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Sánchez ofrece al PP su apoyo si rompe con Vox "para siempre y en todos los territorios"
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SESIÓN DE CONTROL AL GOBIERNO

Sánchez ofrece al PP su apoyo si rompe con Vox "para siempre y en todos los territorios"

Los populares buscan fórmulas para no tener que acordar un Gobierno de coalición con la formación de Santiago Abascal y el líder de los socialistas ha aprovechado para intentar retratarlos

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada al pleno en el Senado, este martes en Madrid. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada al pleno en el Senado, este martes en Madrid. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)

Un cordón sanitario "para todos los días, para siempre y en todos los territorios". Estas son las exigencias que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha trasladado al líder de la oposición, Pablo Casado, a cambio de ofrecer la abstención de los socialistas en Castilla y León para que los populares gobiernen en solitario sin Vox. Los populares buscan fórmulas para no tener que acordar un Gobierno de coalición con la formación de Santiago Abascal y el líder de los socialistas ha aprovechado para intentar retratarlos con una propuesta que en estos momentos es una quimera para Génova. Entre los propios socialistas se reconoce como poco factible de asumir por los populares.

"Le ha llegado la hora de la verdad", ha arrancado Sánchez en la sesión de control al Gobierno para responder a Casado, urgiéndolo a que "tiene que decidir si abre las puertas a un Gobierno del PP con la ultraderecha o no". Una disyuntiva que los socialistas buscan explotar dejando la pelota en el tejado del PP para descargar responsabilidades y tratar de retratarlos si no garantizan un cordón sanitario a cambio de su apoyo. "Estamos dispuestos a ayudar", ofreció Sánchez, "pero tiene que pedir ayuda y explicar por qué la ultraderecha no puede entrar en los gobiernos y tiene que decirnos que es para todos los días".

En el PSOE, no tienen dudas de que los populares pretenden gobernar con Vox, pese a la negativa de Mañueco, por lo que quieren dejarlo claro con estas exigencias a cambio de su abstención. Desde el Gobierno ya han instalado mensajes preventivos de advertencia, asegurando que estarán "muy vigilantes" a los acuerdos del PP en Castilla y León y que actuarán en consecuencia si se pactan recortes en derechos ante la previsión de que Vox entre en el Ejecutivo regional. Mañueco insistía ayer en su voluntad de gobernar en solitario e, incluso, subía el tono contra los de Abascal al asegurar que la igualdad entre hombres y mujeres "no es negociable para el PP". Se refería a la primera exigencia del candidato Juan García-Gallardo para prestar su apoyo, que pasa por derogar la ley autonómica de violencia de género.

La abstención ni siquiera se discutió en la ejecutiva presidida por Pedro Sánchez el pasado lunes, pero algunos alcaldes del partido forzaron que se abriera el debate, hasta el punto de obligar a la dirección nacional a reformular su posición inicial. El encargado de avivar este supuesto fue el alcalde de Valladolid y líder provincial del partido, Óscar Puente. El que también fue portavoz de la ejecutiva socialista hasta el pasado mes de octubre puso el foco en la incoherencia del PSOE de apostar por un cordón sanitario y no ofrecer alternativas al PP para poder gobernar en solitario. Este martes era el alcalde de León, José Antonio Díez, quien secundaba al alcalde vallisoletano. "Yo creo que es un asunto que debe tener una reflexión profunda", reclamaba, para concluir que, si el peor escenario para la democracia sería la entrada de Vox en un Gobierno, "cualquier otra cosa será mejor".

Foto: Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/J. M. García)

Pablo Casado marcó ayer la línea estratégica que seguirá el PP en Castilla y León: pacto con Vox sí, pero sin consejerías ni cuotas de poder para los de Santiago Abascal. "El populismo y la radicalidad nunca producen progreso, ni concordia, ni respeto internacional", zanjó el jefe de la oposición durante la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del partido. "Los que pretenden desestabilizar a este partido pinchan en hueso", reiteró, en alusión tanto a Vox como a Sánchez.

El domingo, el PP salvó los muebles por la mínima en Castilla y León. Los 10 escaños que le separan de la mayoría absoluta fuerzan a Pablo Casado a buscar un pacto con Vox, un escenario que el popular pretendía evitar al menos hasta la convocatoria de las próximas elecciones generales. Los de Santiago Abascal se dispararon en Castilla y León —crecieron de uno a 13 procuradores—, un resultado que alimenta su pretensión de entrar en el que sería su primer Gobierno autonómico y marcar así el camino al PP el resto de la legislatura.

Renovación del CGPJ

El presidente del PP ha empleado la sesión de control de este miércoles para interpelar al jefe del Ejecutivo sobre la "degradación de las instituciones", citando como ejemplo la "colaboración" con Bildu para otorgar "beneficios penitenciarios" a presos de ETA. "¿Está usted con las víctimas o con los verdugos?", lanzaba Casado, a lo que Sánchez ha respondido sacando a colación la ya habitual petición de desbloquear la renovación del CGPJ, en funciones desde hace más de tres años. "Renovamos hoy mismo si cumple con lo que dice Europa y deja que los jueces elijan a los jueces", desafiaba el líder popular.

Los 10 escaños que le separan de la mayoría absoluta fuerzan a Casado a buscar un pacto con Vox, un escenario que pretendía evitar

Sánchez y Casado habían recuperado una cierta interlocución después de que el presidente del Gobierno informase telefónicamente al líder de la oposición hace unos días sobre las últimas recomendaciones de viaje decretadas por Ucrania en el marco de la crisis con Rusia. Era la primera vez que Sánchez descolgaba el teléfono desde hacía "año y medio", lamentaban los populares, ya que había sido el líder del PP el que había tomado la iniciativa de ponerse en contacto con Moncloa en las dos últimas ocasiones. El pasado 26 de enero, Pablo Casado llamó a Pedro Sánchez con el objeto de transmitirle el apoyo del PP en el conflicto de la OTAN con Putin, mientras que para la última conversación hay que remontarse a mayo de 2021, cuando el jefe de la oposición se puso en contacto con Moncloa para interesarse por la crisis de Ceuta.

Vox: "Vamos a por los problemas reales"

Tras el cara a cara entre Sánchez y Casado ha llegado el turno de Santiago Abascal. El líder de Vox, viendo desde la barrera los problemas de gobernabilidad, arrancó con un “vamos a por los problemas reales de los españoles” y centró su intervención en la situación energética. “Tenemos la sensación de que su Gobierno ha perdido el contacto con la calle. Si estuviera, sabrían que a la gente no le interesan los pasos de cebra con colores, sino el acceso a la vivienda, poder pagar la factura de la luz y del gas”, lanzó Abascal, destacando la pérdida de poder adquisitivo de las familias españolas y concluyendo con que “su transición energética” es un timo.

Foto: Emilio Lamo de Espinosa. (Cedida/Jeosm)
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El presidente del Gobierno, por su parte, quiso centrar su réplica en el negacionismo de Vox. Niegan el cambio climático, niegan la ciencia, niegan el futuro… “Niegan la realidad”, dijo Sánchez, enumerando las reuniones de Abascal con Orban, Le Pen o Bolsonaro. “Todo lo contrario a lo que está haciendo este Gobierno”, añadió. El presidente del partido verde respondió con un “factura de la luz, el gas y el diésel, y menos demagogia”.

Un cordón sanitario "para todos los días, para siempre y en todos los territorios". Estas son las exigencias que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha trasladado al líder de la oposición, Pablo Casado, a cambio de ofrecer la abstención de los socialistas en Castilla y León para que los populares gobiernen en solitario sin Vox. Los populares buscan fórmulas para no tener que acordar un Gobierno de coalición con la formación de Santiago Abascal y el líder de los socialistas ha aprovechado para intentar retratarlos con una propuesta que en estos momentos es una quimera para Génova. Entre los propios socialistas se reconoce como poco factible de asumir por los populares.

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