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Abascal gana durmiendo la partida a Casado y Vox resurge de entre las cenizas de los populares
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PUGNA EN LA DERECHA

Abascal gana durmiendo la partida a Casado y Vox resurge de entre las cenizas de los populares

Toda la cúpula de la formación permanece en silencio ante el "tiro en la sien" de los populares y rechazan posicionarse en el conflicto

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Mariscal)
El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Mariscal)
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Santiago Abascal y toda la cúpula de Vox se mantienen silentes. Nadie ha levantado públicamente la voz para hurgar en el liderazgo menguante de Pablo Casado, envuelto en una crisis interna casi sin precedentes en el PP. La hoja de ruta con el asunto que está sacudiendo al primer partido de la oposición la marcó el presidente del partido con un escueto mensaje en redes sociales. "Lo que es malo para España es malo para Vox", aseveró. Abascal ha dado orden de no hacer sangre con la crisis del PP por múltiples motivos. El principal es que no entienden "nada" de lo sucedido, cómo se ha originado el terremoto interno ni por qué. "Estamos mirando los toros desde la barrera. El daño que se están haciendo es tremendo", sentencian en la dirección nacional.

Vox evitará tomar partido por uno u otro bando en la guerra por el poder que ahora se abre entre Casado y Ayuso. En la batalla soterrada que durante meses han mantenido Génova y Sol por el control del PP de Madrid, el partido de Abascal ha esbozado una relación preferente con la presidenta madrileña, con la que, en palabras del propio Abascal, ha tenido "muchas más coincidencias" que con la dirección de Génova. Con el PP abierto en canal, sin embargo, la situación cambia. Dirigentes del partido sugieren que, si Ayuso se hiciese con las riendas del PP, los intereses electorales de Vox podrían menguar. Pero, si continúa Casado, estarían en disposición de cimentarse como segunda fuerza política, según los más optimistas. Por eso no se mojarán. "No sabemos las consecuencias que la guerra del PP puede tener para nosotros", concluyen.

Vox no tomará partido en la guerra por el poder que se abre entre Casado y Ayuso

Pero el partido situado a la derecha del PP ya ha ganado una batalla. Y lo ha hecho sin esfuerzo. Las elecciones en Castilla y León dejaron a la izquierda fuera de juego. La partida se jugaba a la derecha del tablero. Alfonso Fernández Mañueco logró llevarse la victoria, pero por la mínima. Los 31 procuradores que obtuvo el PP se quedaron muy lejos de las expectativas iniciales, que pronosticaban que los populares podrían acabar la noche del 13-F rozando la mayoría absoluta, como hizo Ayuso en Madrid. De hecho, en comparación con las autonómicas de 2019, el PP perdió casi 55.000 papeletas. Vox, por el contrario, se convirtió en uno de los ganadores de la noche: pasó del 5,5% a casi el 18% en menos de tres años, y de uno a 13 procuradores en las Cortes.

Con este resultado, Vox entendía que estaba en su legítimo derecho de exigir entrar en su primer Gobierno autonómico. Pide la presidencia de las Cortes, la vicepresidencia y alguna consejería aún por definir. "Si Ciudadanos accedió a esos puestos con 12 procuradores, ¿por qué no íbamos a pedirlos nosotros con 13?", razonan en el partido. Pero el PP se mantenía firme en la premisa de que no compartirían ningún Gobierno con "radicales" y "populistas". Barones y dirigentes territoriales cerraron filas con Génova. Hasta José María Aznar lo hizo, echando un capote a Casado comparando a Vox con la "derecha radical" de Marine Le Pen. Todos menos Ayuso.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Comunidad de Madrid)

La fortaleza del PP frente a Vox se derrumbó como un castillo de naipes en el momento en que salió a la luz una trama de espionaje urdida desde la cúpula de Génova contra Isabel Díaz Ayuso. Tal y como desveló en exclusiva El Confidencial, fontaneros del partido cercanos a la dirección nacional —entre ellos el ya dimitido Ángel Carromero— contactaron con detectives para investigar posibles adjudicaciones irregulares de contratos públicos a familiares de la presidenta de la Comunidad de Madrid. La guerra es total. Casado señala a Ayuso por "tráfico de influencias" y avanza acciones legales contra el principal activo electoral del PP. Y Ayuso acusa a la dirección nacional de intentar derribarla y pide cabezas, sin descartar la del propio Casado. Génova en llamas. El PP roto.

"No nos hemos dado un tiro en el pie. Nos lo hemos dado en la sien", sentencian en las filas populares. Y, mientras el PP pelea por salir a flote sin ninguna certeza respecto a su futuro, las negociaciones en Castilla y León avanzan sin la presión del ojo mediático y sin la lupa de la dirección nacional. Alfonso Fernández Mañueco ha citado a Juan García-Gallardo el próximo miércoles 23 de febrero en las Cortes regionales.

"No nos hemos dado un tiro en el pie, sino en la sien", lamentan en el PP

En el PP aseguran que se trata de la primera toma de contacto de la que no saldrá ningún pacto, pero en Vox no descartan que haya acuerdo la próxima semana. "Mañueco quiere acelerarlo todo para aprovechar la tormenta en Madrid", aseguran en la formación. Según ha podido saber este periódico, y a pesar de las directrices de la dirección nacional, el barón popular no se inmolará por Pablo Casado y llegará a un pacto con Vox si no le queda otra salida para evitar una repetición electoral, incluso si ello implica ceder cuotas de poder a los de Santiago Abascal. Vox conseguiría así su primer punto de partido a causa de la descomposición del PP. Y sin prácticamente mover un dedo.

Próxima parada: Andalucía

El 13-F sirvió para enterrar la estrategia de Pablo Casado de evitar unir su destino al de Vox. Los de Santiago Abascal demostraron estar en perfecta forma y se convirtieron en la única fuerza dentro de los grandes partidos que mejoró su marca de 2019 en la región. Ni PSOE ni PP lograron superar el resultado que obtuvieron en Castilla y León en las últimas elecciones generales, cuando las dos fuerzas arrastraron alrededor del 32% de los votos de los castellanoleoneses. El pasado 13 de febrero, Mañueco se quedó en el 31,4%, y Tudanca en el 30%. No fue el caso de Vox, la única fuerza que creció casi un punto respecto a las generales del 10-N.

placeholder El líder de Vox, Santiago Abascal.
El líder de Vox, Santiago Abascal.

Castilla y León abrió el nuevo ciclo electoral, y lo que allí sucedió sirve de termómetro político para el resto de territorios. Abascal lo sabe, y mira a Andalucía con optimismo. El flagrante anuncio de la candidatura de Macarena Olona, potencial candidata del partido, tendrá que esperar porque el desastre del PP podría traducirse en un suicidio de Juanma Moreno en las urnas. Fuentes del partido aseguran que en Andalucía han duplicado los datos de afiliación entre 2020 y 2021, y dan por sentado que superarán la veintena de escaños y que, de nuevo, condicionarán al PP en las urnas.

Santiago Abascal y toda la cúpula de Vox se mantienen silentes. Nadie ha levantado públicamente la voz para hurgar en el liderazgo menguante de Pablo Casado, envuelto en una crisis interna casi sin precedentes en el PP. La hoja de ruta con el asunto que está sacudiendo al primer partido de la oposición la marcó el presidente del partido con un escueto mensaje en redes sociales. "Lo que es malo para España es malo para Vox", aseveró. Abascal ha dado orden de no hacer sangre con la crisis del PP por múltiples motivos. El principal es que no entienden "nada" de lo sucedido, cómo se ha originado el terremoto interno ni por qué. "Estamos mirando los toros desde la barrera. El daño que se están haciendo es tremendo", sentencian en la dirección nacional.

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