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Díaz ata su proyecto al sindicalismo y busca fórmulas jurídicas para superar los partidos
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NUEVA PLATAFORMA POLÍTICA

Díaz ata su proyecto al sindicalismo y busca fórmulas jurídicas para superar los partidos

Sin responsabilidades orgánicas en ningún partido, pues Díaz solo mantiene simbólicamente su carné de militante de base del PCE, su 'casa' son las organizaciones sindicales

Foto: La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz (i), atiende a los medios antes de participar en una asamblea con delegados sindicales de CCOO en Barcelona el pasado mes de enero. (EFE/Enric Fontcuberta)
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz (i), atiende a los medios antes de participar en una asamblea con delegados sindicales de CCOO en Barcelona el pasado mes de enero. (EFE/Enric Fontcuberta)

Yolanda Díaz rehúye la dependencia y el protagonismo de los partidos en su futura plataforma política, que tiene previsto lanzar el próximo mes de abril. Desde el entorno de la vicepresidenta segunda, califican los partidos como "herramientas líquidas" y apuntan que existen "muchas fórmulas jurídicas" alternativas de cara a sustentar su hipotética candidatura electoral.

Se ponen diferentes ejemplos, como fueron las mareas municipalistas en Galicia, para reforzar la idea de impulsar una plataforma que suponga un "proyecto nuevo", sin estar caracterizada por la hegemonía de organizaciones políticas. Sin embargo, en el caso de las candidaturas municipalistas, no solo en Galicia sino también en Cataluña con Ada Colau o en Madrid con Manuela Carmena, se optó por la fórmula jurídica de partido político. Si bien se hizo con un fin meramente instrumental, se descartó la opción de la agrupación de electores, como es el caso de Teruel Existe o Soria ¡Ya!, las candidaturas de la plataforma España Vaciada.

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/Fernando Alvarado)

Independientemente de la fórmula jurídica, lo que viene apuntando Díaz es que su "proyecto de país" busca fundamentarse sobre la base de un movimiento ciudadano y de trabajadores. Las siglas pueden mutar, pero la base social no. De ahí que el 'proceso de escucha' que va a arrancar el próximo mes de abril, con un trimestre de retraso según el calendario previsto, se centrará en recabar propuestas y afinidades con organizaciones profesionales, colectivos sociales y, en definitiva, diferentes sectores de la sociedad civil que llevan tiempo planteando propuestas desde sus ámbitos correspondientes. También de figuras destacadas, desde la ciencia o el deporte hasta la sanidad o el medio ambiente. Con ellos se buscarán sinergias tanto por su capacidad movilizadora como propositiva.

En el laborismo de nuevo cuño que exhibe Díaz, el ánimo de desprenderse de las organizaciones políticas es inversamente proporcional a la voluntad de anudarse con el sindicalismo. Los actos con sindicatos se repiten y el próximo jueves la vicepresidenta segunda celebrará un acto en Sevilla rodeada de las principales figuras andaluzas del mundo sindical, aunque desde su equipo lo sitúan fuera de la agenda de su 'proceso de escucha'. Cuando Díaz elevó su presión sobre los socios de investidura para atraer su apoyo a la reforma laboral, principalmente ERC, tampoco lo hizo bajo el soporte de Unidas Podemos, sino de CCOO y UGT.

Este cordón umbilical con el sindicalismo coincide con el perfil de independiente que ha cultivado Díaz

Sin responsabilidades orgánicas en ningún partido, pues Díaz solo mantiene simbólicamente su carné de militante de base del PCE, su 'casa' es el sindicalismo. Así lo ha ido demostrando en la práctica, desde poco después de sustituir a Pablo Iglesias al frente del sector de Unidas Podemos en la coalición, y así lo verbalizó solemnemente durante su intervención el pasado mes de octubre en el XII congreso de CCOO. "En esta casa común me he criado y aquí me reconozco", señaló al tiempo que condicionaba la reforma laboral, su principal bandera política, a "la fuerza de este sindicato, de sus afiliados".

Este cordón umbilical con el sindicalismo coincide con el perfil de independiente que ha cultivado Díaz. Desde antes de entrar a formar parte del Ejecutivo de coalición, cuando cursó su baja como militante de Izquierda Unida, formación de la que fue coordinadora en Galicia entre 2005 y 2017. Eso sí, siempre ha querido subrayar su afán por la "mistura" gallega (mezcla), en referencia a su experiencia de confluencias en la política autonómica gallega, como AGE. Un proyecto heterogéneo que sumó diferentes sensibilidades y trató de representar políticamente a los indignados tras el 15-M. La construcción de este perfil como independiente de los partidos le ha valido críticas de personalismo desde Podemos.

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (c), junto al secretario general de UGT, Pepe Álvarez (d), y el de CCOO, Unai Sordo (i). (EFE/Ministerio de Trabajo)

Ahora apela a un proyecto aglutinador y transversal como "gran casa de la democracia", renovando lo que en su día se denominó 'nueva política'. "Un proyecto de país que es diferente, moderno, democrático y feminista", explicaba esta semana tras confirmar el calendario previsto para ponerlo en marcha.

Tras las elecciones en Castilla y León, en las que Unidas Podemos solo logró retener a un procurador de los dos con los que contaba, la vicepresidenta se desvinculó de este fracaso electoral ahondando todavía más su divorcio con las organizaciones políticas que respaldan el sector que lidera en la coalición. La lectura de la dirección de Podemos del 13-F fue que sus siglas podrían ser prescindibles, reconociendo la negativa dinámica electoral, pero no su espacio, al subrayarse de cara al futuro proyecto de Díaz que "lo importante es poner a su disposición la herramienta y el espacio político".

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, enmarcaba estas iniciativas como una "pugna dentro del Gobierno para presentar un mayor perfil"

Los tiempos marcados por Díaz para la puesta de largo de su proyecto también chocan con los de Podemos, que busca acelerar este proceso para no perder peso y acompasarlo con su estrategia de ir desmarcándose del socio mayoritario de la coalición antes de las elecciones. Durante las últimas semanas, tanto a nivel discursivo como de iniciativas parlamentarias, los morados han ido modificando su relato para tratar de visibilizar sus distancias con los socialistas. Propuestas en el Congreso como la relativa a la reforma fiscal o la creación de una empresa pública de energía no han obtenido el respaldo del PSOE.

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, enmarcaba estas iniciativas como una "pugna dentro del Gobierno para presentar un mayor perfil". "En los últimos plenos están colocándose cuestiones por parte de Unidas Podemos que rompen con ámbitos de la negociación interna de lo que podría ser una coalición de gobierno", añadía. Las prisas de los morados, sin embargo, no coinciden con el calendario de Díaz, cuyo proceso de escucha tiene previsto alargar hasta el inicio del próximo curso político, en el mes de septiembre. Tampoco coincide la estrategia de poner el foco en las limitaciones que supone cogobernar con el PSOE, pues Díaz apuesta por subrayar su compromiso con la coalición y garantizar estabilidad. Las tensiones siguen creciendo cuando el complejo debate sobre las listas y el formato de las candidaturas ni siquiera ha asomado.

Yolanda Díaz rehúye la dependencia y el protagonismo de los partidos en su futura plataforma política, que tiene previsto lanzar el próximo mes de abril. Desde el entorno de la vicepresidenta segunda, califican los partidos como "herramientas líquidas" y apuntan que existen "muchas fórmulas jurídicas" alternativas de cara a sustentar su hipotética candidatura electoral.

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