchez, tampoco ayudan. "La situación está muy mal entre Yolanda [Díaz] y Podemos", reconoce un alto cargo morado del Gobierno. "Sobre todo con Pablo [Iglesias]", añade. Un dirigente de las confluencias que integran Unidas Podemos, explica que "nosotros estamos tratando de reducir las tensiones" entre Díaz y la dirección del partido morado. Sin embargo, estas mismas fuentes concluyen que "como se puede comprobar, no es sencillo precisamente".

Foto: El ministro de Consumo, Alberto Garzón (c), la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz (i), y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE/Toni Albir)

La división entre la cúpula de la formación morada y la vicepresidenta segunda, política pero sobre todo estratégica por el papel de Podemos en el futuro proyecto político de Díaz, ha obligado al resto de actores de este espacio a posicionarse. A nivel del los ministros del socio minoritario del Gobierno y orgánico, contagiándose también al grupo parlamentario. Del lado de Díaz se han situado el presidente del grupo confederal, Jaume Asens, el secretario general, Txema Guijarro, y el portavoz adjunto por Galicia en Común Antón Gómez Reino. Del lado de Podemos se han posicionado el portavoz Pablo Echenique y la portavoz adjunta, Sofía Castañón, ambos cargos orgánicos de Podemos, y el también portavoz adjunto y secretario general del PCE, Enrique Santiago.

En este bloque se posicionan también el diputado y líder de Alianza Verde, Juantxo López de Uralde. Según la familia política de los diputados se están conformando ambos bloques: los del PCE, el representante de Alianza Verde y los mayoritarios de Podemos, por un lado, y los de En Comú Podem y el representante de Galicia en Común, por el otro. Pero solo a grandes rasgos, pues dentro de Podemos hay fisuras y hay quien se resiste a situarse en contra de la vicepresidenta segunda. Con todo, el deseo generalizado entre los diputados rasos es que se evite un choque sin retorno que los obligue a tener que elegir.

Foto: La vicepresidenta Yolanda Díaz, en el acto celebrado en Sevilla con UGT y CCOO. (EFE/Raúl Caro)

El sector de Unidas Podemos en el Gobierno visibiliza esta misma partición en dos. Por un lado, las ministras del partido político Podemos, Ione Belarra e Irene Montero. Por otro, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que tiene de su lado al coordinador federal de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, y al de Universidades, Joan Subirats, quien representa la cuota de los 'comuns' de Ada Colau.

Desde ambas partes descartan que se vaya a producir una ruptura que tenga como consecuencia la salida de Podemos del proyecto que busca liderar Yolanda Díaz. Esta tampoco está dispuesta a renunciar a seguir adelante o hacerlo siguiendo las directrices del partido hegemónico en Unidas Podemos, pese a las "presiones". Su decisión está tomada y su hoja de ruta trazada. "Va a aguantar esto y mucho más", señalan fuentes del equipo de la vicepresidenta, advirtiendo que "el silencio es también un grito". Se refieren a un artículo de Iglesias publicado en Ctxt, quien en esta crisis interna ya marcó la línea política que luego replicaron desde Podemos, con un duro tono a propósito de las diferencias sobre la respuesta del Gobierno a la guerra en Ucrania.

Foto: Irene Montero y Ione Belarra conversan en el Congreso. (EFE/Emilio Naranjo)

El exlíder de Podemos, más allá de situar a Belarra en el lado correcto en contraposición a la defensa de Díaz de apoyar la decisión del envío de armas, dejaba también recados a quien se está alineando con la vicepresidenta segunda (Garzón y el ministro de Universidades, Joan Subirats): "A ver si se entera Belarra (que no ha sido comunista en su vida, pero parece más comunista que los ministros comunistas)". Según su análisis, atravesado por un tono irónico, pero no por ello menos crítico, daba a entender que Díaz habría sucumbido a las presiones de los poderes fácticos: "Con la práctica totalidad de los poderes mediáticos en contra y recibiendo la más cobarde agresividad de los opinadores 'progresistas', todavía hay líderes políticos y miembros del Gobierno que dicen la verdad sobre esta guerra".

Deslizaba Iglesias que muestra de ello era un editorial del diario 'El País' defendiendo la posición del Ejecutivo que se acompañaba "con una fotografía de Claudio Álvarez en la que Yolanda Díaz toca cariñosamente a Pedro Sánchez en el banco azul". En definitiva, de la conclusión con la que cerraba su artículo se deduciría que Díaz no sería la mejor líder a la izquierda de la socialdemocracia para liderar este espacio: "Hoy Ione Belarra y Jean-Luc Mélenchon, una ministra de la UE y el candidato de la izquierda a presidir Francia, son los dos líderes de la izquierda europea más importantes que se atreven a alzar la voz por la sensatez, la defensa de la paz y la diplomacia frente al nuevo espíritu del 14 que disparan todas las televisiones. Hoy parece que están muy solos (y eso que el papa argentino ha dicho hoy algo parecido), pero quizá el deseo de paz y la decencia muy pronto se abrirán paso político en Europa".

Sin reuniones de coordinación

El contagio al grupo parlamentario de esta división generará inevitablemente disfunciones tanto internas como en su relación con el Gobierno. La estrategia parlamentaria de Unidas Podemos y la del sector morado en el Gobierno, que oficialmente lideraba Yolanda Díaz y como tal es quien despacha de este sector con el presidente del Gobierno, no siempre está del todo sincronizada. Es más, las disonancias son cada vez mayores, con un ánimo de marcar distancias con los socialistas. Díaz, de hecho, ya ha renunciado a pedir al grupo parlamentario que "dejemos de generar más ruido", como hizo durante la primera reunión del grupo parlamentario tras asumir la vicepresidenta segunda por la renuncia de Pablo Iglesias.

En la siguiente reunión del grupo parlamentario antes de las vacaciones del pasado verano comenzaron a manifestarse las tensiones, según fuentes presenciales, y algunas de las intervenciones de diputados que también forman parte de la dirección de Podemos se leyeron ya en clave de evitar su control por parte de Díaz. No volvieron a celebrarse este tipo de cónclaves y la vicepresidenta segunda prefirió no forzar una reorganización indeseada por parte de actores clave del espacio para evitar más discrepancias.

"Conoce muy bien todo el espacio, en lo político y en lo personal, y está siendo muy cautelosa"

"Conoce muy bien todo el espacio, en lo político y en lo personal, y está siendo muy cautelosa, quizá demasiado", indicaba un diputado del grupo parlamentario sobre esta decisión de no tocar los equilibrios. En este contexto, una de las figuras que emergieron con fuerza dentro del grupo parlamentario fue la del diputado y secretario de Estado para la Agenda 2030, Enrique Santiago. El también secretario general del PCE actúa 'de facto' como número dos de la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, y fue asumiendo cada vez más peso dentro del grupo confederal. Todas las negociaciones parlamentarias con el PSOE, ya sean de grupo a grupo o de grupo a Gobierno, comenzaron a estar bajo su supervisión, asumiendo también tareas orgánicas.

En este contexto, el escenario bélico y los próximos pasos a dar por el Gobierno tanto para responder a Rusia como para mitigar las consecuencias económicas de la guerra presagia más carga de tensión en un grupo parlamentario dividido en línea con los ministros de Unidas Podemos del Ejecutivo. Pedro Sánchez, por su parte, sigue su hoja de ruta y saluda la voluntad del nuevo PP para lograr grandes pactos de Estado. A corto y medio plazo, puesto que como aseguraba el jefe del Ejecutivo en su comparecencia este miércoles en el Congreso, se afrontará una "crisis que va a durar tiempo. No va a ser cuestión de meses". División entre Podemos y Yolanda Díaz, llegada de Feijóo y un contexto propicio para gran coalición blanda.

Las diferencias que venían arrastrándose entre la dirección de Podemos y Yolanda Díaz se han profundizado hasta convertirse en un choque que amenaza con ruptura. Las posibilidades de reconducir la convivencia son más reducidas que en otros episodios previos de discrepancia porque se ha pasado de admitir las tensiones en privado a escenificarlas y destacarlas en público. También porque, a diferencia de otras ocasiones, Díaz y la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, no han hablado para intentar reconducir la situación desde que chocaron el pasado miércoles sobre la posición del sector de Unidas Podemos en el Gobierno respecto al envío de armas ofensivas a Ucrania.

Yolanda Díaz PCE Pedro Sánchez
El redactor recomienda