Feijóo irá al Senado y se plantea participar en el debate de la nación frente a Sánchez
Puede solicitar el permiso a la Mesa del Congreso como en su día hizo Hernández Mancha. El PP considera que sería un buen escaparate y obligaría al presidente a retratarse
Que el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, será candidato a presidir el PP es un secreto a voces desde hace una semana. En plena crisis, se lo hizo saber a los presidentes de Andalucía y Castilla y León, Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco. Después le dio su palabra a Isabel Díaz Ayuso. Sus compañeros necesitaban una garantía después de que en 2018 declinase el llamamiento del partido con aquel: “No puedo fallar a los gallegos porque sería fallarme a mí mismo”. Hoy el marco será casi el mismo que hace casi cuatro años, pero el mensaje esta vez será el que espera todo el PP. Feijóo dará un paso al frente y oficializará su pretensión de aspirar a suceder a Pablo Casado. Muchos le han presionado estos días para que desvelase su futuro, pero quienes le conocen saben que es un hombre de procedimiento.
Es escrupuloso con las formas y los tiempos. Cuando en la reunión del pasado miércoles en Génova algunos de los asistentes le instaban a coronarse ya como el sucesor, él lo rechazó de plano. Primero se debe a los suyos y por eso hoy será a los primeros a los que se lo comunique en la reunión que ha convocado con el PP de Galicia. A partir de aquí empezará a diseñar su desembarco en Madrid dejando bien atada su sucesión en la Xunta. Feijóo seguirá en su cargo hasta el congreso del 1 y 2 de abril. Una vez que sea elegido nuevo líder del PP, si no hay sorpresas de última hora, tendrá que poner en marcha su sucesión. “No puede demorarse mucho porque el PP de España no se puede pilotar desde Galicia”, apuntan en el partido, donde creen que es necesario que baje a la arena cuanto antes para remontar en las encuestas. Entre los alcaldes, hay especial preocupación porque su cita con las urnas es en un año.
El primer escollo a resolver será darle un sitio más allá de Génova en Madrid. El Senado es la única vía. “Es la forma de que tenga algún cara a cara con Sánchez”, argumentan fuentes cercanas al presidente. Algunos van más allá y consideran que renunciar a tener presencia en la Cámara Alta podría interpretarse como que “se evita la confrontación con el presidente del Gobierno”. Para que Feijóo se centre en hacer oposición en Madrid, uno de los dos senadores por designación autonómica, Elena Muñoz o Juan Carlos Serrano, tendría que renunciar. En su condición de senador, el nuevo líder del PP podría solicitar dar la réplica a Pedro Sánchez en el debate del estado de la nación que el presidente convocará en junio. El partido ya ha debatido sobre esta opción, según han confirmado a El Confidencial.
El único precedente está en el fallido Antonio Hernández Mancha, que siendo senador intentó tener un cara a cara en el Congreso con el por entonces presidente, Felipe González. La Mesa del Congreso no se lo autorizó y optó por presentar una moción de censura que le sepultó. Feijóo sondeará las opciones y no dará un paso en falso. La estrategia tiene sus riesgos, aunque también serviría para dejar en evidencia a Sánchez si la Mesa, con mayoría del PSOE y sus socios, rechaza la petición. Los que defienden dentro del PP dar este paso consideran que si no se le permite a Feijóo un debate con el presidente del Gobierno, el mensaje que se lanzará a la sociedad es que "tiene miedo".
El otro frente es la sucesión en Galicia. Una vez ungido, no podrá compatibilizar según los estatutos su cargo con el de presidente del PP gallego. Hay varios escenarios para modular la transición, que todos coinciden en que se hará “sin ruido y de forma ordenada”. Las opciones pasan por desde una gestora hasta un congreso extraordinario o un presidente señalado por un comité ejecutivo. Esta última sería la más rápida y la que en estos momentos cobra más fuerza, dado que las elecciones municipales son en mayo de 2023. Cuando Feijóo cese como presidente de la Xunta, lo hará también su Gobierno, que estará en funciones hasta que se nombre al siguiente. Su sucesor tiene que ser diputado.
El presidente de la Cámara gallega hará una ronda de consultas y valiéndose de su mayoría absoluta el PP presentaría un candidato a presidente que tras un debate de investidura sería elegido. La sucesión estaría aprobada en un mes y medio. ¿Pero quién es el nuevo barón gallego? En Madrid todos apuntan al actual vicepresidente primero, Alfonso Rueda. Goza de la absoluta confianza de Feijóo y sería un proceso rápido y continuista. En Galicia también amplían las quinielas al vicepresidente económico, Francisco Conde, o al portavoz, Pedro Puig. Hoy, el PP vuelve a mirar a Galicia como en tiempos de Manuel Fraga y Mariano Rajoy. Feijóo abandonará su tierra “para salvar al partido”. Ese será su mensaje.
Que el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, será candidato a presidir el PP es un secreto a voces desde hace una semana. En plena crisis, se lo hizo saber a los presidentes de Andalucía y Castilla y León, Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco. Después le dio su palabra a Isabel Díaz Ayuso. Sus compañeros necesitaban una garantía después de que en 2018 declinase el llamamiento del partido con aquel: “No puedo fallar a los gallegos porque sería fallarme a mí mismo”. Hoy el marco será casi el mismo que hace casi cuatro años, pero el mensaje esta vez será el que espera todo el PP. Feijóo dará un paso al frente y oficializará su pretensión de aspirar a suceder a Pablo Casado. Muchos le han presionado estos días para que desvelase su futuro, pero quienes le conocen saben que es un hombre de procedimiento.
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